IU pide cambiar los nombres de calles principales de Sevilla por la vinculación con el franquismo de los homenajeados
“Hace poco celebramos la salida del genocida Queipo de Llano y su cómplice Francisco Bohórquez de la Macarena, pero no es suficiente”. En ese ir más allá, IU en Sevilla va a intentar forzar la máquina con la reclamación de que se retiren en la capital todas las huellas que quedan en pie del pasado franquista, entre las que incluye los nombres de varias vías muy destacadas del callejero sevillano por los lazos de los homenajeados con los golpistas. La exigencia se ha registrado formalmente para que el Ayuntamiento hispalense se dé por enterado y tome cartas en el asunto, aunque con el aviso de que el siguiente paso sería ya en los tribunales, con una querella por incumplimiento de la Ley de Memoria Democrática.
La advertencia la hacía este lunes el candidato de IU a la Alcaldía hispalense, Ismael González, que se plantaba ante la casa consistorial para subrayar que “no hay excusas” para no retirar los más de 90 símbolos que, según sus cálculos, quedan repartidos por la ciudad. Hablamos de azulejos, lápidas, retablos cerámicos y placas que igual loan a Franco que exhiben el águila franquista o los escudos falangistas o del Sindicato Vertical. En la nómina, elaborada por el letrado Francisco Tejada con información aportada por colectivos memorialistas, se incluyen también los nombres de cinco colegios y una veintena de calles, algunas tan señaladas como el Paseo Alcalde Marqués de Contadero, Cardenal Ilundain, Escritor José María Pemán o Manuel Siurot.
El escrito que conmina a actuar al gobierno local se ha presentado ante el Registro General del Ayuntamiento de Sevilla, al que se insta a retirar estos homenajes “en el ejercicio de su responsabilidad en la defensa de la democracia y los valores constitucionales” y en cumplimiento de las normas estatal y andaluza que regulan esta materia. “Hay un marco jurídico que permite que el Ayuntamiento actúe”, para lo que se le va a conceder un tiempo prudencial y no especificado antes de recurrir a la justicia, en un intento de que no se entienda como un ultimátum. “Es una cuestión de justicia social”, apostillaba González.
431 vestigios retirados desde 2019
¿Y qué responde el Consistorio hispalense a esta reclamación? Pues que su intención es “continuar eliminando estos vestigios progresivamente”, para lo que toma como referencia el Catálogo de vestigios del franquismo en Sevilla elaborado en 2020 por la Federación Local de Entidades Vecinales de Sevilla (Feves). El Gobierno municipal cifra en 70 los elementos pendientes, después de que desde 2019 se hayan retirado 431.
Entre estos 70 hay 23 que son azulejos y otros 39 que son de piedra, “los más complicados de eliminar” y ubicados en zonas como San Pablo o Bellavista. Eso sí, señala que buena parte de estos vestigios están en zonas privadas, como por ejemplo comunidades de vecinos, lo que se traduce en que “resulta administrativamente más complicado”.
IU, por su parte, considera “intolerable” que se mantengan estos homenajes “mientras hay miles de víctimas que siguen en las cunetas”. En su exigencia de borrar la huella franquista va incluso más allá del catálogo por el que se guía el Ayuntamiento sevillano, ya que incluye en su lista nombres de “miembros integrantes y activos participantes en el golpe de Estado y alzamiento militar contra el legítimo gobierno de la República”.
Gonzalo, general golpista... y santo dominico
Y aquí es donde surge la cuestión de los nombres de esa veintena de calles. De Marqués de Contadero, por ejemplo, se apunta que fue un golpista y alcalde de Sevilla en el régimen franquista, entre 1952 y 1959, mientras que al cardenal Eustaquio Ilundain, arzobispo de Sevilla entre 1920 y 1937, se le considera “cómplice del golpe”. Al escritor José María Pemán, al que se presenta como “fascista y golpista destacado”, ya se le han retirado honores en su Cádiz natal, y del pedagogo onubense Manuel Siurot, muy comprometido con la dedicación de niños desfavorecidos, se recuerda que “apoyó el golpe fascista de 1936”. En cuanto a los colegios, IU señala a los centros Calvo Sotelo, Vara del Rey, Carlos Haya, Capitán General Julio Coloma Gallegos y Lora Tamayo, una relación en la que aparecen militares golpistas y políticos franquistas.
Como muestra de la ambigüedad en la que se mueven algunos de estos casos, en la relación elaborada por colectivos memorialistas figura el barrio de San Gonzalo, en el que se incluye la plaza homónima. El nombre se eligió en honor al general golpista Gonzalo Queipo de Llano, cuyos restos fueron exhumados a principios de noviembre de la basílica de la Macarena y que en 1938 impulsó la construcción de este popular conjunto residencial trianero con la Obra Nacional de Casas Baratas para Obreros y Empleados o para Caballeros Mutilados y Obreros. ¿Cuál es el problema? Pues que el nombre del barrio, la plaza, la parroquia y hasta la hermandad son formalmente un reconocimiento al dominico portugués San Gonzalo de Amarante (1186-1259), lo que dificulta la aplicación de la Ley de Memoria Democrática.
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