Lo conseguí. Ya tengo carné de conducir. Después de catorce clases en un cómodo coche automático, lo conseguí. Ha sido más tiempo del que en principio esperaba, fueron dos meses, pero ya por fin tengo mi carnet, vamos, no me ha llegado, porque esto lleva un proceso en el que primero me mandan el provisional y luego me mandan el carné a casa. La cuestión es que quería hablar un poco del proceso y la posterior compra de un coche, que ese es el paso siguiente.
Os contaba aquí que había dado mi primera clase del coche, que me había parecido una delicia y que estaba dispuesto a sacarme el carné lo antes posible. Pues bien, di catorce clases como antes mencionaba, En esas clases aprendí varias cosas, sobre todo una muy importante: podía conducir un coche automático sin mayor problema.
Ahora que pasé el examen a la primera se plantea la posibilidad de comprar un coche, de momento ficticia porque está la cosa muy mala, como diría el gran Chiquito.
Cuando una persona con discapacidad se va a comprar un coche y lo matricula a su nombre hay una ayuda inicial que consiste en la exención del impuesto de matriculación. Esto se tramita de forma directa en el propio concesionario donde nos estamos comprando el coche.
Lo primero en mi caso es ver la comodidad del asiento y los pedales. Tenía que ser alto, en mi caso el coche de la autoescuela era perfecto, y los pedales eran deliciosamente cómodos. Pero el tema es que no todos los coches son así. En este caso estoy buscando un coche monovolumen porque son los que más altos tienen los asientos y, consecuentemente, son los que más fácil acceso tienen. Porque la mayoría de los coches tienen un asiento muy bajo y me cuesta la vida entrar, además de que un coche con el asiento alto es mucho más cómodo a la hora de la visibilidad.
Cuando se trata de personas con un grado de discapacidad mayor, en el que sea necesario el uso de silla de ruedas, se aplicará el IVA súper reducido, el 4% y esta ayuda se tramita a través de la AEAT. Huelga decir que este tipo de IVA se aplica cuando el uso es exclusivo de la persona con discapacidad, es decir, lo utiliza dicha persona como conductor o como pasajero.
Dicho esto, además de las exenciones de impuestos también es importante remarcar el uso de las plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida. Este es un tema del que ya hemos hablado en alguna que otra ocasión. Las personas con discapacidad, más concretamente con movilidad reducida, que no es lo mismo, tenemos unas plazas más amplias no por gusto, sino porque, como dice la tarjeta, tenemos movilidad reducida y eso supone que nos cuesta más movernos, con lo que necesitamos más espacio. Mi profesor de autoescuela, Juanma, en una de las clases, me dijo que solamente había que ver a la gente conduciendo para demostrar qué clase de persona era. Y me parece una frase que encierra muchas cosas y me hizo pensar durante bastante tiempo. Vivimos en una sociedad donde parece que lo primero es ser egoísta. Es alucinante la cantidad de cosas que hace la gente por colarse, por llegar antes, por pasarte. Es una pena, pero espero que algún día podamos cambiarlo.
