El girasol andaluz resiste al calor por su capacidad para absorber agua de la tierra

Una plantación de girasol junto a la Nacional IV, en la provincia de Sevilla.

Fermín Cabanillas

Más información: www.aionsur.com —

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La capacidad del girasol para asumir la humedad de la tierra donde se encuentran las plantaciones está haciendo que este cultivo aguante bien las altas temperaturas reinantes en estos días, precisamente cuando se encuentra en plena floración y está a punto de comenzar la recogida.

El secretario provincial de COAG Sevilla, Ramón García, ha explicado que, “afortunadamente”, el crecimiento ya está terminado “y hay mucho girasol que están con su hoja amarilla”, además que ha aprovechado que, como ha llovido en semanas anteriores, “el girasol tiene la capacidad de coger la humedad bien profunda, gracias a la raíz que tiene”, de modo que se ha podido hidratar.

De esta forma, a diferencia de otros cultivos, “le puede afectar, pero en menor medida”, aunque sí podría tener incidencia en “los girasoles más tardíos, que tienen menos desarrollo tanto de hojas como de raíz”, pero en provincias como la de Sevilla se cultivan en muy pocas hectáreas.

Reducción de hectáreas

Todo ello, en una campaña con unas 200.000 hectáreas plantadas, 46.000 menos que en 2022, debido a la reducción de superficie plantada por la eliminación de las ayudas acopladas a este alimento por parte de la nueva Política Agraria Común (PAC).

Las de Sevilla y Córdoba son las provincias andaluzas más afectadas por esta reducción de superficie, por unas medidas que entraron en vigor el 1 de enero del pasado año 2023, lo que ha supuesto “el factor más destacado para que menguaran tanto la superficie como la producción de este cultivo industrial”.

A día de hoy, Sevilla y Cádiz son las mayores productoras, y le sigue Córdoba, en relación a unas plantaciones de girasol que se habían sembrado antes de las precipitaciones de marzo y Semana Santa en un alto porcentaje.

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