Barcelona, 19 nov (EFE).- Nuria, Carles y Mercè son los nombres de tres adultos que sufrieron abusos sexuales cuando eran niños por parte de mayores que se encontraban en su entorno de confianza, al igual que sucede con el 80 % de los casos que se producen en el mundo.
La dura experiencia vivida por estas tres personas se ha dado a conocer en unas videocartas que han sido presentadas este viernes en rueda de prensa en Barcelona, por parte de la Fundación Vicki Bernadet, que trabaja en la atención a las víctimas de abusos sexuales y la prevención, formación y sensibilización de esta lacra desde 1997.
Los vídeos y la nueva campaña de la Fundación, “Cartas sobre la mesa”, creada de forma altruista por la agencia Ogilvy Barcelona, se ha hecho con motivo del Día Mundial para la Prevención contra el abuso sexual infantil, que se conmemora este 19 de noviembre.
Se trata de sensibilizar y visualizar el abuso sexual infantil, ya que muchas personas no saben cómo reaccionar ante la sospecha de un posible abuso en la infancia y optan por callar, ha indicado Bernadet.
Así se constató en unas entrevistas que se hicieron a profesores de la ciudad de Barcelona hace cuatro años por parte del Grupo de Investigación en Victimización Infantil y Adolescente (GREVIA) de la Universidad de Barcelona.
La psicóloga e investigadora de GREVIA Noemí Pereda ha indicado este viernes en el mismo acto que un 72 % de los profesores entrevistados tenía sospechas de posibles abusos pero solo un 20 % las notificó a las autoridades, con lo que el resto se quedó sin denunciar, ha explicado.
“De la misma manera que para un niño o una niña resulta complejo asumir un abuso sexual por parte de un miembro de su núcleo de confianza, es igual de complejo para el resto de los miembros adultos de ese mismo núcleo pensar que el abusador es un integrante del que debería ser el entorno de máxima protección para un menor”, ha argumentado Vicki Bernadet.
Los testimonios de Nuria, Carles y Mercè ponen sobre la mesa situaciones distintas con un denominador común: la dificultad que surge al tratar de hablar sobre lo experimentado, y que se suele afrontar cuando ya se es adulto.
Pereda ha considerado, por su parte, que “el abuso sexual infantil se caracteriza por el secreto y el silencio impuesto a la víctima. El niño o niña no puede saber que lo que está ocurriendo es algo que debería denunciar, tiene miedo y confía en su abusador porque es un adulto de su entorno de quien se presupone recibirá atención, afecto y cuidados”.
Por ello, las víctimas necesitan de un proceso de maduración y reflexión personal para saber que lo que vivió es algo que no le pasa a todos los niños, que está mal y que el culpable es una persona a quien le une un vínculo de afecto, “un proceso que suele darse en la edad adulta, que es cuando las víctimas se atreven a denunciar lo que vivieron”.
Bernadet ha lamentado que la Ley Orgánica 8/2021 de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, aprobada en junio de este año en el Congreso de los Diputados, no contemple los abusos sufridos con anterioridad a la aprobación de la misma.
“La ley no tiene efectos retroactivos y es duro explicar a las personas que se animan a denunciar ahora, en la edad adulta, a sus abusadores que no pueden hacerlo”, ha indicado Bernadet.
Tampoco ve claro esta experta cómo se implantará el referente para abusos que cada escuela debe tener, tal y como contempla la citada ley, ya que “da miedo que cada escuela vaya por su cuenta y que esta figura sea una persona de la propia institución escolar o que no tenga la formación adecuada”, ha opinado.
Vicki Bernadet ha pedido a padres y educadores que “tengan como posibilidad el posible abuso sexual”, que no se cierren a ello y que cuando se hacen talleres educativos se acuda a conocer esta realidad que afecta a uno de cada cinco niños en el mundo, porque el porcentaje de detección “es bajísimo” en Cataluña y en España.
La Fundación Vicki Bernadet, con sedes en Barcelona y Aragón, recibió el pasado 2020 un total de 1.350 demandas de ayuda y ha ofrecido apoyo psicológico a 356 víctimas de abusos sexuales infantiles, según los datos facilitados este viernes.