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Por qué el dato de diagnósticos diarios de COVID-19 es menor que el real

Mapa del riesgo

Marta Borraz / Raúl Sánchez

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Como lleva haciendo desde el estallido de la epidemia, cada día el Ministerio de Sanidad da un balance de datos sobre el nivel de transmisión del coronavirus en España. Pero desde hace algunas semanas, los desbarajustes en las cifras se han multiplicado y la confusión sobre en qué dato hay que fijarse va en aumento.

Con el nuevo sistema de información, todos los ojos miran diariamente a uno con muchas limitaciones: el de los diagnósticos confirmados el día previo. En realidad, el número de casos diario que ofrece Sanidad no es el total de los que efectivamente se han detectado en esas 24 horas, por lo que la foto está incompleta.

En el momento de publicar el balance la cifra está infraestimada. El ministerio pone en esa columna el dato de pacientes que han dado positivo el día anterior recibido de las comunidades autónomas hasta las 14:00 horas. Sin embargo, la columna del total de casos de coronavirus confirmados aumenta en mayor proporción. Ocurre diariamente.



Y es así porque estos últimos son casos notificados que incluyen casos que no han dado positivo el día anterior, pero que sí se comunican en ese momento y que, por lo tanto, Sanidad coloca después en su fecha correcta. De esta forma, este viernes se han comunicado 155 casos nuevos, que son una parte de los 502 que han distribuido en distintos días anteriores.

Al hacer los reajustes, los números escalan. Por ejemplo, el día 3 o 5 de junio el balance oficial informó de 219 y 177 casos diagnosticados el día anterior respectivamente. Aunque el ministerio no ofrece una serie diaria de esta cifra de forma actualizada, sí publica en su PDF un gráfico en la que podemos ver que, pasado un tiempo y una vez que se corrige la serie, hay más casos. En estos dos días, en concreto, por encima de 400. Según explica Pedro Gullón, experto en Salud Pública y portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología, esto ocurre “porque las comunidades ahora tienen que cargar cada dato de forma individualizada y se producen retrasos”.

Por comunidades, la mayoría están notificando al ministerio casos que en su momento no fueron enviados y que dieron positivo en una prueba analítica en días pasados. Las cuatro en las que más ocurre son de las más golpeadas por la epidemia, porque a mayor bolsa de casos, más dificultad de trasladarlos todos en su momento. En la Comunidad de Madrid y Catalunya es donde más diferencia hay, seguidas de Castilla y León y Castilla-La Mancha. 



El sistema de notificación de datos cambió a mediados de mayo. A partir de entonces, entró en vigor una nueva estrategia de vigilancia y detección precoz que modificó la forma en que las CCAA le trasladaban sus números a Sanidad. Hasta ese momento, lo hacían de forma agregada; un número total de casos que se enviaban al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES). De ahí se restaba el total anterior y se obtenía una cifra diaria. Sin embargo, eran notificaciones, es decir, había casos de fallecimientos o contagios, por ejemplo, que podían haber ocurrido hace tiempo pero que se comunicaban en ese momento.

A partir de la publicación en el BOE de la estrategia, la notificación pasó a ser individualizada, de forma que las autonomías cargan cada caso e incluyen información detallada en una plataforma que gestiona el Centro Nacional de Epidemiología. De ahí coge los números el CCAES, que consigna cada caso a la fecha en que le corresponde. Desde entonces, se incluye el número nuevo de casos que dieron positivo el día anterior y también en los últimos siete y 14 días.

A partir de esa base de datos individualizada, los informes diarios también incluyen la cifra de casos confirmados por fecha de inicio de síntomas. Estos datos, sin embargo, no están exentos de errores. Tal y como reconoció Fernando Simón en rueda de prensa, algunas comunidades no están rellenando este campo y a los casos asintomáticos se les asigna la fecha en la que da positivo menos seis días. ¿Qué consecuencias tiene esto? Que para los días y semanas más recientes muestran unas cifras mucho menores a las reales. La siguiente tabla compara la diferencia entre el número total de casos notificados respecto a las dos nuevas variables utilizadas por el Ministerio de Sanidad para seguir la epidemia.



