Las emisiones en España de CO, uno de los principales gases de efecto invernadero, crecieron un 4,4% en 2017. Es la mayor subida desde 2002, según el balance provisional que el Gobierno debe remitir a la Comisión Europea.
Este avance del informe anual indica que la escalada provino, especialmente, de la generación de electricidad debido a la mayor producción a base de carbón y la caída de la fuente hidroeléctrica. El año pasado se emitieron 338,8 millones de toneladas de CO.
Al igual que ocurrió con los niveles de contaminación, el crecimiento económico español se vio ligado a un empeoramiento en las condiciones medioambientales. El impulso en el Producto Interior Bruto (PIB) de un 3,1% durante un curso climáticamente tan seco como 2017, ha dado el resultado de este incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero al echarse mano de las centrales térmicas para satisfacer la demanda eléctrica.
Los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono están en la base del proceso de calentamiento global de la tierra que provoca el cambio climático. Este fin de semana pasado se registró una temparatura de 51,3 ºC en Argelia en lo que apunta al registro “fiable”, según los técnicos, más elevado detectado en África.
Este balance refleja “que es necesaria una mayor penetración de las fuentes renovables a la vez que desacoplar el crecimiento económico de las emisiones”, ha dicho tras conocer el inventario el nuevo secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán.