La aspirante a militar que ha conseguido que cambie la norma de tatuajes: “Temo represalias en la respuesta a mi recurso”
La presión ejercida por el caso de Estela Martín, la opositora aspirante a una plaza de psicóloga militar que fue descartada por una tatuaje en el tobillo, ha conseguido que el Ministerio de Defensa tome su primera decisión tras la llegada de la nueva ministra Margarita Robles. Este lunes, este departamento ha anunciado que modificará las bases de acceso para “para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres en la uniformidad”.
Martín se presentó a las pruebas el 19 de junio. Tras dos años preparándolas, habiendo dejado su puesto de trabajo para centrarse exclusivamente en las pruebas, fue expulsada sin poder examinarse. Le comunicaron esta decisión en la primera criba, las pruebas físicas. Ya preparada para saltar a la piscina, el presidente del tribunal la descartó porque tenía un tatuaje en el tobillo que era visible con el uniforme femenino de gala, que conlleva el uso de zapatos de tacón en el caso de la militar opte por la falda.
Los hombres tatutados no fueron expulsados
“Estaba ya con el bañador, el gorro y las chanclas. Estaba sentada en el bordillo esperando mi turno, vino y me dijo que no podía seguir”, relata. Mientras esta joven se marchaba del recinto deportivo, los hombres aspirantes a la plaza con tatuajes pudieron permanecer. “Se lo dije y contestó que a mí mi jefe de unidad me puede obligar a llevar falda”, asegura.
Esta joven denuncia que el oficial tomó esta decisión interpretando de “forma arbitraria” la orden DEF/1756/2016, que determina las normas de uniformidad de las Fuerzas Armadas. El articulado textual de esta normativa asegura que “en formaciones con armamento el personal femenino usará pantalón. En formaciones sin armamento el jefe de unidad podrá autorizar el uso optativo de falda”. Y se reseña que “en los uniformes femeninos el uso del pantalón o la falda será optativo”.
Según ha explicado el Ministerio en un comunicado, en las bases de las nuevas convocatorias, se introducirá un párrafo que indique expresamente que “los tatuajes, argollas, espigas e inserciones, automutilaciones o similares no serán visibles vistiendo el uniforme de las Fuerzas Armadas común para la mujer y el hombre”. Asimismo, ha recordado que “el uso de uniforme femenino es opcional para la mujer”. Aunque no aclaran qué va a suceder con el caso de Martín, se limitan a plantear que “evaluarán” el recurso y lo “resolverán”.
Convocatoria límite por edad
A esta mujer le costó asumir la decisión del tribunal de la oposición. “Le pregunté cuatro o cinco veces si de verdad me tenía que ir porque no me lo creía. Estaba en shock. Dos años de mi vida a la basura. Salí y me puse a llorar”. Ya ha cumplido 30 años, así que esta convocatoria era la última a la que podía acceder porque los aspirantes no pueden ser mayores de 31 años.
Por eso, en el recurso que ha registrado requiere a Defensa que le dejen presentarse en el próximo llamamiento, a pesar de la edad, o que la dejen “seguir con el proceso” hasta que llegue la respuesta a la reclamación. “Si luego el recurso es negativo, se anularía mi nota y si no, se mantendría. Estamos a tiempo, siguen haciendo pruebas hasta este viernes”.
A pesar del anuncio realizado por Defensa, Martín asegura que no tienen ninguna novedad sobre su caso y que ningún responsable del Ministerio se ha puesto en contacto con ella. Valora “positivamente” la decisión comunicada este lunes, para evitar así que la discriminación que ella ha sufrido se repita con otras mujeres, pero se pregunta qué va a pasar con su recurso. “Estoy esperando pero esto es un sinvivir. No tengo un plazo de respuesta. No sé hasta cuándo me pueden tener así y tras dos años estudiando no sé qué va a pasar con mi vida”.
La denuncia de esta psicóloga se ha ido replicando en medios de comunicación, así fue consiguiendo que su queja cogiese fuerza. Ella no ha dudado en dar la cara, por eso si finalmente el Ministerio acepta su recurso le inquieta que la visibilidad de su protesta tenga un impacto negativo en su evaluación.
“Temo represalias en cuanto a la respuesta que vayan a dar a mi recurso. Temo que si me dan una oportunidad para volverme a presentar no vaya a ser una oportunidad real. A lo mejor el examen que me hacen es más difícil que el del resto de compañeros o en pruebas que son más subjetivas, como en la lectura del caso práctico, busquen que suspenda para que se puedan lavar las manos”, incide. Aunque también considera que si finalmente consigue entrar a las Fuerzas Armadas, una vez dentro no cree “que vaya a haber represalias”.
Investigación del Defensor del Pueblo
Desde el Ministerio de Defensa defienden su modificación de la orden asegurando que “toda norma jurídica debe ser respetuosa con los principios y valores constitucionales de igualdad, reconocidos en el artículo 14, y cumplir los artículos 5 y 6 de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres”. El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, también se posicionó sobre este caso y consideró “discriminatorio” excluir a mujeres por tatuajes visibles con el uniforme femenino.