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Coronavirus
España cuenta con alternativas para sostener su objetivo de vacunación a pesar del imprevisto con Janssen

Un miembro del personal médico prepara vacunas de la vacuna Janssen (Compañía Farmacéutica de Johnson & Johnson) contra Covid-19 en Los Ángeles, California, EE.UU..EFE/EPA/ETIENNE LAURENT/Archivo

Mónica Zas Marcos

14 de abril de 2021 22:02 h

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El parón de la vacuna de Janssen, ordenado el martes por la propia farmacéutica, es un palo más en la rueda del plan de vacunación del Gobierno. El fármaco, que está siendo investigado por la Agencia del Medicamento estadounidense (FDA) tras registrar seis casos de trombos entre las 6,8 millones de personas que lo habían recibido, prometía avivar la inmunización de los septuagenarios en nuestro país, grupo que hasta ahora permanecía en un punto ciego del protocolo. 

Las 300.000 monodosis que estaban previstas para abril en España, finalmente no llegarán esta semana. Y aunque se desconoce el veredicto de la FDA sobre Janssen y cuándo se hará público, las autoridades y especialistas en Salud Pública y vacunas se muestran optimistas respecto al calendario de inmunización. El primero en expresarlo ha sido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha afirmado en el Congreso que los objetivos de vacunación permanecen inalterables. La remesa de Janssen adjudicada para este mes no era demasiado grande y, de llegar, se habría adelantado, puesto que no se esperaba hasta la cuarta semana de abril. En total, Sanidad cuenta con 5,5 millones de dosis de Janssen en este segundo trimestre del año. “Por supuesto que mantenemos nuestro compromiso de tener vacunado al 70% de la población en agosto”, ha añadido la ministra de Sanidad, Carolina Darias.

“Lo de Janssen es un retraso en el despliegue que esperemos que sea de días”, ha dicho la titular. La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) también confía en que la decisión de la FDA, como apuntó el propio órgano estadounidense, se resuelva en “cuestión de días”. El comité de farmacovigilancia europeo –en el que participa la AEMPS– investigó la semana pasada los casos de trombos vinculados a Janssen, por lo que el balance de riesgos ha avanzado en el continente de forma paralela a la de EEUU. Esto tampoco significa que los gobiernos no vayan a enfrentarse a complicaciones derivadas del parón, pero los expertos reconocen que España tiene vías para sortearlo y, por lo menos, avanzar en la protección de los mayores de 60 años.

Más primeras dosis de Pfizer y Moderna

Fue la opción escogida por Reino Unido, y Catalunya la ha planteado en el último Consejo Interterritorial. Espaciar las segundas dosis de Pfizer y Moderna, y así acelerar la aplicación de las primeras, ha sido una técnica vista hasta ahora con recelo desde las áreas de Vacunología y Salud Pública de nuestro país. “Lo mejor es cumplir con la expectativa de la segunda dosis”, indica José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Enfermería y Vacunas (ANENVAC). 

Lo cierto es que aún quedan 1,5 millones de mayores de 80 años pendientes de recibir la pauta completa. Sin embargo, el experto reconoce que, una vez este grupo esté protegido, “la estrategia podría ser oportuna para reducir la transmisibilidad del virus, pero siempre teniendo en cuenta que no nos garantiza la inmunidad plena, sino parcial”. Ildefonso Hernández, portavoz de la Sociedad de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), se posiciona a favor de la propuesta catalana. “Ahora que Pfizer va a adelantar 50 millones de dosis, no me parece insensato”, responde. “Lo que es insensato es que se siga dejando descolgados a los mayores de 70”. 

Ante los eventos ocurridos con Janssen y Vaxzevria (AstraZeneca), la Comisión Europea ha aumentado su apuesta por Pfizer, con la que ha negociado una remesa adelantada de 50 millones de dosis a partir de abril, a repartir entre los 27 Estados miembros. A España le corresponden unos cinco millones. Aunque esta compra ayudará a cumplir los objetivos del tercer trimestre, los expertos ven un doble rasero que puede perjudicar la imagen AstraZeneca y Janssen, dos vacunas aprobadas por las agencias reguladoras y que aún deben seguir administrándose en los países. “No hay pruebas de que unas sean mejores que otras porque no se han usado en paralelo ni en los mismos segmentos de población”, defiende Hernández. “Por ahora, todas son buenas”.

AstraZeneca, la esperanza de los mayores de 60

Carmen Cámara, secretaria de la Sociedad Española de Inmunología, explicaba en una entrevista con este diario que reestructurar de nuevo los segmentos de población para la vacuna de AstraZeneca “hará que vacunemos por fin a todos los mayores”. A pesar de que Janssen es un apoyo muy importante para el cumplimiento de ese objetivo, los vacunólogos apuestan por seguir usando el suero de Oxford entre los mayores de 60 años. “No se puede seguir vacunando a personas más jóvenes antes, pero sí hay que garantizarles la segunda dosis”, advierte Forcada, de ANENVAC. Tampoco se muestra partidario de mezclar distintos sueros ni “otras chapuzas”, pues el riesgo de sufrir un evento secundario en la última toma es “prácticamente nulo”.

