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El acoso vial a ciclistas urbanos llega a las redes: “Empecé a grabar tras un adelantamiento que rozó mi manillar”

Los accidentes con ciclistas se duplican en cinco años

Laura Galaup

Subir una calle con pendiente pedaleando con un vehículo detrás que no para de pitar, sin motivo aparente. Adelantamientos rápidos sin respetar la distancia de seguridad. Giros sin espacio que obligan al usuario de la bicicleta a parar en seco para evitar un accidente y conductores que les increpan por no ir a la misma velocidad que un coche. Estas son las experiencias de muchos ciclistas urbanos que circulan junto al resto de vehículos. Para retratar y denunciar estas actuaciones algunos han decidido poner una cámara en el manillar o en su casco, grabarlas y difundirlas en redes sociales.

“Empecé a grabar después de tener varios incidentes con coches y autobuses. Un día, en un lateral del Paseo de la Castellana [Madrid], un autobús me pasó rozando el manillar, me ignoró y me dije: A partir de mañana me compro una cámara y cada vez que vaya en bici por Madrid, grabo”, cuenta Guillermo Sanz, que utiliza desde noviembre la cuenta Malditos Ciclistas (@Bloody_Cyclists) para divulgar sus experiencias. Las imágenes que obtiene no tienen solo una finalidad de difusión, lo graba todo por si un día tiene un accidente y así poder incorporarlas como prueba en una denuncia.

Este ciclista experimentado, que utiliza este vehículo desde el 2002 para desplazarse en ciudad, recuerda un episodio que le hizo replantearse el uso de este modo de transporte. “Una vez me bajé de la bici en la Castellana después de que un taxista me pitase y me pasase a toda leche, a 60 ó 70 kilómetros por hora, rozándome el manillar. Fue tan violento que me tuve que bajar de la bici. Y decidí estar unos días sin cogerla. Pensé: No es necesario, tengo hijos. No tengo necesidad de jugarme la vida para moverme. Cuando hagan un carril bici, me subo”. Finalmente ese inciso duró solamente unos días porque le pudo “el vicio”.

¿Qué se encuentra diariamente la cámara de Sanz? “Sufres adelantamientos de cerca, adelantamientos para girar inmediatamente y te hacen un gancho, o sencillamente, te pitan, te dicen que te vayas... El otro día fui con mi mujer al Paseo del Prado y nos pitaron dos veces para que nos fuésemos a la acera”, cuenta este ciclista.

A pesar de que también quiere incidir en que “no se puede decir que sea una actitud mayoritaria” de los conductores. “Obviamente, no te cruzas con la mayor parte de los conductores pero, ¿hay que tener un susto cada 100 coches?”, se pregunta. La ciudad por la que circula este tuitero, Madrid, no cuenta con una red de carriles bicis conectados ni estructurados. En sus calles, los ciclistas urbanos se desplazan junto a los coches, las motos, taxis y autobuses.

En Barcelona, el perfil @Cbinvaders también graba estos incidentes desde su bici. En este caso, el diseño de la ciudad, que sí cuenta con carriles que separan a las bicis de los coches, hace que los conflictos que refleja estén más centrados en obstáculos que “invaden” el carril bici y le impiden continuar su camino por esa ruta. “Te encuentras a motos que lo utilizan para adelantar. No siempre, pero es verdad que te las cruzas de frente en carriles bidireccionales. También hay coches que aparcan un momentito y te obligan a salir”, cuenta este ciclista.

Por aquellas calles en las que no existen vías segregadas, este tuitero también comparte experiencias como las de Sanz. “Sobre todo aquí los mayores problemas son las motos, te encuentras una o dos que te adelantan a la vez para llegar a un semáforo en rojo. Los coches se te pegan un metro por detrás y vas notando el aliento. Mucha gente opta por apartarse o subirse a la acera”, relata.

En algunos de los vídeos que publica Sanz en la cuenta Malditos Ciclistas también graba la respuesta que le dan los conductores al ser preguntados por su imprudencia. “Es que no podéis ir por en medio los ciclistas”, se justifica una de ellas, que le adelantó en un solo carril, a la que intercepta en el semáforo siguiente revisando el móvil. Este mantra que repiten muchos conductores no es así. La ordenanza del Ayuntamiento de Madrid regula que al ir por la calzada “las bicicletas circularán ocupando la parte central del carril que estén utilizando en ese momento”.

De hecho, desde la Coordinadora estatal en Defensa de la Bici (ConBici) esta es una de las recomendaciones que plantean a los ciclistas y a los municipios para evitar “que los conductores consideren que hay espacio para adelantar”, cuenta su coordinadora general, Laura Vergara. Además, para evitar la violencia vial apuestan por reducir la anchura de los carriles ya que, a juicio de esta ciclista, “las grandes avenidas que están diseñadas como autopistas incitan a la velocidad”.

También insisten en la importancia de reducir la velocidad de circulación en las ciudades. Este colectivo tiene las esperanzas depositadas en la reforma del Reglamento General de Circulación en la que está trabajando el Gobierno para limitar la velocidad a 30 kilómetros por hora en las ciudades. 

Desde ConBici aseguran que están percibiendo que cada vez más ciclistas incorporan a su circulación una cámara y creen que estos vídeos tienen un efecto de “denuncia y visibilidad” de estos conflictos para aquellos que no cogen la bici o los que se están iniciando. “Además, se puede presentar como prueba. Una instrucción de la DGT permite que esas imágenes se acepten como prueba [en una denuncia]”, cuenta Vergara.

Esta mujer, que vive en Zaragoza, cree que en su ciudad los incidentes entre coches y bicicletas se están reduciendo, aunque ella cuenta que este mismo miércoles “ha vivido un adelantamiento peligroso”. “Iba en una pendiente muy fuerte. Eso ha generado un conflicto entre los vehículos porque uno me ha adelantado cuando había otro en otro carril y no había espacio para todos”, relata.

Sanz tiene claro que la solución a estos conflictos pasa por el carril bici y no por pintar bicis en el asfalto madrileño. Sin embargo, la coordinadora general de ConBici aboga por invertir en infraestructura ciclista solo si se realiza bien, “si tienen buen diseño y si están conectadas”. Esta opción, según reconoce Vergara,  permite que la bici sea más “accesible a todos los grupos de edad”, sobre todo infancia y personas mayores. 

Por su parte, hay colectivos que no creen que esta medida deba sustituir a la educación vial. “Es como plantear que los coches que no se paran en los pasos de peatones van a aprender a hacerlo si creamos pasos subterráneos para los peatones”, reseña Iván Villarubia, portavoz de En Bici Por Madrid.

Ahora Madrid planteó en su programa electoral la creación de un plan director de la bicicleta “que desarrolle una red de carriles bicis integrada y coherente, no solo recreativa”. A punto de finalizar el mandato, no hay una estructura de carriles segregados que se despliegue y estén conectados por toda la ciudad, a pesar de las peticiones de varios colectivos ciclistas y vecinales que durante estos años han insistido en la creación de estas vías en varias zonas. Entre ellas, en el Paseo de la Castellana, una de las arterias de la capital en las que, tal y como ha denunciado Sanz en sus vídeos, algunos coches no respetan las distancias de seguridad al circular.

El último compromiso del Consistorio madrileño, se ha reducido a un itinerario ciclista alternativo a Madrid Río con sólo dos kilómetros de carril bici, los seis restantes se limitarán a los ciclocarriles, en los que los ciclistas conviven con los coches en una vía con una bicicleta pintada en el suelo y la velocidad limitada a 30 kilómetros por hora.  

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