Empezó haciendo de camarero con 16 años en hoteles de la Costa del Sol los fines de año y los veranos. Terminando la carrera de Biología, se dio cuenta de que lo suyo realmente era el turismo y todo se fue encarrilando hacia ello. Pronto se convirtió en subdirector de un hotel en Córdoba, director de otro en Almería, Madrid, el extranjero... Manuel Cornax (Madrid, 1953), treinta años después de aterrizar en Sevilla, es desde abril presidente de la Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia (AHS) y aborda con eldiario.es Andalucía, en una ciudad receptora de visitantes como la capital hispalense, la situación actual del sector y ciertos daños “colaterales” como las viviendas de uso turístico o la tasa turística.
¿Cómo puede potenciarse Sevilla como reclamo turístico?
Sevilla tiene que seguir pensando que es una ciudad con un patrimonio histórico y artístico impresionante, a primer nivel mundial, pero que hoy en día ya no se vive solamente de los monumentos y de la historia sino que hay que vivir un poquito de las experiencias. El viajero hoy lo que quiere ver es ver lo de siempre pero además sentir otras cosas: disfrutar de una gastronomía, de un espectáculo, de la convivencia con la gente, de la ciudad en sentido amplio. El turismo continental va buscando otra serie de cosas. Habría que potenciar muy fuerte, sobre todo en el extranjero, la Sevilla multiopción, e ir sacando cosas nuevas, no solo aquí en Sevilla sino también en sus alrededores como la necrópolis de Carmona, prácticamente desconocida, o las ruinas de Itálica. Me refiero con eso a potenciar la estancia de una noche más en Sevilla o el alquiler de un coche. Para los hoteleros es tan importante que venga más gente como que pasen más noches. En Sevilla se tiene muchas cosas por hacer.
¿Cómo ve el sector hotelero ahora mismo?
El sector nuestro, igual que toda la economía, es cíclico: hay periodos expansivos y periodos recesivos. Hemos pasado una época muy mala, simétrica en todo el país, y ahora estamos cogiendo un poquito de aire. Esa época tan mala llevó a un refundamiento económico de las empresas en forma de créditos, de demoras en los pagos a proveedores, de no inversión en reposiciones de los hoteles. Y ahora una bonanza, que no lleva tanto tiempo, que está permitiendo al sector ir pagando nuestros créditos y renovando nuestros hoteles para empezar a respirar.
¿Qué va a priorizar en su recién estrenado mandato?
Estamos en un momento de cambio muy fuerte para los próximos años. Este sector, como muchos otros, va a evolucionar muy rápido y de una forma muy radical, y lo que queremos es adaptarmos a una posible recesión, que seguro vendrá y para la que hay que irse preparando ahora. Otro punto fundamental es la regulación de estas nuevas tendencias de viviendas de uso turístico. Después también hay que ver y ajustar de la mejor manera posible las nuevas normativas hoteleras que va a cambiar totalmente la forma de la clasificación de los hoteles. Todo esto supone un reto sin precedentes.
¿Cómo cree que habría que regular el alquiler de viviendas turísticas?
Todo lo que sobrepase un límite razonable hay que limitarlo o acotarlo, porque no se pueden tener incrementos brutales con consecuencias colaterales bastante importantes como la economía sumergida, la inseguridad a nivel de controles policiales de las personas que se alojan, la fiscalidad... Porque hay que competir con las mismas reglas de juego, que paguen seguros sociales, que paguen a Hacienda... Nosotros nunca estamos en contra de algo que es legal pero sí del que no es legal, porque en principio no solo está compitiendo con un decreto que es bastante laxo sino que además está haciendo competencia desleal porque no tiene las mismas cargas que tiene un hotel legalmente establecido.
¿Por qué piensa que se ha dado ese boom?
Las viviendas de uso turístico se están convirtiendo en un negocio. Con la ley de arrendamientos urbanos, que es proteccionista con el inquilino, era complejo desalojar a un vecino que tenías alquilado, por ejempleo, y esto es mucho más fácil porque sabes que el que entra se te va al día siguiente y puedes alquilar por noche usando las plataformas por todo el mundo. Antes el ámbito de comercialización era muy reducido y ahora es mundial. Todo eso, junto al exceso de stock de viviendas producido por una burbuja inmobiliaria, el boom turístico y una normativa que favorece este tipo de alquileres, provoca que las viviendas de uso turístico vivan ahora una burbuja descomunal.
¿Está a favor o en contra de una tasa turística para el visitante de Sevilla?
Hay que evitar por todos los medios que la tasa turística se convierta en un impuesto más porque de impuestos, sobre todo el sector nuestro, ya está bien cumplido. Nosotros no la contemplamos y, si se pudiera contemplar en algún caso, sería como tasa finalista, es decir, que esté muy claro que se recauda por el turismo y que se dedica exclusivamente a promoción turística. Que esa tasa no se una a los presupuestos generales y luego no se sepa dónde va. Hay que tener en cuenta también que estas tasas son muy injustas porque no solamente se tasa al turista sino también al que viene por cuestiones de trabajo, por un congreso o por cualquier motivo al que se aloje.
¿Le ha parecido oportuno que la Feria de Abril haya sido mas larga este año?
Para los hoteleros, y creo que para todos los sectores económicos de la ciudad ,ha sido total y absolutamente positiva. Pero vamos, somos muy respetuosos y lo que debe de primar, en todo caso, es el interés de los sevillanos, porque evidentemente es su feria. Nosotros damos nuestra opinión: el cambio económicamente ha sido muy positivo.