No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.
Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com
Hay personas que venden inspiración voluntariamente, haciendo caja con la historia de su vida. Los discapacitados somos ejemplos inspiradores aunque no queramos serlo
Hace tiempo hablé en este blog de Janine Shepherd, una señorita que va por el mundo vendiendo inspiración, encapsulada en vibrantes charlas o en libros de fácil lectura. Janine es como un antidepresivo ambulante. Si tus problemas personales te están aplastando, te cuenta los que ella misma ha tenido –y ha superado–, y tú comprendes que te gana por goleada. Que tus problemas son chorradas comparados con los suyos y que, si no estás trabajando ya mismo para superarlos, no sé a qué esperas.
Las ventajas del producto que vende Janine son básicamente dos. Por un lado, dado que su segmento de mercado es la clase media acomodada, resulta que la reflexión es correcta: tus problemas (si perteneces a esta clase) son, en efecto, la mayor parte de las veces, chorradas. Te agobian sólo porque son tuyos.
Por otro, como el sentimiento de “puedo con todo”, “me como el mundo con patatas” o “menuda chorrada de problemas tengo” tiene un tiempo de vida medio en sangre de 20 minutos, Janine (u otros mercaderes de la inspiración como ella) te puede volver a vender el producto una y otra vez. Consumo eterno e insaciable: el secreto de todo buen negocio.
Esto nos puede parecer más o menos –o alucinantemente– triste, pero lo cierto es que Janine lo hace voluntariamente. Vamos, que tiene bien claro que su producto es ella misma, su vida, su ejemplo de superación y los mimitos en el alma que hace a quienes la leen o la oyen... y se lo tragan. Le va bastante bien haciendo esto (a nivel de cuenta de resultados) y parece relativamente contenta con el trato.
En el caso de los retrones, la cosa es bien distinta.
Si uno tiene alguna discapacidad y resulta que le va bien en la vida, es declarado automática y obligatoriamente por toda la humanidad no retrona un ejemplo inspirador. Aunque no quiera. Aunque piense que no lo es. Aunque les grite a la cara que no. Aunque les escupa. Aunque se abandone a un frenesí de crimen e inmoralidad. Aunque sea ministro de Economía de Alemania. Da igual: ejemplo inspirador. Te jodes.
Es un poco como esa escena de La vida de Brian, en la que Brian huye de una multitud enardecida y llena de amor por él porque piensan que es el mesías. En un momento dado, lo alcanzan y se ponen a discutir. Brian empieza a negar vehementemente ser el mesías y entonces una de sus fans le replica que “sólo el verdadero mesías niega su divinidad.” Brian se queda pensando y prueba lo contrario: “Vale, soy el mesías.” Ante esto, la multitud estalla en júbilo gritando: “¡Lo ha dicho! ¡Es el mesías!”.
Como podéis ver, Maysoon Zayid tiene parálisis cerebral y ningunas ganas de inspirar. Tanto es así que al principio de la charla lo dice explícitamente: “No soy inspiradora” (inspirational, en inglés, que suena bastante mejor). Pero es que, además de decirlo, lo demuestra: se ríe de todo, incluyendo, por supuesto, su discapacidad, pero también de su condición de árabe y musulmana en EEUU, de la ciudad de New Jersey, donde vive, de que está un poco gorda, de los intentos de su padre por “curarla” y hasta de que sus padres son primos.
Maysoon es humorista de profesión, y es de las buenas. Vive de ello holgadamente, participa en programas de televisión de elevada audiencia, escribe libros, actúa en teatros, lleva a cabo giras y un largo etcétera de cosas de las que ya querrían presumir muchos humoristas bípedos. Al escucharla, te das cuenta de que todo esto no tiene nada que ver con su discapacidad, ni para bien, ni para mal. La tipa, simplemente, es muy graciosa. Punto.
Claramente, Maysoon no pide ni permiso ni perdón por hacer lo que hace y hacerlo bien. No pretende en ningún momento ni siquiera sugerir que su discapacidad ha sido un gran obstáculo para conseguir lo que ha conseguido, y, de hecho, esto también lo niega explícitamente. Esta vez, en el título de la charla: “Tengo 99 problemas... La parálisis cerebral sólo es uno [de ellos].” Algo muy similar a lo que he intentado explicar yo mismo al menos ya dos veces en este blog: aquí y aquí.
Y, sin embargo, en los comentarios que hay debajo de su vídeo en la página de TED, podemos encontrar lo siguiente (traducción libre) –y lo podemos encontrar en grandes cantidades–:
Gracias... Maysoon, ERES muy inspiradora. Y bonita, inteligente, talentosa y blablablá...
Maysoon es una mujer asombrosa. Su charla es poderosa, inspiradora, graciosa, pero sobre todo humilde.
Maravillosa charla. Maysoon es una mujer muy valiente y bonita. Gracias.
La estoy mirando una y otra vez. Es tan dulce e impresionante...
¡Qué charla más inspiradora! Ninguna discapacidad puede herirte. Eres tan normal como cualquier otro ser humano. Felicitaciones por tu determinación y tu visión.
Para los que no estéis puestos en cómo hay que dirigirse a un retrón cuando se pretende reafirmar la creencia de que llevar una vida normal con discapacidad es algo que sólo pueden hacer los ángeles, os he subrayado las palabras claves. Sí, lo sé, la cantidad de veces que dicen inspiring es inquietante y hasta da un poco de miedo. Os prometo que no he seleccionado los comentarios –simplemente he empezado por el primero y me he saltado uno o dos–. Podría seguir hasta hartarme, pero me están empezando a entrar náuseas, así que os dejo con el último (no me puedo resistir):
Gracias Maysoon. Aunque has dicho que no lo eres, eres verdaderamente inspiradora...
—Vale, soy inspiradora.
—¡Lo ha dicho! ¡Es inspiradora!
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P.D.: Tampoco me he podido resistir a dejar yo mismo un comentario en la web.
Sobre este blog
No nos gusta la palabra “discapacitado”. Preferimos retrón, que recuerda a retarded en inglés, o a “retroceder”. La elegimos para hacer énfasis en que nos importa más que nos den lo que nos deben que el nombre con el que nos llamen.
Las noticias sobre retrones no deberían hablar de enfermitos y de rampas, sino de la miseria y la reclusión. Nuria del Saz y Mariano Cuesta, dos retrones con suerte, intentaremos decir las cosas como son, con humor y vigilando los tabúes. Si quieres escribirnos: retronesyhombres@gmail.com