Ceuta, 19 may (EFE).- La presión migratoria en la frontera de Ceuta con Marruecos ha disminuido sustancialmente tres días después de la histórica llegada irregular de 8.000 inmigrantes, y este miércoles solo se registra un goteo de llegada de personas a nado o en minúsculas embarcaciones tras el cierre de los accesos en la localidad marroquí de Castillejos.
Los inmigrantes que logran acceder a la playa del Tarajal son devueltos inmediatamente por los agentes que custodian la frontera con Marruecos.
La frontera ha amanecido hoy sin las tanquetas militares y con menos agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, tanto en tierra como en barcos, que han sido suficientes para rechazar el goteo constante de inmigrantes que llegaban a nado o en minúsculas embarcaciones.
Los inmigrantes que eran devueltos directamente a Marruecos ateridos de frío se mezclaban con los que voluntariamente han regresado tras dos días durmiendo al raso y comiendo lo que les regalan.
Hasta ahora, el número de devoluciones de personas inmigrantes que han entrado irregularmente en Ceuta desde Marruecos asciende a 5.600, mientras que se cifran en 1.500 los menores que han llegado a la ciudad.
Los menores están acogidos, junto a las mujeres que llegaron irregularmente, en una nave del polígono industrial del Tarajal, cercano a la frontera.
El descenso de la presión migratoria ha motivado que los comercios y bares vuelvan hoy a abrir sus puertas con normalidad tras el cierre de la mayoría de ellos por temor, como han explicado a Efe dueños de locales de restauración o Hassan Mohamed Amar, el propietario de la céntrica tienda Hogar, que vende artículos textiles.
El Gobierno, que considera lo ocurrido como un asalto a la frontera y no una crisis migratoria, aprecia este miércoles un cambio de actitud de Marruecos después de que, desde el pasado lunes, este país permitiera la llegada a Ceuta de miles de inmigrantes irregulares.
Fuentes del Ejecutivo han asegurado que Marruecos “está suavizando” su posición poco antes de que, según pudo comprobar Efe, la policía marroquí sellara el paso fronterizo de Tarajal e interrumpiera el éxodo migratorio por el que han llegado a la ciudad autónoma unos 8.000 inmigrantes indocumentados.
Las autoridades marroquíes en la localidad norteña de Castillejos han cerrado los accesos hacia Ceuta y puesto fin a las avalanchas masivas de emigrantes que se ha producido en los últimos dos días.
La situación cerca de la frontera desde el lado marroquí es muy diferente a la de los dos últimos días: los grupos de migrantes se desplazan hoy en dirección contraria, tras perder la esperanza de poder entrar en el enclave español.
Tras esta masiva llegada, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria de Ceuta (INGESA) ha atendido desde la mañana de ayer hasta la mañana de este miércoles a 199 inmigrantes marroquíes, entre ellos una mujer embarazada.
Junto al descenso de la presión migratoria en la frontera del Tarajal, en Ceuta siguen deambulando los que llegaron irregularmente con la esperanza de encontrar un trabajo en la ciudad española o en cualquiera de Europa.
La llegada masiva de inmigrantes a Ceuta en las últimas horas ha hecho saltar por los aires el protocolo de asistencia humanitaria que organizaciones como Cruz Roja tiene establecido en la zona y ha obligado a priorizar la atención en los menores y quienes presentan problemas de salud.
La situación vivida en la ciudad autónoma es “completamente extraordinaria”, en palabras del director de Emergencias de Cruz Roja, Íñigo Vila, que ha explicado a Efe que si bien la mayoría de ellos ha llegado en buen estado de salud, también se han registrado casos de hipotermia, deshidratación y agotamiento extremo.
La extraordinaria llegada de personas a Ceuta ha provocado rifirrafes entre los líderes políticos y la presencia del jefe nacional de Vox, Santiago Abascal, en la frontera con Marruecos.
Unos minutos antes estuvieron en la misma zona los representantes de la asociación Jusapol, que incluye a policías nacionales y guardias civiles, quienes han criticado que los medios que tienen para la crisis migratoria de Ceuta son “escasos y obsoletos” y han asegurado que a un agente le han roto el casco de una pedrada.