Jartum, 11 jul (EFE).- El Gobierno de Sudán anunció este sábado que ha despenalizado la apostasía, hasta ahora considerada un delito que podía conllevar la pena de muerte, y que ha elevado la edad de responsabilidad penal a los 18 años, ya que antes se podía procesar a menores de hasta 15 años que hubiesen llegado a la “pubertad”.
El ministro de Justicia, Nasredeen Abdulbari, explicó en una entrevista con la cadena estatal Sudán TV que los cambios se han hecho al amparo de la Ley de Enmiendas Misceláneas, aprobada esta semana y que “permite hacer reformas rápidas en algunas leyes (...) hasta que podamos hacer una reforma integral”.
En los dos últimos días, el Ejecutivo transitorio ha ido desgranando los detalles de varias legislaciones que recibieron luz verde definitiva el pasado jueves, entre ellas la Ley de Enmiendas Misceláneas, que ya permitió ayer la criminalización de la mutilación genital femenina.
En este contexto, Abdulbari anunció la despenalización de la apostasía, argumentando que “el pacto constitucional reconoce la libertad de religión y creencia”, y que “nadie tiene derecho de juzgar a otra persona o a un grupo por ser apóstata, ya que ello amenaza la seguridad y la paz de la sociedad”.
También se realizaron cambios en otras leyes y cláusulas para eliminar las condenas a recibir azotes “a excepción de los crímenes severos”, y para “garantizar derechos a los niños que antes no tenían, como la edad de responsabilidad penal que ahora es 18 años”, concluyó el titular de Justicia.
El país africano se encuentra inmerso en un proceso de transición democrática desde la deposición en abril de 2019 del dictador islamista Omar al Bashir, que estuvo casi tres décadas en el poder, y el posterior pacto entre los militares que le derrocaron y la oposición civil.
La ilegalidad de la apostasía en Sudán cobró relevancia internacional en 2014, cuando la joven Mariam Ibrahim Ishaq fue sentenciada a la pena capital por presuntamente convertirse al cristianismo, si bien el fallo fue más tarde revocado por falta de pruebas.
El caso de Ishaq, quien acabó huyendo del país, levantó un aluvión de críticas por parte de países y organizaciones de derechos humanos.
La mayoría de la población de Sudán es musulmana, aunque existe también una minoría significativa de cristianos, muchos de ellos originarios de Etiopía o del vecino Sudán del Sur, país que obtuvo su independencia hace apenas 9 años.
En la época de Al Bashir también se sucedieron los llamamientos a subir la edad de responsabilidad penal en el país, ya que hasta ahora era posible juzgar a adolescentes de entre 15 y 18 años.