Cuatro de cada diez familias han utilizado una Inteligencia Artificial para hacer tareas escolares
La Inteligencia Artificial (IA) desembarca en la Educación a marchas forzadas. Aunque con cierto recelo aún en cuanto a la fiabilidad de sus resultados y en medio de un debate nacional sobre la conveniencia del uso de pantallas en las clases, el uso de esta tecnología en hogares y colegio, entre alumnado y profesorado, se expande para realizar tareas educativas. Un 40% de las familias ha utilizado la IA para realizar tareas de la escuela y un 73% de los profesores para ayudarles a preparar las clases, pese a que son mayoría tanto los docentes (un 67%) como los progenitores (53%) no creen que sea una buena idea, según una encuesta de Gad3 para Empantallados sobre el uso de esta herramienta en la Educación.
El uso de la IA se extiende, pero lo hace con recelo porque los actores del sistema confían menos en sus resultados que en los de otras fuentes, como los libros o incluso la Wikipedia. Solo la mitad de los padres y madres y uno de cada tres docentes se fía de estas herramientas, que son más que los que lo hacen de las redes (30%), pero menos que Google (92%) o el texto impreso (61%).
En este apartado se pone de manifiesto también las diferencias entre profesorado y familias en cuanto a la fiabilidad de las fuentes. Los docentes creen todavía menos en la IA (un 37%) y más en los métodos tradicionales (74% para Google o un 97% para revistas). De acuerdo con el informe, la objetividad y el acierto de la IA en la información que dan al usuario no llega al notable. En una escala sobre 10, las familias le dan un 6,2 y un 6,3, respectivamente. Estas puntuaciones bajan aún más entre los profesores: 5,2 en objetividad y 5,4 en acierto.
Lo mismo sucede respecto a cómo ven unos y otros las aportaciones que la IA pueda hacer a medio plazo, pese a que varios de los expertos que han intervenido en la presentación del informe han insistido en que nadie sabe cómo evolucionará la inteligencia artificial en una década. Aún así, el 57% de los padres cree que la IA tendrá un impacto positivo en la educación de sus hijos, porcentaje que aumenta (61%) en relación con el efecto positivo que tendrá en el futuro profesional de sus hijos. Frente a este dato, solo el 39% de los profesores considera que la IA tendrá un impacto positivo en la educación y un 54% cree que será beneficioso en el futuro laboral de sus alumnos.
Entre el alumnado, el uso más habitual de la IA es realizar trabajos (58%), complementar contenidos de materias (56%) y estudiar y preparar exámenes (50%). Pero los más jóvenes no recurren tanto a ella en busca de nuevas ideas, que es el mayor uso docente
Positivo o no, el impacto educativo ya está ahí. La IA se usa para cuestiones diversas. Entre el alumnado, el más habitual es realizar trabajos (58%), seguido de complementar contenidos de materias (56%) y estudiar y preparar exámenes (la mitad). Sin embargo, los más jóvenes no recurren tanto a ella en busca de nuevas ideas, que es justamente la mayor utilidad que le ven los docentes (64%), junto a complementar contenidos (50%), un apartado en el que destaca especialmente el profesorado de Formación Profesional (un 71% utiliza la IA).
El informe de Gad3 también ha indagado acerca de las reglas y límites que se le debe poner a esta herramienta en opinión de los usuarios y actores del sistema, un debate muy presente en el sector, por ejemplo con los móviles en la escuela. “La IA está por todas partes. Su enorme capacidad y su invisibilidad abre muchos interrogantes”, ha reflexionado Luisa Alli, secretaria general del Instituto Hermes. “Para algunos de ellos ya tenemos respuestas, pero hay otros más complejos. En el caso de la IA generativa, estos van desde entender las fuentes de las que bebe, de quién pasa a ser propiedad el texto que damos a ChatGPT cuando preguntamos algo o qué sucede con esa información. También los sesgos que hay detrás y si hay o no discriminación. Y llegamos a temas de más calado, como entender quién gobierna a quién, si la persona a la IA o al contrario… Tenemos el precioso reto de desarrollar esta tecnología asegurando que protege los derechos básicos de la persona”.
Familias y docentes comparten la preocupación; el alumnado, sensiblemente menos. La mayor parte de los padres y madres (83%) y profesores (90%) manifiestan preocupación por las políticas de privacidad y el uso de los datos personales por parte de las herramientas de IA. Entre los estudiantes apenas son uno de cada dos.
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