Cámara, por su parte, señaló que “poner una segunda dosis de otro fabricante no es un problema”. De hecho, es un procedimiento experimental llamado vacunación heteróloga “que se ha hecho muchas veces y es beneficioso”. Madrid y Andalucía también propusieron en el Consejo Interterritorial volver a abrir el abanico de edad de Vaxzevria a menores de 60 (que se prestaran voluntarios) para aumentar el ritmo. Pero Ildefonso Hernández no haría “cambios bruscos” en el plan de vacunación “hasta que no esté completamente protegida la población mayor”. “Tenemos otras prioridades”, zanja. La ministra Darias acababa señalando tras la reunión con las comunidades que AstraZeneca se administrará a mayores de 60 años independientemente de lo que diga el informe definitivo de la EMA.

Aplacar las reticencias hacia Janssen y AstraZeneca

Aunque parar, analizar y retomar los envíos de los medicamentos forma parte del proceso normal de farmacovigilancia, los especialistas temen que se traduzca en una mayor reticencia vacunal. Con la sombra de los vaivenes de AstraZeneca aún sobrevolando los centros de vacunación, la única esperanza es que la población reaccione con la misma confianza hacia Janssen que hacia Vaxzevria. “Esta paralización no da buena imagen, pero hay que insistir en que el riesgo de que aparezcan estos trombos es bajísimo. Se incluirá en la ficha técnica como riesgo potencial, pero habría que retomarla cuanto antes y a la máxima velocidad”, cree Forcada. 

Aunque los datos de reticentes hacia AstraZeneca son imprecisos, sirven para hacerse una idea de a lo que se enfrenta Janssen. Según la Consejería de Sanidad de Madrid, el rechazo pasó del 3% antes de que Sanidad ajustara los grupos de población el viernes pasado, al 60% el día siguiente. Informaciones posteriores reflejaban una normalización del ritmo, con un 90% de las vacunaciones previstas el domingo. En cualquier caso, las cifras de Madrid no van en consonancia con las de otras regiones. La más próxima es Cantabria, donde el 33% de la población citada el sábado 10 de abril no acudió a vacunarse. En Andalucía, por ejemplo, el rechazo bajó en esta última semana al 6%; en Navarra subió, pero se quedó en el 7% y en Canarias o Castilla y León no se registraron ni cancelaciones ni ausencias. En total, casi 3 millones de personas han recibido AstraZeneca en España y se han registrado una docena de eventos trombóticos sin evidencia, por ahora, de que el pinchazo sea la causa directa.

“Para luchar contra el temor, la comunicación desde Salud Pública tiene que ser de calidad, pero hay otro papel fundamental que es el del tiempo”, explica Hernández, de SESPAS. “Aún quedan miles de millones de personas por vacunarse en todo el mundo y las agencias irán tomando decisiones para ajustarlas a su población”, dice. Mientras tanto, todos los expertos apelan al saldo beneficio-riesgo de las vacunas, que continúa siendo positivo. Incluso los cardiólogos y expertos en trombosis animan a ello y alertan de que es más fácil sufrir un coágulo por la COVID-19 que por un fármaco contra el virus. 

Identificar segmentos de riesgo entre la población

Una de las misiones de la FDA con Janssen es intentar encontrar un segmento de población al que esta vacuna podría provocar trombos o cualquier efecto adverso. La intención, en ese caso, sería destinar otra vacuna con una tecnología distinta al adenovirus a estas personas, como podrían ser las mujeres de 18 a 55 años que han sufrido los eventos trombóticos. José Antonio Forcada no tiene muchas esperanzas al respecto. “No se puede decir que se veta la vacuna de Janssen o AstraZeneca a todas las mujeres jóvenes, sino encontrar qué condicionantes tienen, de tipo genético o ambiental o el que sea, para ser más vulnerables a los efectos secundarios, y eso va a ser muy difícil que se sepa”, pronostica. Los casos son tan aislados que resulta improbable establecer un nexo de unión.

Por contra, Ildefonso Hernández cree que es beneficioso “restringir un rango amplio de población (por ejemplo, las mujeres jóvenes) si sirve para retomar la confianza en la vacuna”. “Es bueno que una vacuna de bajo precio recupere el prestigio de las autoridades, las agencias y la población, antes que mantener una incertidumbre que pueda ser usada en contra de la Salud Pública”, apuesta.

Fortalezas del sistema y más dosis previstas

Por último, tanto el vacunólogo como el experto en Salud Pública confían en el músculo del sistema sanitario para reponerse del parón de esta semana con Janssen. El récord de dosis administradas que alcanzó España el fin de semana pasado –550.000– ponen de manifiesto que, de recibirse los fármacos, podría aumentarse el ritmo de vacunación este trimestre. Por su lado, Pfizer y Moderna tienen previsto entregar 68,6 millones de dosis de aquí al final del verano, incluyendo las que corresponden a nuestro país de la última compra de la UE a Pfizer. “Creo que el parón no va a suponer un freno porque, cuando se ha querido y ha habido adaptabilidad, se ha conseguido”, confía Ildefonso Hernández.

Forcada recela un poco más del factor Janssen. “Si se trata de un parón de unos días no sería mayor problema, pero si se alarga, la aceleración del ritmo que preveíamos no se va a cumplir”, explica. “No podemos quedarnos solo con dos vacunas porque no conseguiríamos proteger a la población, y ya no te digo el objetivo de la inmunidad de grupo, que es casi una quimera”, abunda. Sin embargo, reconoce que tiene esperanzas en que se retome el reparto una vez la FDA emita su veredicto. “No estamos libres de ninguna novedad, para bien o para mal, pero incluso las malas se han podido ir sorteando”, concluye Hernández.

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