El Gobierno considera prioritario parar el ébola en África pero es de los últimos en ayudar para combatirlo
Como un problema lejano y ajeno ha tratado el Gobierno de España el virus del ébola. En consecuencia, le ha dedicado un residuo presupuestario para combatir la enfermedad: 422.000 euros. La realidad se ha encargado de desmentir esa hipótesis. Primero, dos españoles infectados fueron repatriados y fallecieron de ébola en España. Después, España ha protagonizado el primer contagio mundial fuera de África.
Este lunes el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha dicho en Luxemburgo: “La prioridad absoluta es combatir la epidemia en los países de origen”. Incluso el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, habló el viernes pasado de la importancia de la solidaridad internacional en este tema.
La realidad es otra. España es, con diferencia, uno de los países que menos dinero aporta para extinguir el estallido de la enfermedad en África Occidental –el foco desde donde ha saltado mediante viajeros hasta Alemania, España o EEUU–. La economía española es la quinta por Producto Interior Bruto (PIB) de los 17 estados europeos que han contribuido contra la pandemia. Es el número 13 en cantidad donada.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Reino Unido encabeza la lista de dinero, con 14,6 millones. Le sigue Alemania, con 12,1 millones; y Francia, con 5,7. Son los tres países con economías más potentes. Pero, a partir de ahí, la correspondencia se quiebra. Si en PIB les sigue Italia, los trasalpinos, con sus 1,6 millones, son octavos. Una empresa como Ikea multiplica por diez el esfuerzo español (ha anunciado 5,2 millones de euros). Otras entidades como la fundación de Bill Gates (el expresidente de Microsoft) se disparan a los 10,6 millones de euros. Su compañero al fundar la empresa informática, Paul Allen, destina mediante su fundación 9,3 millones y anuncia otros 5,4.
El compromiso del Gobierno español se ve superado por amplio margen por el de Suiza (5,3 millones) o Suecia (4,3 millones), con un PIB más de tres veces inferior. También han contribuido con fondos más cuantiosos Noruega, Dinamarca, Países Bajos y Finlandia. Todos con economías, globalmente, más pequeñas. Incluso Irlanda, con un PIB 7,3 veces menor, dobla con creces las donaciones españolas: 990.000 euros.
Pero con la auxiliar Teresa Romero, infectada de ébola al tratar a uno de los misioneros trasladados por decisión gubernamental, el dinero no ha parecido ser un problema. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría decía al tomar las riendas de la gestión del contagio: “Se va habilitar una línea de crédito desde el Ministerio de Hacienda para este tema por si hace falta”. Su subordinada, la ministra de Sanidad, Ana Mato, especificaba en el Parlamento que Hacienda financiaría un aumento en los recursos materiales y humanos para atajar el virus.
García-Margallo ha apuntado que los Gobiernos europeos han hablado “de la cifra de 1.000 millones de euros”. Según el Servicio de Rastreo Financiero (FTS), que traza los flujos de ayudas monetarias, el total aportado en todo el mundo para el estallido de ébola, a 20 de octubre, suma 466 millones de euros. Se han anunciado, además, sin compromiso legal o contractual, 505 millones.
Vía libre para corporaciones con intereses económicos
Si esa prioridad no es atendida por los Gobiernos, el campo queda abierto y abonado a las empresas. Así lo refleja la lista de corporaciones que sí han puesto los ojos en el brote de ébola africano. Del sector biosanitario, aparecen desde farmacéuticas como Glaxo (816.000 euros) o Baxter hasta grupos aseguradores de salud como Kaiser Permanente (782.000 euros) o McKesson (156.000). También empresas de productos sanitarios de diverso espectro como Ansell HealthCare, Theraworx, B. Braun, Scientific Laboratory Supplies o Biolife.
De igual manera, otras grandes empresas con intereses en la zona salpican la batería de contribuyentes. Destacan las empresas de minería. En Liberia y Sierra Leona se extraen materias primas de alto valor: Aureus Mining (extractora de oro en Liberia), Stellar Diamonds (diamantes en Guinea), Iamgold (oro en las vecinas Senegal o Malí), London Mining (hierro en Sierra Leona), African Minerals Limited (minerales en Sierra Leona), Vimetco (grupo de aluminio con minas de bauxita en Sierra Leona), Allotropes Diamond Company (diamantes en Sierra Leona), Golden Saint Resources (con tres licencias de exploración de diamantes en Sierra Leona). En ningún caso se trata de aportaciones millonarias.
También hay otros sectores económicos representados, como dos empresas de producción de aceite de palma (Equatorial Palm Oil y Golden VerOleum) y una constructora internacional (Downus), en el listado del FTC. Uno de los factores habitualmente esgrimidos para explicar la propagación de este estallido de ébola –incontrolada, en palabras de la OMS– es el estado paupérrimo de los sistemas de sanidad pública y asistencia médica de estos estados.