Sara Choclán, líder estudiantil: “Hay que poner tasas cero y becas salario en la Universidad para que todos puedan estudiar”

Sara Choclán tiene 22 años y estudia Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Preside una asociación estudiantil, Colombine, que el día de la entrevista ha puesto una mesa para recaudar fondos para la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en la entrada de la facultad. Venden chapas a un euro y se muestran orgullosos de haber recolectado más de 50 euros: “Nos ilusionan más los movimientos sociales que los partidos”, explica esta líder estudiantil. También organizan charlas contra la corrupción universitaria, homenajes a las Brigadas Internacionales o actos de protesta, por ejemplo, contra la ley universitaria de la Comunidad de Madrid (Lemes), que finalmente no llegó a entrar en vigor.

¿Por qué te metiste en el movimiento estudiantil? 

En primero de carrera tenía una asignatura que se llamaba Pensamiento Político, hacíamos debates, y un compañero me dijo que si me interesaba meterme. Se estaba creando la asociación, la creamos entre unos cuatro. Pero se fue yendo la gente. Al final me quedé sola, por eso soy la presidenta. Ahora somos unas 20 personas, nunca pensé que llegaríamos a ser tantos.

Hubo un tiempo en el que el activismo y la protesta venían de la Universidad, ¿te resulta decepcionante?

Cuando organizamos actos a veces hay tres o cuatro personas. Si tenemos éxito somos unos veinte. Para el preestreno de Netflix sí viene la gente, pero para las charlas políticas no, a menos que el profesor te diga que tienes que ir. Recuerdo que invitamos a Rosa María Calaf hace cuatro años a un acto sobre Couso porque le queríamos hacer un homenaje. Había muy pocas personas, y la anterior decana ni se interesó por su visita. Calaf nos dijo, como molesta, que los estudiantes durante el franquismo se interesaban más porque estaba prohibido. Es curioso, pero ahora que parece que vivimos en una democracia no se interesan tanto.

¿Parece?

Sí, parece. Parece que tenemos libertad para elegir, pero si no estamos informados, ¿realmente estamos eligiendo? Si la gente no participa, si hay abstención, ¿la gente está eligiendo? Entonces no es el poder del pueblo, es el poder de unos pocos, de los pocos que dicen algo. Si sientes que tu voto no cambia nada, que no sirve, es que no hay democracia.

El grupo de edad que menos vota en España es precisamente el tuyo: solo el 49% de menores de 25 años dice que irá a las urnas, según el CIS

No es que los jóvenes no estén movilizados, es que mis profesores tampoco lo están mucho. La gente está como muy perdida, porque ven su futuro frustrado, sin trabajo de lo suyo o trabajos precarios y no saben por dónde tirar. A mí me preocupa bastante, pero voy a seguir luchando. No sé si voy a llegar a alguna parte, pero si me quedo en el sitio desde luego que no voy a llegar a ninguna parte. Alguna vez me he movido más por inercia, al principio de la asociación, porque pensaba que no iba cambiar nada, pero ahora que estamos creciendo creo que sí. Con veinte personas sí se pueden cambiar un poco las cosas.

¿Te ilusiona algún partido?

Mmmm... La verdad es que no. Nos ilusionan más los movimientos sociales. A mí por ejemplo los yayoflautas me ilusionan mucho, la PAH me ilusiona muchísimo cuando intenta parar un desahucio, nos gusta que estén ahí para la clase obrera española y para los inmigrantes, ayudan a todos, no solo a los más blancos.

¿Qué problemas tiene pendientes la Universidad?

Hay gente que no se puede pagar la carrera, que no le da tiempo a estudiar ni hacer trabajos en grupo porque tiene que trabajar. Hay quien deja la carrera por problemas económicos o familiares. Hay mujeres que no se plantean entrar a la Universidad porque tienen que cuidar de sus hermanos y hermanas porque sus padres trabajan todo el día. Es importante que todo el mundo tenga una oportunidad para estudiar, que la Universidad llegue a las personas con menos recursos y a los inmigrantes.

Si tú fueras presidenta, ¿que harías para resolver esto?

Para que todos pudieran estudiar me gustaría poner tasas cero, de hecho estamos preparando una campaña entre asociaciones de la Complutense y la Politécnica. Y que se pusieran becas salario para que las personas más pobres pudieran acceder a la Universidad. Con las tasas que hay la carrera es cara y los másteres, bastante inasequibles. En mi casa vamos a tener que pedir un préstamo para mi posgrado. Son unos 5.000 euros, y eso que es una carrera de humanidades. Si te metes a ciencias con todo el laboratorio, materiales... se va aún más de precio. Hay países europeos en los que la gente puede ir a la Universidad gratis y me parece que aquí es un tema para las élites.

¿Y fuera del ámbito de la Universidad, qué propondrías?

Hay que trabajar por la incorporación de la mujer al mercado laboral, contra el racismo y por el ecologismo. Tenemos unos límites para cumplir unas leyes o el planeta se acaba. Ningún gobierno le está dando la importancia que merece. Al contrario, le están dando a las empresas cada vez más derechos. Como ningún partido me agrada del todo, pues voto al que más hace por el medio ambiente.

¿Sientes que alguien os escucha?

La gente no escucha a los jóvenes, ni a los niños. Y de hecho a los mayores creo que tampoco. A mí me dicen a veces “tú que sabrás, si aún te queda mucho por vivir, si aún no sabes nada”. Los que no entran en el molde no son escuchados, no nos preguntamos por qué, qué le pasa a esta persona y qué me está queriendo comunicar. Ese es un problema muy importante de la educación.

¿Ha mejorado el Plan Bolonia la educación superior?

Es que el plan Bolonia no ha entrado en vigor, ha entrado lo que les ha interesado a los políticos españoles hacer del Plan Bolonia. Si se hubiera implantado no tendríamos aquí clases de cien personas, eso es una masificación que impide dar clases. El plan era hacer trabajos de grupos, evaluación continua, cercanía del profesor a los alumnos... Pero es que el profesor se encuentra con esas clases masificadas, no hay comunicación directa, apenas se leen los trabajos porque no tienen tiempo ni equipo... Y al final la clase es precaria y las prácticas que hacemos, también.

¿Por qué os parecía tan mal la Ley de Espacio Madrileño de Educación Superior (Lemes)?

Proponía que la Comunidad de Madrid te pagara la luz, el gas y el agua y los fondos se consiguieran a base de financiación externa, algo que mercantiliza la Universidad. No nos gusta la elitización de la Universidad. El Estado tiene que pagar por la Universidad, no puede ser que tengamos que financiarnos por empresas y que según ellas tengamos más o menos equipos, estudios... Las empresas financian lo que más les interesa a ellas: ¿qué pasaría con facultades no tan rentables como Filología y Filosofía? Las empresas de seguros no contratan filólogos...

¿Qué mundo imaginas para los jóvenes universitarios?

Me queda un año en la Universidad, pero espero que la asociación dure al menos cuatro años más y que cada vez haya más movimiento estudiantil, para que cuando haya un problema los estudiantes se sientan apoyados por alguien y por ellos mismos. Cuando salgamos de la Universidad lo veo bastante crudo, el periodismo no está muy bien, no sé si conseguiremos trabajo de periodistas o nos tendremos que resignar y escribir notas de prensa. Yo quiero comunicar, creo en la democracia y creo que un pueblo sin información no tiene democracia real.