La fiebre por los test de antígenos solo sube. Desde hace unos diez días, cuando explotó esta sexta ola y ante el colapso de la Atención Primaria, la demanda de autotest con los que al menos tener una idea aproximada de cómo está uno se ha disparado, provocando una “rotura del stock” y largas colas en las farmacias, normalmente infructuosas excepto para los madrugadores o los que tienen la suerte de que les pilla el reparto justo esperando. “Han traído 150 esta mañana y han durado una hora”, explicaba una farmacéutica madrileña esta semana mientras la gente se agolpaba en la puerta.
“Como el mensaje es que es mejor tener un antígeno negativo que nada y llamas al centro de salud y no hay cita para hacerte una PCR, la gente sigue comprándose los test por su cuenta”, explica una portavoz de la consultora IQVIA, especializada en el sector salud. Se trata de una privatización del diagnóstico, pero sin garantías absolutas porque para que estos test den positivo se tienen que realizar en un momento muy concreto de la infección (entre los días 4 y 6, habitualmente).
Esta consultora registra la evolución del stock nacional de test de antígenos en farmacias y ya a principios de la semana lo advirtió: la venta de test está al alza constante desde hace dos meses, cuando apenas se vendían 100.000 unidades semanales, hasta el (de momento) pico que vemos estos días, cuando se están vendiendo casi un millón y medio de pruebas por semana por la necesidad de acudir a las cenas y eventos navideños con algún tipo de seguridad.
Se están vendiendo, en esta sexta ola, un 32,7% más test que en el pico de la quinta. Hasta que ha acabado reventando el mercado. Apenas hay test, ni se esperan, explican desde IQVIA. “Ya hay fabricantes, como Cinfa, que afirman que no los van a tener hasta enero”, cuentan desde la consultora. Con una red de proveedores nacionales conectados, la situación es la misma por todo el país, explica Ana López, portavoz del Comité Directivo del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de España. En todas las comunidades autónomas está ocurriendo algo parecido: es casi un milagro encontrar test en farmacias en cualquier ciudad estos días.
Suben los precios, llega la reventa
Las consecuencias de un mercado sobrepasado son conocidas: suben los precios de los pocos productos disponibles y se activa el mercado de segunda mano a través de las webs de reventa, como Wallapop o Milanuncios. López admite que se están detectando “algunas variaciones de precio”, pero recuerda que los farmacéuticos solo son intermediarios y “no influyen en la oferta, que depende de las empresas, ni en la demanda, que viene por la sexta ola”. A la portavoz del Consejo la situación le recuerda lo que pasó con las mascarillas cuando se instauró su uso obligatorio, “aunque no es tan dramático porque aquello duró mucho y se especuló mucho” y la previsión actual es que, aunque el pico de demanda se mantenga un poco de cara a la Nochevieja, la curva de ventas acabe bajando más temprano que tarde.
“En su momento pedimos que se regulara el precio de las mascarillas en origen”, explica López, “y esta situación se parece mucho”, desliza sin llegar a concretar la petición. Más directo es el Consejo General de Enfermería, que también ha detectado el problema, habla de subidas de hasta el 200% y exige al Gobierno que lo regule. “Es inadmisible que se hayan subido los precios ante el aumento de demanda para estas fechas y que existan diferencias de más de diez euros entre unos establecimientos y otros, ocasionando así una injusticia enorme para la sociedad”, lamentaba el CGE en una nota de prensa.
Según una prospección realizada por Más País, España tiene los precios más altos de Europa en estos test: en Reino Unido se puede adquirir dos gratis a la semana que el Gobierno envía a casa, en Alemania uno y Francia tiene limitado el coste máximo a seis euros, por ejemplo. España, nada. “Si lo que se quiere es aumentar el diagnóstico precoz, es fundamental que se fije un precio máximo”, defiende el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.
“Nosotros siempre defendimos que los test de autodiagnósticos fueran a través del canal farmacia porque entendíamos que es una herramienta de ayuda al diagnóstico importante, que podía ayudar a las autoridades sanitarias a la gestión precoz de los casos y atender a los positivos rápidamente”, recuerda López. “Lo consideramos una herramienta complementaria, nunca sustitutiva, para descongestionar la primaria”. No parece haber tenido mucho éxito.
Esta idea que desliza López está funcionando solo a medias. Ante la situación de la atención primaria en la mayoría de las comunidades, los ciudadanos están utilizando los test más como sustitutivos de un servicio público que no acaba de estar presente en todas las autonomías que como complemento de este. Con todo, hay matices. En Galicia, el presidente Núñez Feijóo anunció el miércoles pasado que volverá a habilitar los puntos para hacerse test gratuitos en estaciones de tren y aeropuertos, además de abrir los hospitales para PCR a contactos estrechos asintómaticos. En Madrid, Ayuso ha abierto espacios en los hospitales, pero solo para personas con síntomas.
Los positivos que no se notifican
Desde el Consejo lamentan, en cualquier caso, que la implementación del sistema que tenían pensado se quedó a medias. “Ofrecimos la posibilidad de que los test se hagan en farmacias, con la ayuda del farmacéutico, y que este comunicara los resultados directamente a los servicios autonómicos de salud” para ser confirmados mediante una PCR, explica la portavoz. De este modo, la gestión de los casos habría sido más eficaz.
Pero solo siete comunidades autónomas desarrollaron este método: Navarra, Cantabria, Catalunya, Aragón, Galicia, Euskadi y La Rioja, según el Consejo. Las cuatro regiones con una mayor incidencia acumulada a 14 días están entre esas siete que articularon un sistema para que los resultados de los test lleguen a Salud: Navarra, La Rioja, País Vasco y Aragón. En otras comunidades sin este sistema, como Madrid, los positivos de estos test de antígenos se quedan muy a menudo en el ámbito del interesado, que se autogestionará su contagio (si no tiene síntomas graves) a discreción.
Ante la evidencia de que el mercado de los test está prácticamente a cero, y siendo una recomendación oficial realizarse uno antes de reunirse con familiares o amistades en Nochebuena o Nochevieja, el Ejecutivo trata de reactivar el mercado. El Gobierno decidió este pasado miércoles, dentro de su paquete de medidas para mejorar la situación, autorizar con carácter temporal la venta de los test de antígenos de uso profesional en farmacias. Uno de estos test, de origen español, ya tiene la autorización de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios y llegará a las farmacias en breve, lo que permitirá “aliviar algo la situación, aunque ya sabemos que es insuficiente”, según confirma el Consejo de Colegios de Farmacéuticos.