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Vela de las Intrépidas, fantasía de una noche en ciudad mexicana de Juchitán
La solemnidad dio paso a la fantasía y los miembros LGBT cambiaron los tradicionales trajes con huipil por llamativos vestidos de noche en la fiesta La Vela de las Intrépidas celebrada hoy en Juchitán, sur de México.
Esta fiesta, que tiene como protagonistas a los muxes, como llaman a los miembros de la comunidad LGBT en Juchitán, supuso el fin de dos días de celebraciones que incluyeron la regada o tirada de frutas y una misa al patrono del lugar, San Vicente Ferrer.
La comitiva de muxes mostró sus vestidos llamativos en un desfile con fanfarrias en la que acompañaron a su reina Mayté I, un muxe de un barrio de Juchitán, hasta el salón de fiestas para el tradicional baile de coronación.
Alrededor de 10.000 personas, entre pobladores y turistas, llegaron a esta comunidad mexicana para presenciar la festividad de la comunidad LGBT, que en el 2017 no se celebró a causa de los daños que dejaron los terremotos de septiembre, según cuenta Felina Santiago, promotora de derechos humanos de los homosexuales y de la prevención del VIH-SIDA.
“Hay ocupación hotelera, se venden trajes, se emplean a las estilistas, y hay muchos sectores que obtienen ganancias en torno a esta fiesta”, agrega Felina.
El clímax de la fiesta ha sido la pasarela, donde los muxes caminan cadenciosamente modelando los más exóticos y originales trajes de noche anunciados en un micrófono por un presentador, mientras los invitados comen y beben con profusión.
Y avanzan ellas en medio de la pista hasta el templete, al ritmo de un tema de moda en inglés, envueltas en vestidos entallados que dejan ver curvas trabajadas en años.
Escotes con senos de silicona, sensuales labios y ojos con pestañas estilizadas, luces, hielo seco, consuman la fantasía de ser vistos como mujeres bellas y sensuales.
Mañana, la fiesta cierra con la Lavada de Ollas (vasijas), donde ya cansadas y ojerosas llegarán de nuevo a bailar y renovar la promesa de encontrarse un año después en el mismo lugar.
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