Defensa benefició a los sanitarios militares del hospital Gómez Ulla frente a los civiles con un extra por la pandemia
El Gómez Ulla es un hospital particular. Pertenece al Ministerio de Defensa y en él trabaja personal militar y civil. Su misión principal es dar apoyo a las Fuerzas Armadas, pero a través de un convenio de colaboración firmado en 2007 con el Servicio Madrileño de Salud, también da cobertura asistencial a más de 100.000 vecinos de la Comunidad. Cuando llegó la pandemia, como tantos otros centros, rediseñó sus circuitos asistenciales para absorber a los miles de afectados por la covid-19. “Son el gran hospital y son los profesionales de la vida y la esperanza, les felicitó Margarita Robles en diciembre de 2020.
En aquel momento, la ministra entregó una placa conmemorativa en reconocimiento al personal “por su abnegado trabajo, dedicación y sensibilidad en la lucha contra la pandemia”. Para algunos trabajadores este no fue el único premio. Según indica el sindicato Comisiones Obreras, Defensa bonificó a los 300 militares del hospital con una media de 2.000 euros por su esfuerzo durante lo peor de la crisis sanitaria. Mientras, el personal civil solo pudo optar a un máximo de 490 euros, pese a dedicar igual tiempo e igual trabajo. Y denuncian que, además, ese plus se otorgó sin criterios claros.
El sindicato considera que ha habido una “arbitrariedad” en el reparto de la bonificación. “Dimos el do de pecho”, lamenta una sanitaria, que es personal estatutario civil en el Gómez Ulla y que prefiere mantener el anonimato por miedo a represalias. En su caso, tras trabajar de forma continua, la bonificación ha sido de tan solo 300 euros. “El máximo para nosotras son 490; otros, 300; y otros, 170, pero no hay unos criterios claros, porque algunos compañeros que no trabajaron todo el periodo han cobrado esos 490”, explica. Según las estimaciones de Comisiones, habrían recibido ese máximo, cuatro veces menor que en el caso de los militares, unos 150 trabajadores.
Celadores reciben más que sanitarios de Urgencias
Según Comisiones Obreras, esta falta de claridad en los criterios para bonificar el trabajo durante la pandemia ha dejado situaciones como que celadores administrativos sin contacto directo con pacientes cobrasen el máximo posible, mientras en servicios como urgencias, UVI o la planta 22, reservada a enfermos altamente infecciosos, no fueran bonificados con esos 490 euros y, mucho menos, con los 2.000 que recibieron de media sus compañeros militares. “Han sido excluidos o discriminados los y las trabajadoras de servicios de vital importancia, muchos de los cuales sufrieron sobrecarga laboral por un disparado incremento de la demanda asistencial”, denuncian en una nota de prensa.
Otra trabajadora con la que ha podido hablar este medio, y que también prefiere no revelar su nombre, denuncia que, pese a trabajar buena parte del periodo que se reconoce, no ha recibido ni un euro extra. Una penalización que atribuye a su permiso por maternidad. “En la máxima ola estuve trabajando, con enfermos hematológicos e inmunodeprimidos, mientras estaba embarazada”, explica.
Desde el sindicato indican que, aunque en algunos casos se ha corregido la situación, en otros todavía están a la espera.
Tanto CCOO como algunos trabajadores han pedido explicaciones a la Subdirección General de Planificación y Costes de Recursos Humanos y a la Inspección General de Sanidad de la Defensa, pero no han obtenido respuesta. “Ellos son militares y son los que han dirigido los criterios respecto a cuánto se paga y a quién”, deslizan las sanitarias consultadas.
Esta redacción se ha puesto en contacto con el Ministerio de Defensa, pero ha declinado responder a cualquier pregunta sobre este asunto. Tampoco ha querido confirmar ni desmentir ese agravio comparativo que denuncian desde Comisiones Obreras.
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