Sevilla comprará agua a regantes para tener más reservas si la sequía se agrava
Sevilla tiene declarada la alerta por sequía desde el pasado mes de octubre, pero sigue sin llover y el horizonte que se vislumbra es cada vez más intranquilizador. Esta situación, que es compartida por buena parte de España, ha llevado a Emasesa (la empresa metropolitana de aguas, que abastece a la capital y a otros 11 municipios de su área, con más de un millón de personas) a barajar otras opciones más allá de las campañas de concienciación, con la vista puesta en que si las cosas no cambian acabarán llegando las restricciones. Y para retrasar ese momento, una de las opciones que está sobre la mesa es la compra de agua a comunidades de regantes, una cuestión que por cierto está candente tras alertar la Mesa Social del Agua de Andalucía del “mercadeo” en la cesión de derechos de riego.
La posibilidad ya se barajó hace meses, pero este miércoles la ha vuelto a traer a escena el alcalde hispalense, Antonio Muñoz (PSOE), que ha incidido en que “llegar a acuerdos con comunidades de regantes” para aumentar las reservas es una alternativa que se tiene muy presente, a la vez que ha advertido que “no es una solución inmediata que vayamos a realizar”. Junto a esta compra de derechos, otra de las vías que se tiene abierta es la búsqueda de aguas subterráneas, medidas que se traducirían en un aumento directo de los recursos disponibles más allá de las campañas de ahorro que ya están en marcha.
Muñoz ha planteado esta posibilidad en su intervención en el Fórum Europa. Tribuna Andalucía organizado por Nueva Economía Fórum, precisamente en unos días en los que está de plena actualidad la compra de derechos de riego a los agricultores. Esta medida se contempla en la Ley de Aguas y se emplea de manera habitual en situaciones graves de sequía como la actual, cuando los regantes no van a utilizar el agua que les corresponde al no ser suficiente para sacar adelante sus cultivos. Es el caso por ejemplo de los arroceros, que este año no van a poder plantar y con esta venta de derechos (normalmente a otros agricultores) compensan en parte las pérdidas que van a tener.
“Herramienta jurídica legal”
Pese a ello, la cuestión no está exenta de controversia, como demuestra que esta misma semana la Mesa Social del Agua de Andalucía expresaba su preocupación por “el mercadeo” del agua, un bien público “tan necesario”, por lo que instaba a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) a que asuma la intermediación en la cesión de derechos con criterios sociales y ambientales y “no sólo económicos”. Esto, a su vez, llevaba a entrar en el debate a la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua), que ponía el acento en que esta cesión de derechos de riego es “una herramienta jurídica completamente legal” y favorece “un óptimo aprovechamiento” de los escasos recursos disponibles.
Lo cierto es que el hecho de que se hable de este tipo de iniciativas ya pone de manifiesto el calibre de o que está provocando la falta de lluvias, la situación más grave de los últimos 30 años. “La sequía es el problema con mayúsculas no sólo en Sevilla, sino en media España”, ha subrayado Antonio Muñoz en su intervención, que ha destacado que con los pantanos que abastecen a la capital hispalense y su área metropolitana por debajo del 40% (lo que supone agua garantizada para año y medio) no se han establecido todavía cortes en el suministro gracias a que “se han hecho los deberes”. En especial, con la construcción de Melonares, que con sus 185,6 hectómetros cúbicos de capacidad entró en servicio en 2008, aunque el agua no llegó a Sevilla hasta que se terminaron las conexiones en 2015.
Ante este panorama de escasez, Emasesa inició hace más de un año su plan Objetivo 90, para reducir a esa cifra el gasto de litros diarios de agua por consumidor, que cuando se puso en marcha estaba en 116. En la actualidad se ha logrado reducir este consumo a 107 litros por persona y día, así que hay que seguir apretando las tuercas. La alerta por sequía, declarada en octubre, ya prohíbe usar el agua para fines no esenciales, y en paralelo se han captado fondos europeos para la instalación de 311.000 contadores digitales, que permiten detectar en tiempo real cualquier fuga o consumo anormal. A esto se une la rehabilitación de conducciones antiguas para afrontar un ahorro adicional en caso de empeoramiento de la sequía.
Una planta potabilizadora
¿Y qué más se puede hacer, además de cruzar los dedos para ver si empieza a llover? Pues Muñoz ya adelanta que el próximo paso tiene que ser invertir en potabilizar el agua, ya que la sequía va a reducir la calidad del líquido que se consume. Para ello ha hecho un llamamiento a la Junta y al Gobierno central para la construcción de una planta de tratamiento que permita neutralizar esta bajada de calidad, cuya construcción debería empezar en enero como tarde si las cosas siguen como hasta ahora. Los técnicos de Emasesa y también de la empresa que suministra a la comarca del Aljarafe, Aljarafesa, están estudiando la solución de la tratabilidad del agua, que utilizaría un sistema de tecnología punta de filtración por membrana. A estas instalaciones también podría acogerse otra de las compañías de abastecimiento de la provincia, Aguas del Huesna, lo que implica que se beneficiarían hasta 1,7 millones de personas.
Todos estos pasos son previos al último recurso, los cortes de agua, que no se sufren de forma masiva desde hace tres décadas. Esto no sólo alteraría la calidad de vida de más de un millón de personas, sino que desde el Consistorio hispalense se apunta que también ocasionaría graves problemas en la generación de riqueza y empleo, ya que al drama que se vive en el campo se uniría el impacto en el turismo y otras actividades fundamentales para la economía de la ciudad.
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