Los conservacionistas exigen a Cultura que aclare el uso de las Atarazanas de Sevilla antes de que acaben las obras

Interior de las Reales Atarazanas.

SevillaelDiario.es

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La Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico-Artístico de Andalucía (Adepa) logró forzar un cambio en el proyecto de las Atarazanas de Sevilla, lo que se refrendó incluso con la firma de un acuerdo con la Junta de Andalucía y la Fundación La Caixa. Con los trabajos en el antiguo astillero medieval en marcha desde hace más de año y medio, los conservacionistas han vuelto a alzar la voz este martes para calificar de “impresentable” el hecho de que desde la Consejería de Cultura se afirme que “a posteriori, una vez finalicen las obras, ya se dirá el uso que tendrán en el futuro” . “Provoca perplejidad que Arturo Bernal [consejero de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía] diga a los medios que cuando se acabe, ya veremos”.

Así lo ha expresado José García-Tapial, exarquitecto municipal y miembro de la citada entidad conservacionista, en declaraciones a los medios en un acto en el que ha incidido en que “no es un planteamiento serio ni riguroso”, ya que está en juego el futuro de un edificio histórico. “Eso hay que saberlo con anterioridad, el destino de una rehabilitación ha de conocerse antes de la redacción del proyecto, pues cada uso posible requerirá unos equipamientos y dotaciones específicos”, informa Europa Press.

La vocación inicial del inmueble era acoger un proyecto relacionado con la historia americanista de Sevilla, pero de un tiempo a esta parte Cultura ha deslizado la posibilidad de que sea escenario de un centro de arte contemporáneo. “Un museo de pintura necesita de unas condiciones de iluminación, climatización y seguridad muy distintas a las de un museo marítimo. Tomar la decisión a posteriori requerirá nuevas obras de adaptación al uso que se decida, con los costes y retrasos que todo ello supone”, ha añadido en este sentido García-Tapial.

Sin proyecto museográfico

En este sentido, desde Adepa exigen que se establezca el destino del “viejo astillero medieval”, se informe a la ciudad y que, “de inmediato”, se encargue la redacción del correspondiente proyecto museográfico, para que cuando finalice la rehabilitación “sea factible su pronta apertura para el conocimiento, uso y disfrute de los sevillanos”, ha afirmado el arquitecto.

Adepa, asimismo, ha querido manifestar sin ambages su “total rechazo” a que esté en el aire una plaza mayor, “abierta a los sevillanos”, con acceso desde la calle Dos de Mayo, “como planteó” el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra en su proyecto inicial. “Si eso fuera así, iríamos a los tribunales. Eso está prohibido por la Ley de Patrimonio y hay sentencias reiteradas del Supremo. Nos encontraríamos con un problema grave”, ha asegurado el presidente de la entidad, Joaquín Egea.

Por último, Egea ha afirmado que si no hay respuesta a estas reclamaciones públicas “habría consecuencias, que irían desde una denuncia ante la Gerencia de Urbanismo hasta el establecimiento de acciones judiciales”, aunque no ha querido dar detalles de esas acciones de respuesta.

Grietas en el Hospital de la Caridad

Por otro lado, Adepa ha reclamado un informe “serio y solvente” en relación con las grietas aparecidas en el Hospital de la Caridad, que colinda con las Atarazanas, “ante la posibilidad de que fueran causadas por las obras que allí se realizan”. “Si bien de forma verbal se ha aludido a la existencia de un antiguo colector como su causante, hemos reclamado informes técnicos sin que hasta la fecha se nos haya entregado documento alguno ni sobre los motivos que han desencadenado esas fisuras ni de medidas para corregir daños, pese a que se nos prometió que estaría terminado en febrero de este año”.

Al respecto, el arquitecto técnico y exdirector-conservador del Real Alcázar de Sevilla José María Cabeza ha abundado en que son “unas 300” las fisuras localizadas “que se han documentado”. En este sentido, recalcan en Adepa que se envió un burofax a Cultura y a La Caixa “del que no hemos tenido respuesta”. “Existe un oscurantismo en todo este asunto y es algo que no entendemos. Nada que ver con la intervención, por ejemplo, que se hizo en la iglesia del Salvador en 2004”.

Dudas sobre el nivel original

Adepa ha pedido también un reformado del proyecto por las dudas existentes sobre la cota original de las Atarazanas. “De los cinco metros por debajo de la cota actual que determinó un estudio del arqueólogo Fernando Amores, a los 2,40 metros que se deducen a partir de la excavación realizada en la zona de la barbacana”. “Por este motivo, la duda que se plantea es si estaba inclinado el suelo de los antiguos astilleros”, por lo que se considera que “habrá que hacer un modificado que ponga la planta a una determinada profundidad y ese estudio no se puede demorar”.

“El convenio suscrito entre Cultura y Adepa estipula que cualquier modificación del proyecto ha de ser conocida y aprobada por la comisión de seguimiento, ignorando en estos momentos la posible existencia y situación de ese reformado. ¿Tiene Cultura algo que decir en relación con esto último?”, se preguntan desde la asociación.

La presencia de aguas subterráneas a escasa profundidad “también justifica” el reformado del proyecto, que respondería a cuestiones tales como la profundidad exacta, si es el nivel freático definitivo o “si es de origen natural o producto del las filtraciones del alcantarillado”. Para Adepa, esta circunstancia, “de no resolverse, pondría en peligro la excavación de las naves 6 y 7”.

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