Última semana de campaña: Galicia en el aire y Euskadi se prepara para el cambio de Gobierno

Arranca la última semana de campaña con todo abierto en Galicia en donde las encuestas abren la posibilidad de derrota por la mínima para Feijóo. En Euskadi, la victoria será para un PNV que tendrá que entenderse con EH-Bildu no tanto para la investidura como para el debate de presupuestos.

En Galicia, Rajoy se juega su segunda derrota consecutiva desde que es presidente y se mide de nuevo a un Rubalcaba necesitado de victorias y cuya estrategia es discutida en el seno del PSOE. Ambos líderes buscan oxígeno en el resultado de las urnas gallegas para mantenerse sin sobresaltos al frente de sus proyectos. La preocupación en el seno del PP ha ido en aumento a lo largo de la campaña. En las filas del partido de Rajoy todos recuerdan la victoria que las encuestas pronosticaban para Javier Arenas en Andalucía y que nunca llegó. En este caso, los márgenes se estrechan y todo es posible tras las votaciones.

Alberto Núñez Feijóo se encuentra ante un paso decisivo en su carrera política. El presidente en funciones de la Xunta lucha por ravalidar su mandato pero sobre todo por mantener abierta la posibilidad de desembarcar en Madrid si la crisis se lleva a Rajoy por delante. El nerviosismo del candidato popular se ha evidenciado en los últimos días de campaña. De puertas a dentro, Feijóo ha respondido airado ante informaciones de prensa que señalaban ocultación del déficit de su gobierno y falta de transparencia en la supuesta firma de contratos con la mexicana Pemex para la construcción de buques hotel en los astilleros de Navantia en Ferrol. El presidente en funciones de la Xunta no está acostumbrado a llegar a estas alturas de campaña con sus oponentes silbándole al oido que todavía hay partido.

La estrategia popular en Galicia ha sido clara y se ha basado en evitar la vinculación de su candidato con la gestión de recortes de Rajoy. La presencia del presidente del gobierno en la campaña gallega ha sido mínima y su próxima aparición está prevista para el cierre de campaña del próximo viernes. Rubalcaba, sin embargo, se ha volcado en las gallegas para apoyar a Pachi Vázquez (esta semana tiene programados cinco actos en Galicia), el candidato al que se han tenido que aferrar a causa de un adelanto electoral que frenó en seco el proceso de primarias para el que ya estaba lanzado el exministro Francisco Caamaño, que finalmente se ha tenido que conformar con abrir la lista por A Coruña.

País Vasco

Al contrario que en el caso gallego, las expectativas electorales en Euskadi apenas se han modificado desde el inicio de campaña. La victoria del PNV se da por segura pero sin mayoría absoluta. EH-Bildu se ha mantenido invariablemente como segunda fuerza en todas las encuestas. Iñigo Urkullu (PNV) no debería tener problemas para ser investido lehendakari con las abstenciones del resto de formaciones pero algo más difícil lo va a tener durante el debate presupuestario en donde habrá de decidir en qué hombro se apoya y a cambio de qué.

Si el PNV opta por buscar complicidades con EH-Bildu para ese debate presupuestario, Euskadi podría verse abocado a un giro independentista como el que en Cataluña está liderando Artur Más. Para llegar hasta ahí, PNV y EH-Bildu tendrían que reconstruir el territorio en el que ahora se asienta su mala relación política y que hace inviable un entendimiento.

Otra derivada de las elecciones vascas es la salida que la política le reserva al lehendakari en funciones. En Ferraz, son muchos los dirigentes que esperan el desembarco de Patxi López en la política nacional. Sin embargo, si la derrota es tan abultada como prevé la demoscopia, López tendrá difícil reinventar su personaje político por mucho que durante su mandato se hubiese marcado el hito del abandono de las armas por parte de ETA. Los socialistas por ahora se muestran convencidos de que las encuestas son demasiado pesimistas para ellos y que en Euskadi López podría aguantar un resultado de 18-19 escaños.