Sanidad argumentó entonces que el nuevo mecanismo daba “una imagen más real” de la epidemia y que en lo que había que fijarse a partir de entonces sería en la información correspondiente a la última semana –de lunes a lunes, de martes a martes–, pero el cambio, que se produjo sin avisar, dinamitó la estadística y sumó confusión. El ministerio sigue manteniendo en todas sus publicaciones que el desbarajuste se debe a la transición entre ambos sistemas y que “podría persistir aún varios días”.

Los fallecidos también presentan discrepancias y el dato total acumulado desde el inicio de la pandemia lleva sin actualizarse desde el pasado día 7 porque hay aún casos pendientes de colocar en su fecha efectiva de defunción.

Qué hay que mirar

Aún así, los expertos coinciden en que el dato de diagnósticos o de fallecidos diarios del balance es menos importante que otros indicadores. Fernando Rodríguez Artalejo, epidemiólogo y director de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma, señala que “se ha vuelto complicado” seguir el día a día, pero añade que esta cifra “puede variar mucho”, “tiene un valor relativo y prácticamente no nos dice nada”. “Tiene más sentido que nos fijemos en la columna de los casos diagnosticados en los últimos siete días por fecha de inicio de síntomas porque son series más estables y que podríamos comparar con una semana anterior”, explica.

Lo cierto es que desde mediados de mayo Sanidad comenzó a deslizar en sus ruedas de prensa que tras haber aplanado la curva, los indicadores relevantes cambiarían y lo importante pasaría a ser la detección precoz para evitar rebrotes. ¿Cómo es posible ver esto? Artalejo apunta a que “la clave” son otros marcadores: número de casos sospechosos, a qué porcentaje se hace una prueba PCR, cuántos salen positivos y a cuántos contactos de cada uno se rastrea. “Esto es lo relevante y lo que las comunidades tienen que estar mirando para controlar la transmisión”.

Coincide con él Gullón: “Los indicadores que se utilizan para cada momento de la epidemia son diferentes. En el momento más agudo quieres algo más estable y grueso, pero después hay que ir al dato más fino y por ejemplo pasa a ser más importante el tiempo que tarda una persona desde que tiene síntomas hasta que es diagnosticada”.

Parte de esta información aparece desde hace dos semanas en el balance de Sanidad, en concreto cada viernes. De esta forma, podemos saber que del 29 de mayo al 4 de junio hubo 57.372 casos sospechosos y en la siguiente semana, hasta el 11 de junio, 52.822. De estos últimos, se hizo una PCR al 90% en Atención Primaria y al 93% en hospitales.

También aparece el tiempo entre la fecha de inicio de síntomas de los casos y la fecha de la consulta o el diagnóstico, horquillas que cuanto más se estrechen más fácilmente harán detectar un rebrote: en la última semana han subido y la mediana se sitúa en dos días desde que alguien tiene síntomas hasta que va al médico (la primera semana fue uno) y tres desde que tiene síntomas y le diagnostican (la primera fue dos).

La “inercia” del dato diario

Para Artalejo, sería pertinente que esta información detallada se ofreciera por comunidades autónomas y apunta a que Sanidad “podría hacer un mayor esfuerzo” para mermar la confusión. “Yo creo que no se ha explicado bien y que esto de seguir dando datos diarios, cuando no están consolidados, es un error. Es mejor parar, espaciar la información, y darla consolidada y de forma más fiable. Porque de esta manera se genera mucha incertidumbre en la población. Para mí hoy en día ya no tiene sentido dar las cifras diarias, es una inercia que creo que no conduce a nada”, señala.

El especialista considera que el sistema con el que Sanidad ha ido notificando los casos “deseablemente debería ser mejor” porque “ha habido muchos cambios de criterio, hay retrasos y, por ejemplo, el efecto fin de semana, en el que se infranotificaba, no es defendible”.

Gullón comparte que “lo ideal” sería que se notificara todo diariamente y no hubiera retrasos que hicieran corregir las series, pero pide “un poco de paciencia a la hora de analizar los datos diarios. Quizás una semana debería ser el límite de consolidación, de hecho en todas las enfermedades de declaración obligatoria se hace de forma semanal, no diaria”.

Otra cosa, añade, es que las comunidades autónomas, “que son quienes manejan los rebrotes e informan a Sanidad” sí deban contar con las cifras reales “aunque luego tarden en mandarlas” al ministerio. “Ojalá esto sirva también –concluye– para que en general se dote de recursos al sistema de vigilancia y podamos tener datos compartidos en tiempo real”.

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