El primer pulso entre las tres derechas que aspiran a gobernar juntas la Comunidad de Madrid y la Región de Murcia lo ha ganado Vox. Ambas comunidades mantienen bloqueada la formación de sus Ejecutivos autonómicos después de que la extrema derecha consumara sus amenazas y evitara dar su apoyo a los candidatos a la presidencia acordados por PP y Ciudadanos en los dos territorios.
La formación de Albert Rivera se ha negado en ambos casos a sentarse a negociar con el partido de Santiago Abascal, que exige retrocesos en los derechos del colectivo LGTBI o de los inmigrantes, lo que ha llevado a Vox a plantarse y a volver a pedir mesas a tres conjuntas con PP y Ciudadanos como condición para facilitar la gobernabilidad de esos territorios.
En la Comunidad de Madrid, la candidata popular a la presidencia, Isabel Díaz Ayuso decidía este martes postularse ante el presidente de la Asamblea regional, Juan Trinidad como aspirante a la investidura sin ningún respaldo garantizado por el bloqueo al que ha sometido la extrema derecha al posible acuerdo que el PP podría lograr con Ciudadanos, por un lado, y con Vox, por otro. Ante la falta de apoyos, el presidente de la Asamblea de Madrid, Juan Trinidad, convocaba un pleno sin candidato el próximo 10 de julio.
No obstante, la decisión -inédita y contemplada en el Reglamento de la Cámara- no es inamovible: si algún candidato reúne los apoyos para una investidura “viable” antes de ese día, llegaría al pleno como aspirante propuesto sin necesidad de una nueva ronda de contactos. El PP confía en “dar la vuelta” a la situación en este plazo.
Horas antes de la reunión de Ayuso con el presidente de la cámara autonómica Ciudadanos aseguraba que no había “candidato sobre la mesa” y pedía “tiempo” para cerrar un pacto con el PP. Vox, por su parte, se mantenía en la negativa a permitir la investidura de la candidata popular si no se cumple su condición de que los tres partidos firmen un “programa único”.
“Vox me hace perder el tiempo”
La propia Ayuso confesaba que Vox le está haciendo “perder el tiempo”. “Hemos estado hablando de muchos temas. No quería entrar en el gobierno, luego sí, luego no. Les concedimos nuestro puesto en la vicepresidencia tercera. Nos reunimos con absoluta normalidad. No pueden decir que, por parte del PP en la asamblea, haya ningún movimiento para rechazarlos”, señalaba en la Asamblea.
Ayuso advertía de que “esto no es un juego” porque “según avanza el tiempo se está paralizando un Gobierno”. “No es el PP el más perjudicado. Cada mes que no estamos avanzando, los votantes de Ciudadanos y Vox no ven sus políticas ahí puestas. Sus supuestas peleas se las lleva la persona que les está pidiendo el voto. Y la persona que nunca ha faltado a su palabra”, zanjaba.
El líder de Ciudadanos en la comunidad, José Ignacio Aguado, confiaba, por su parte, en que “en los próximos días haya una candidatura con suficientes apoyos”. “Merece la pena esperar unas semanas más”, sostenía en la cámara autonómica, antes de pedir a Vox “que sea responsable”, porque “de lo contrario estará dando el gobierno al señor Gabilondo o a Errejón”.
Desde la dirección de Vox en Madrid se mantuvo en cambio el silencio durante toda la jornada. No así en Murcia, donde este martes tenía lugar la primera votación de la sesión de investidura del popular Fernando López Miras, que no lograba ser reelegido presidente por mayoría absoluta por el voto en contra de los representantes de la extrema derecha en el parlamento regional.
No acepta el “trágala” de PP y Ciudadanos
Sobre la segunda votación, que será el jueves, Vox amenazaba con repetir su posición contraria a la investidura del dirigente del PP si Ciudadanos, partido con el que los populares han logrado un acuerdo para la reelección, “no se sienta” con ellos y les dice “para qué quiere” sus votos.
El diputado autonómico y dirigente regional de Vox en Murcia, Luis Gestoso, lamentaba ante los medios de comunicación que hayan recibido “insultos” de la formación de Rivera “tanto desde la dirección nacional como de la Región de Murcia” y aseguraba que no van aceptar “esa especie de 'trágala'” sin que se les tenga en cuenta, en referencia al acuerdo programático de PP y Ciudadanos para gobernar la comunidad.
Vox Murcia presentó la semana pasada sus exigencias para votar a favor en la sesión de investidura, entre las que destacan la eliminación de las leyes LGTBI y la “deportación de los inmigrantes ilegales”. El diputado de la formación Juan José Liarte insistía este martes, durante la sesión en la cámara murciana, en esas líneas rojas: “Llegan personas que se ven obligadas a trabajar en la economía sumergida, delinquir o incluso prostituirse”, sostenía desde la tribuna.
Isabel Franco, líder de Ciudadanos en la Región de Murcia, rechazaba las exigencias de Vox y afirmó que su partido “nació precisamente para hacer frente al pensamiento único, al nacionalismo, a los populistas”.
En cuanto a la derogación de las leyes LGTBI o de violencia de género que propone el partido de extrema derecha, Franco manifestaba que “no va a pactar con partidos que frivolicen con la violencia machista, que estigmaticen a los inmigrantes o que ataquen al colectivo LGTBI y los derechos y libertades que han conquistado a lo largo de los años”.
Al finalizar la sesión plenaria, Juan José Liarte, portavoz de Vox en Murcia, lamentó la “ciega e irracional” negativa de Ciudadanos a reclamar el apoyo de su partido durante las réplicas de la sesión de investidura celebradas la mañana del 2 de julio. “Pareciera que no solo no nos quieren, sino que prefieran nuestra desaparición, la de nuestros votantes y nuestras ideas”.
En la misma línea, acusó a Isabel Franco, diputada de Ciudadanos, de fingir que su acuerdo con el PP no precisa el aval de Vox. “Esto es una huida de la realidad que nos parece preocupante”.
Liarte defendió que las propuestas de su formación son razonables y señaló que Ciudadanos puede estar buscando “una excusa para apartarse de la línea de su propios partido para apoyar el ‘sanchismo’. El diputado finalizó ratificando que se saldría del parlamento autonómico sin un gobierno ”porque Ciudadanos ha puesto sus intereses partidistas por delante del futuro de la Región“.