José Ignacio Wert recula. Aunque no es lo habitual en la gestión de los múltiples focos de enfrentamiento que mantiene el ministerio con los docentes, Educación ha decidido echar atrás el polémico borrador del Real Decreto de Especialidades para los docentes de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, según ha asegurado a los principales sindicatos este martes. Una norma que iba a permitir, por ejemplo, que un especialista en Filosofía impartiera clases de Iniciación a la Actividad Emprendedora.
El borrador que había elaborado el ministerio y que esta mañana llevó a la mesa sectorial, en la que están representados los sindicatos mayoritarios, establecía qué materias ajenas a su especialidad podrían impartir los profesores de estas tres etapas. La frontal oposición al texto, con que el Gobierno establece que, si las circunstancias lo requieren, cualquier profesor puede impartir prácticamente cualquier asignatura, ha sido esta vez definitiva. El compromiso es retirar ese documento y presentar otro con enunciados “exclusivamente técnicos” referidos a las asignaturas que ya no existen o que han cambiado de nombre debido a la LOMCE, explican los sindicatos.
El Ministerio de Educación confirmó la retirada del texto a este diario. Un portavoz matizó sin embargo que “no se ha retirado ningún Decreto” porque el texto era sólo “un borrador de trabajo” que se había trasladado a sindicatos y patronales para que realizaran aportaciones. Este portavoz evitó referirse al rechazo que ha generado el texto, y aseguró que Educación ha pretendido “eliminar algunas partes” para “buscar los puntos de consenso” con los agentes sociales. También explicó que la situación obedece a un problema de plazos. La LOMCE exige que el Decreto esté aprobado antes de que empiece el curso 2015-16 (en septiembre) y debe pasar por varios organismos antes de ser aprobado, por lo que empieza a urgir su tramitación, según Educación.
En realidad, las situaciones en las que un profesor se ve impartiendo una materia no son de su especialidad resultan habituales, pero en general son un recurso de los centros para cuadrar horarios. Y aunque no estaba escrito en ningún documento, hay un acuerdo tácito de que el docente que dicte esas clases al menos haya cursado esa materia en su carrera. El recelo de los sindicatos pasa por institucionalizar estas excepciones, lo que podría contribuir a adelgazar aún más la plantilla docente.
“Se respetará la especialidad del profesorado”, apunta Augusto Serrano, de la Confederación Sindical de trabajadoras y trabajadores de la enseñanza (STES-i). Serrano confía en que este miércoles, con el texto que presente Educación, el ministro Wert cumpla con el compromiso de que el decreto sea “meramente técnico”, como se ha hablado en la reunión de esta mañana.
En el Sindicato Independiente de la Enseñanza Pública (Anpe) también salen satisfechos de la reunión. “Lo fundamental es que se retira el decreto tal y como estaba que nos llevaba a perder la especialización en Secundaria”, dice Ramón Izquierdo, secretario de Acción Sindical de Anpe. “Eso lo echan todo para atrás”.
Por su parte, desde Comisiones Obreras también celebran que Educación haya retirado lo que consideran “una chapuza” de decreto aunque esperarán a tener el nuevo borrador para confirmar la “información verbal” de la reunión. Lo que más valora el sindicato es el cambio de actitud del ministerio, “que ha afirmado que quiere negociar sin prisas y conseguir el mayor consenso posible en el texto”, cuenta Francisco Javier García, secretario de Enseñanza Pública no Universitaria de CCOO.
El decreto que parecía que saldría en breve, según los sindicatos, no verá la luz de inmediato. La ampliación del debate responde “al enorme rechazo y confrontación que había generado el borrador”, opina García (CC OO). “El ministerio no ha dado los motivos pero creemos que esa es la razón”. Coinciden en Anpe: “Estaba claro que lo que se proponía iba en contra de la calidad educativa, no podía ser”.
Qué decía el borrador retirado
La mayoría de las “asignaturas afines” guardan una cierta relación. Pero no todas. Entre los casos más extremos que plantea Educación, un profesor de Filosofía –una de las asignaturas más castigadas por la LOMCE– puede verse enseñando Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial. O uno de Educación Física puede asumir Artes Escénicas y Danza.
El decreto determinaba también que todos los profesores de idiomas podrán impartir Lengua Castellana y Literatura y los geógrafos e historiadores serán posibles profesores de Economía, Historia de la Música y Danza o Valores Éticos. En último extremo, Educación preveía en esa versión que “las administraciones educativas podrán para cada curso escolar, y cuando las necesidades de un centro así lo requieran, asignar otras materias distintas de las recogidas en los anexos de este real decreto a personal funcionario de una determinada especialidad con la cualificación académica o la experiencia docente necesaria”.
Las organizaciones, como CCOO, alertan contra la posible reducción de las plantillas (si un profesor puede impartir tres asignaturas, para qué tener a tres docentes). Y los profesores, con la experiencia de haber enseñado una materia en la que no son especialistas, advierten de la dificultad que implica para ellos y lo injusto que es para un alumno tener a un maestro limitado, quizá tanto en conocimientos como en técnicas pedagógicas, para enseñar esas materias.