Saura asegura que “el cine, si no es una aventura, no es nada y es mejor no hacerlo”

El cineasta Carlos Saura ha dicho hoy que “el cine, si no es una aventura, no es nada y es mejor no hacerlo”, y ha recordado su proyecto de realizar, junto con el bailarín Miguel Ángel Berna, un documental musical sobre la jota aragonesa.

Saura ha agregado que el “drama” del cine -a veces, una aventura “desgraciadamente” costosa- es la necesidad de tener patrocinadores o productores que pongan el dinero y que otra de sus tragedias“ es que el proyecto se quede en proyecto o que no haya manera de distribuir la película.

El cineasta oscense ha hecho estas afirmaciones durante una rueda de prensa en Zaragoza, donde esta tarde recogerá el premio Simón de Honor 2013, que le otorga la Asamblea de Cineastas Aragoneses y que se unirá a los innumerables reconocimientos que posee, el último de ellos el Premio Luso-español de Arte y Cultura por “Fados”.

Ha mostrado su agradecimiento por el galardón que le conceden los cineastas aragoneses, porque ha dicho que no presume demasiado de aragonesismo, pero siempre se ha sentido aragonés, y ha subrayado que los premios sólo sirven para que, de alguna manera, se estimule el trabajo del premiado, ya que son “muy volátiles” y se olvidan enseguida.

Tras el fados, el flamenco y el tango, ahora le tocaría el turno a la jota, un proyecto del que ya habló hace tres o cuatro años con el bailarín Miguel Ángel Berna, pero con la idea de darle un tratamiento más amplio.

“Hay que tener cuidado, porque nos limitamos normalmente a la cosa folclórica, pero la jota se extiende musicalmente por todo el mundo”, ha dicho Saura, quien ha informado de que la idea sería sacarla un poco del folclore, porque “me siento obligado a darle otra dimensión”.

Es decir, se rejuvenecería, modernizaría y actualizaría, ha explicado, aunque es sólo una idea porque, por el momento, ha señalado que se encuentra atado por un contrato y no puede hacer otras cosas.

Así se refería Saura a su último proyecto, la película “33 días”, sobre la evolución del trabajo de Picasso, del que ha dicho que ha “ha estado a punto de hacerse cuarenta veces”, pero que está parado porque los productores no acaban de encontrar el dinero.

“Dicen que hacer una película ahora es difícil”, ha manifestado, aunque ha recordado que, cuando empezó, era imposible y que desde entonces ha hecho más de cuarenta, por lo que ha afirmado que “no todo es tan malo y que hay que tirar para adelante”.

En relación a los cortometrajes, ha indicado que ahora existen muchas facilidades para hacerlos, como cámaras de vídeo digitales, unos medios que le hubiera gustado tener cuanto estuvo en la Escuela de Cine, primero como alumno y después como profesor.

“Sólo es un problema de talento”, ha agregado el cineasta, para el que existen dos problemas: uno, que los jóvenes normalmente no tienen la base técnica necesaria, y dos y “gravísimo”, la distribución.

Porque, si ya es complicado que los cines comerciales distribuyan largometrajes, en el caso de los cortos no hay manera, es casi imposible: tendría que ser la televisión el camino más lógico.

Asimismo, Saura ha animado a utilizar en los cortometrajes la imaginación, inventar y crear cosas nuevas, porque los temas que tratan son en general “muy costumbristas, muy de andar por casa”.