Vecinos de Sevilla denuncian “abandono” en los barrios obreros: “No van a hacer nada hasta que pase una desgracia”
Rocío Castellón todavía tiene “el susto metido en el cuerpo”. Su hija de 11 años sufrió el pasado domingo un accidente en el canal de la Ranilla, a la altura de la barriada sevillana San José de Palmete, a escaso un kilómetro de casa. De acuerdo con el testimonio que comparte su madre con elDiario.es Andalucía, la pequeña pasaba por allí, como suele hacer cuando se dirige a casa de sus amigas.
Aquel día, sin embargo, se detuvo porque se le cayeron las llaves. Su impulso fue tratar de recuperar el objeto perdido y para ello se apoyó en el bordillo del canal. Pero “las llaves habían caído dentro del asfalto”, continúa Rocío, emitiendo con pesar cada palabra. Cuando la niña pisó la superficie, el firmé se desprendió “y cayó al agua” desde una altura de “más de cinco metros”.
“Le puede pasar a cualquiera”, añade aún sobrecogida la madre que vive desde pequeña en este barrio del distrito Cerro Amate. “Quién va a pensar que se va a desprender el suelo”, se pregunta ahora que su hija se recupera de una fractura y múltiples contusiones, aunque con el dolor “no puede dormir por las noches”. Rocío está pensando si emprender acciones legales. Y entretanto, se ha sumado a la concentración ciudadana promovida esta mañana por la plataforma vecinal Barrios Hartos en el lugar del incidente, a fin de “denunciar públicamente” unos hechos que, desde la entidad entienden, “están totalmente relacionados con la desidia que sufren nuestros barrios”.
Sin garantía para la seguridad de los ciudadanos
Al respecto, Eva Collado, portavoz del colectivo, advierte que el estado de la zona conlleva “graves riesgos” para los niños y para cualquier vecino que transite por el entorno. Reconoce que en las inmediaciones hay un viejo cartel alertando de “peligro de derrumbe de la cubierta del canal”, pero la portavoz de Barrios Hartos señala que el deterioro que este presenta es en sí mismo “reflejo del abandono” que han mostrado los distintos responsables a lo largo de los diez años que llevan denunciándolo.
“Las administraciones y todos los grupos políticos con responsabilidades conocen perfectamente el estado del canal y, sin embargo, llevan años ignorando las denuncias de vecinos y colectivos”, reprochan desde Barrios Hartos. Denuncia que ha contado en este acto de protesta con el respaldo de la asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA-Sevilla). En este sentido, critican que el Ayuntamiento, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Junta de Andalucía “se echan la pelota” unos a otros “para no hacer nada” que pueda garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Por su parte, fuentes del Ayuntamiento hispalense consultadas por este periódico indican que el canal está vallado y no es de acceso público ni de uso peatonal, por lo que ninguna persona debe estar ni jugar en su interior. Asimismo, añaden que el distrito está revisando dicho vallado para comprobar si hubiese algún resquicio y, en ese caso, proceder a repararlo. En cualquier caso, continúan fuentes municipales, el compromiso a medio plazo es convertir este canal - competencia de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir - en un bulevar para que puede ser utilizado por los vecinos de los barrios de la zona.
“Hasta que pase una desgracia”
No obstante, los vecinos de la zona se confiesan “cansados de esperar”. Eva recuerda que hace una década el Consistorio ya prometió que estaba realizando gestiones y en los últimos dos años, grupos municipales como Ciudadanos o Adelante Sevilla han denunciado también el “deplorable estado” en el que se encuentra el canal, instando a intervenir de forma urgente en la zona dado “el grave problema de seguridad e insalubridad” existente en el canal “convertido en un auténtico vertedero urbano”, según los términos que emplearon los portavoces de los respectivos agrupaciones municipales.
Sin embargo, desde entonces “no han hecho absolutamente nada”. Por eso, para Barrios Hartos este trágico suceso denota “la situación de abandono y falta de inversión en infraestructuras” con la que conviven los barrios obreros a diario “desde hace muchos años”. “Parece que hasta que no pase una desgracia no van a hacer absolutamente nada”, lamenta Eva Collado. Y esta vez, concluye, la chiquilla “no se ha matado de milagro”.
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