Los fondos europeos se suben al tranvía de Sevilla para que llegue a Nervión en 2023
La prolongación del tranvía de Sevilla, el proyecto que el alcalde, Juan Espadas, considera como el más importante de su mandato, ya tiene la financiación garantizada para llegar hasta Nervión. Nada más y nada menos que una inyección de 19,6 millones de euros de fondos europeos que permitirán prolongar la línea entre San Bernardo y Nervión, con la previsión de que entre en servicio para el año 2023.
Espadas rodeó de pompa este lunes el anuncio, que formalmente corrió a cargo de la vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien precisó que se pagará el 80% del proyecto gracias a una inversión que llega del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE): son Fondos Feder que tramita el Gobierno central. El coste de esta prolongación asciende a 24,5 millones de euros, a lo que hay que sumar la compra del material ferroviario y la inversión de 13 millones para renovar la red de saneamiento de aguas y, ya de paso, cambiar radicalmente la estética de las avenidas San Francisco Javier y Luis de Morales, que según el gobierno local se van a convertir en dos “corredores verdes”. En total, algo más de 45 millones de euros.
Un proyecto no exento de polémica
Este entusiasmo municipal no impide que el proyecto siga generando polvareda social, ya que hay varios colectivos ciudadanos que continúan litigando para frenarlo. En esta línea, la asociación Tranvía Verde cargaba contra el anuncio y adelantaba que presentará alegaciones cuando haya confirmación oficial, ya que subraya que aún no ha sido publicada ninguna resolución oficial del IDAE concediendo subvención alguna.
En cuanto a la iniciativa en sí, hablamos de dos proyectos propiamente dichos que se van a licitar en paralelo con idea de concluir la tramitación administrativa a finales de año. Por un lado, la prolongación de un kilómetro del tranvía, que tendrá su última parada junto a Luis Montoto; por otro, la remodelación completa de las dos grandes avenidas por las que discurrirá, que cambiarán radicalmente su fisonomía.
Una transformación completa
La idea es que el tranvía discurra por el centro de San Francisco Javier y Luis de Morales, con dos carriles para el tráfico en cada sentido y uno más para el transporte público. La modificación más sustancial será en San Francisco Javier, donde las dos vías de servicio actuales se convertirán en grandes espacios peatonales.
El proyecto presentado por el gobierno local implica triplicar los árboles ahora existentes, pérgolas para aportar sombra, zonas peatonales y áreas ajardinadas. Se usarán pavimentos permeables, parterres con zonas de biorretención, alcorques corridos y amplias áreas de sombra y agua, creando sistemas que se anuncian adaptados al cambio climático y de protección frente a inundaciones y sequía.
Rumbo a los tribunales
La cuestión del arbolado, precisamente, es la más espinosa, ya que Tranvía Verde insiste en la destrucción de más de 128 de los árboles que ahora se levantan en este entorno. Este extremo, recuerda, ha sido llevado ante la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, que tienen abiertas investigaciones al respecto. En paralelo, se anuncia que los siguientes pasos consistirán en presentar alegaciones a esta ayuda del IDAE y, en última instancia, embarcarse en la vía judicial “para buscar el amparo de los jueces y tribunales ante tal atropello al medio ambiente y a la salud de los ciudadanos de Sevilla”.
Asimismo, este colectivo ciudadano recuerda que la concesión de la calificación ambiental favorable (requisito necesario para licitar el proyecto) “aún se encuentra en fase de recurso de alzada”, aunque la Junta ya validó la propuesta. La ministra Ribera, por su parte, se limitó a señalar que la iniciativa tendrá que cumplir con la Ley de Cambio Climático que entrará en vigor las próximas semanas, lo que desde el gobierno municipal se da por hecho.
Apuesta por la movilidad sostenible
En contraste con la visión de esta entidad, Espadas subrayaba que estamos ante “una operación estratégica de transformación”, en la que se le quita espacio al vehículo privado para dárselo al peatón y al transporte público. De paso, calcula en más de 3.000 las toneladas de CO2 que se dejarán de emitir cuando esté completo el proyecto, con una segunda fase para prolongar el tranvía hasta Santa Justa.
De hecho, considera que el Metrocentro es clave para avanzar en una estrategia de movilidad sostenible. Una vez que alcance Santa Justa (un proyecto cuya redacción se inicia ahora, aunque tiene el camino allanado al contar con el correspondiente plan especial urbanístico), la siguiente fase es que continúe hacia el centro de la ciudad hasta La Campana. Una prolongación que se antoja todavía lejana, de ahí que el alcalde invitase a centrarse en este “empujón definitivo a un gran proyecto de transformación urbana”.
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