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Sevilla, ante el reto de ser sede de los 'Oscar' europeos

'Langosta', 'Mustang' y 'Rams', que se verán en el SEFF, nominadas a Mejor Película Europea

Amalia Bulnes

Sevilla tiene deberes por delante. Sin preverlo, la gala inaugural del Festival de Cine Europeo celebrada el pasado viernes se convirtió en toda una declaración de intenciones sobre el futuro de las políticas culturales. A saber:

Aunque era un viejo reclamo de la ciudad, así como una de las intenciones de la EFA que cada año suenan sottovoce en los días de festival, lo cierto es que nunca antes la presidenta de la European Film Academy se había pronunciado públicamente de manera tan contundente. Sobre el escenario del Teatro Lope de Vega, Marion Döring aseguró que la voluntad de la EFA es que Sevilla no sea sólo escenario de la lectura de las Nominaciones a los Premios del Cine Europeo, sino que pueda acoger la gala de entrega de los mismos, un acontecimiento de relevancia internacional al que se le conoce, por su magnitud y difusión, como los Oscar del viejo continente.

El encaje, no obstante, no es sencillo y el nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sevilla, liderado por Juan Espadas -que subió al escenario a continuación-, recogió el guante con tanta elegancia como prudencia y mesura.

Y es que este evento, de indudables beneficios directos e indirectos para la ciudad, tiene un coste. Según ha asegurado la propia EFA, la sede de acogida debe sufragar la realización de la gala, que tiene un coste de alrededor de un millón de euros que, no obstante, “se quedan en la ciudad en la misma proporción”, ha asegurado en más de una ocasión Marion Döring, en relación al número de pernoctaciones, viajes, empresas de servicios locales y profesionales necesarios para poner en pie un acontecimiento que se retransmite por televisión para toda Europa y tiene una repercusión internacional incluso extra continental.

Así las cosas, el Ayuntamiento de Sevilla, huyendo de una política de fuegos artificiales, opta por la prudencia: “Sí, pero no a costa de”, hasta tres veces pronunció este sábado este titular el delegado de Cultura y Habitat Urbano, Antonio Muñoz, que entiende que esta cantidad no debe salir de las arcas municipales (para que se hagan una idea, un millón de euros es el presupuesto aproximado de todo un Festival de Cine que tiene una duración de nueve días).

Aún así, Muñoz asegura que “Sevilla no va a permanecer impasible” y que ya se está trabajando para implicar a otras administraciones (Junta de Andalucía y Ministerio de Cultura) y al patrocinio privado, punto en el que aprovechó para arrancar un compromiso a la sociedad civil, empresas y fundaciones, en el desarrollo, progreso y crecimiento cultural de la ciudad.

Hay que ponerse a ello pues, pero hay tiempo y ya han enseñado la patita los primeros apoyos: por parte del ministerio de Cultura, la directora general del ICAA (Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales), Lorena González-Olivares, viajó este sábado a Sevilla para participar en la ceremonia de lectura de las nominaciones y se hizo eco de lo ocurrido la noche anterior. “Si Sevilla quiere optar a ser sede de la gala de entrega de los premios, podrían contar con nuestro apoyo”, aseguró públicamente durante su intervención.

“Si esta jugada nos sale bien, lo haremos, hay que intentarlo”, explicó Muñoz a eldiario.es/andalucia, al tiempo que volvió a remarcar que no iba a sacrificar la programación cultural habitual ni los proyectos propios de la ciudad para centrarse en este único acontecimiento. “Ésta es la filosofía de este Ayuntamiento, y nos sirve tanto para los Premios del Cine Europeo como para el Año Murillo: sí, pero no a costa de”.

Los Premios del Cine Europeo se celebran con un sistema de alternancia, cada dos años, fuera de Berlín -ciudad que es sede permanente de la EFA-; por lo que, hasta 2018 no podría viajar a Sevilla. El próximo 12 de diciembre, la gala tendrá lugar en la capital alemana; en 2016, viajará a la ciudad polaca de Breslavia, para regresar a Berlín en 2017.

Hasta la fecha, los Premios del Cine Europeo se han celebrado en ciudades de la magnitud de Londres, París, Barcelona (la única española), Roma y Copenhague.

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