El presupuesto de Sevilla recibe el aval de Podemos y queda ahora en manos de IU
Juan Espadas (PSOE) ha vinculado su adiós a la Alcaldía de Sevilla a la aprobación del presupuesto para 2022, y aunque todo hace prever que no habrá problemas, lo cierto es que la resolución se está demorando más de lo que el propio regidor preveía de antemano. Y pese a que la impresión es que el acuerdo final no está en peligro, y a que él mismo mantiene que es cuestión de días que se cierren los “flecos” que deben propiciar la fumata blanca, a la hora de la verdad todavía no han podido cerrarse.
Al margen de la dificultad que siempre conlleva una negociación de estas características, buena parte de la situación actual obedece a la singularidad del propio contexto que se vive en el Ayuntamiento de Sevilla. Por lo pronto, Cs cerró la puerta a repetir como socio en este viaje, lo que –contando de antemano con la enmienda a la totalidad de PP y Vox– abocó al PSOE a entenderse con el grupo municipal surgido de la confluencia de Podemos e IU.
Pero a esto hay que añadirle las malas relaciones internas entre estas dos formaciones, lo que ha obligado al gobierno local a embarcarse en una doble negociación. Y a todo este panorama tampoco ayudaron las prisas que transmitió el propio Espadas, que buscaba un acuerdo cuanto antes para así proceder a su relevo en la Alcaldía y centrarse en sus tareas como secretario general del PSOE andaluz y candidato a la Junta.
Al PSOE le falta un voto
De toda esta ensalada lo que ha salido por ahora ha sido un acuerdo con Podemos, cuya portavoz hasta este martes, Susana Serrano, inició la negociación en nombre del grupo municipal y la acabó en representación de Podemos, ya que IU se desmarcó con sus propias exigencias. Espadas apunta que la coalición de izquierdas “se incorporó más tarde” y que ahora es con ella con la que hay que rematar los “flecos” pendientes, en concreto con su portavoz, Daniel González Rojas, que ha asumido la representación del grupo municipal desde este miércoles merced al pacto rotatorio al que se llegó hace un año tras una fuerte crisis interna. El conflicto, por cierto, se tradujo pasados los meses en la expulsión de Podemos y del propio grupo de Sandra Heredia, hoy concejal no adscrita.
El resultado de todo esto es que Podemos ya ha dicho que sí al presupuesto, pero eso supone que el PSOE cuenta con un voto, cuando le hacen falta un mínimo de dos… que es precisamente el número de concejales que tiene IU. En todo caso, necesitaría la abstención de estos dos ediles para al menos sacar adelante las cuentas con el voto de calidad del alcalde. Así que esta formación, consciente de que tiene la llave, está apretando las tuercas e insiste en que “ahora mismo el balón está en el tejado del gobierno municipal” porque ya conoce sus propuestas y peticiones. Eso sí, admite que los contactos “van por buen camino”.
Los acuerdos con Podemos
En cuanto al pacto con Podemos, incluye compromisos en materia sobre todo de vivienda, turismo, movilidad y sostenibilidad. Entre otras cuestiones, se apuesta por los pisos en alquiler sobre todo para jóvenes y por formalizar en 2022 el Plan Respira, que prevé el cierre al tráfico privado del centro y parte de Triana pero con el compromiso añadido de extender esta medida a otras zonas.
Asimismo, se impulsará una red de autobuses rápidos, se aumentarán las inversiones para el carril bici y se convertirá el solar entre las calles Divina Pastora y Arrayán en un parque. Junto a ello, Podemos le ha arrancado al PSOE el compromiso de modificar el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) para considerar las viviendas turísticas como uso terciario, lo que se acompañará de estudios para el establecimiento de zonas turísticas saturadas que impidan la apertura de nuevos alojamientos turísticos en aquellas que superen el 10% de presión turística sobre la residencial.
Las reclamaciones de IU
IU, por su parte, no entra en cuestiones concretas, pero indica que sus peticiones van encaminadas a “intentar dar un giro de 180 grados a la política que actualmente lleva el PSOE en nuestra ciudad”. En esta línea, apunta a revertir las privatizaciones, defender los servicios públicos, dar una respuesta real “a los barrios que llevan años olvidados” y “avanzar con paso firme hacia una ciudad más habitable y sostenible”.
La intención de Podemos y de IU es que el voto del grupo municipal sea unánime, aunque la formación morada ya se ha adelantado avalando las cuentas para 2022. Espadas insiste en que queda “muy poco margen de tiempo” para el acuerdo final, pero IU enfría los ánimos y recuerda que el posible acuerdo tiene que ser luego refrendado en una asamblea, que en todo caso sería telemática. Entre unos y otros, y cada uno con sus tiempos, están sentando de esta manera las bases para sellar un pacto definitivo que todo apunta a que llegará más pronto que tarde.
0