Miami, 20 jul (EFE).- Florida superó este lunes la barrera de las 5.000 muertes por la COVID-19 y completó siete días consecutivos de más de 10.000 casos nuevos de la enfermedad, según informó el Departamento estatal de Salud.
En las últimas 24 horas se contabilizaron 10.347 nuevos contagiados y 90 fallecidos, con lo que la cuenta total de la enfermedad desde el 1 de marzo se situó en 360.394 casos positivos y 5.181 fallecimientos.
Además, 292 personas tuvieron que ser hospitalizadas por la enfermedad, que comienza a poner en jaque a algunos hospitales del estado que ven cómo sus Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) se saturan.
Alrededor de medio centenar de hospitales en toda Florida no disponen ya de camas UCI, mientras que en el condado de Miami-Dade son doce los centros sanitarios que están al cien por cien de capacidad en este aspecto.
En total, los hospitales de todo el estado están al 76,06 % de capacidad (camas de planta y UCIs), unas cifras que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha dicho en varias ocasiones que “por el momento no resultan preocupantes”, ya que estos centros están acostumbrados a trabajar con esta disponibilidad.
“La capacidad está ahí. Los pacientes de coronavirus representan un porcentaje más alto de lo que eran hace un mes o mes y medio, pero tenemos la capacidad. Además, el estado ha ayudado con la contratación de nuevos expertos en enfermería”, indicó DeSantis en una rueda de prensa celebrada en Orlando (centro de Florida).
Un grupo de cinco manifestantes increpó al gobernador durante la rueda de prensa y exclamaron que “no tenía vergüenza” y que “la muerte de miles de personas están en sus manos”, tras lo cual fueron escoltados a la salida por la policía, donde continuaron con sus proclamas.
Esta sería la segunda vez que le ocurre una situación similar al gobernador en la última semana, cuando un hombre hizo lo mismo durante una rueda de prensa celebrada en Miami el pasado lunes en la que participó también el alcalde del condado, Carlos Giménez.
El virus, cuyo epicentro continúa en los condados sureños, se cobró diecinueve vidas en Broward, siete en Miami-Dade y seis en Palm Beach.
Miami-Dade detectó 2.797 nuevos casos, Broward 1.625 y Palm Beach 641, y, aunque ha aumentado el número de pruebas hasta aproximadamente 100.000 diarias, la tasa de positivos se sitúa este lunes en el 18,2 %, muy por encima del 5 % que recomienda la Organización Mundial de la Salud para abrir la economía.
Por otro lado, el gobernador señaló este lunes que ya se han distribuido entre los hospitales casi cincuenta mil viales de Remdesivir como tratamiento del coronavirus y que ayudarán a más de ocho mil floridanos a recuperarse más rápidamente de esta enfermedad.
Además, animó a la población a ir a los hospitales ya que “aunque el coronavirus es un problema importante, también hay otras complicaciones médicas que necesitan de atención hospitalaria”.
“Hay capacidad, ahora mismo hay gente en las UCI por otras cosas que no son coronavirus y por no recibir atención cuando la necesitaban”, añadió el gobernador.
REINICIO DEL CURSO
DeSantis tiene que hacer frente ahora a la comunidad educativa, entre la que muchas voces piden que las escuelas no abran presencialmente en agosto.
Organizaciones educativas como la Asociación de Educación de Florida (FEA) pidió al estado que no obligue a los distritos a reabrir las escuelas de forma presencial a partir de agosto ya que “antes se debe frenar el contagio comunitario”.
“La tasa de infección está creciendo a un ritmo alarmante, pero se está haciendo poco para frenar la propagación y se está haciendo aún menos para apoyar una reapertura segura de nuestras escuelas”, indicó en un comunicado la Asociación.
FEA ya ha recolectado más de 18.000 firmas en la plataforma The Action Network y solicita a toda la población preocupada que envíe una carta modelo al gobernador para que la educación sólo vuelva a ser presencial para los 2,8 millones de estudiantes cuando la tasa de positivos esté por debajo del diez por ciento.
“Hay una tasa de positivos del 31 % entre los niños menores de 18 años y los números han aumentado exponencialmente en los últimos 30 días. Por eso, le pedimos que tome todas las medidas necesarias para reducir la propagación de la comunidad por debajo del 10%”, dice la carta.
La congresista demócrata por Florida Debbie Mucarsel-Powell alertó en Twitter de que “casi uno de cada tres menores que se hace la prueba por coronavirus ha resultado positivo”, lo que supone que “la salud a largo plazo de nuestros niños está en riesgo”.