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Sánchez, cinco años después del Acuerdo de París: “La emergencia climática es el mayor desafío de nuestra civilización”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Raúl Rejón

12 de diciembre de 2020 18:05 h

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La lucha contra la emergencia climática “es una obligación para nuestros ciudadanos y una garantía de seguridad para las próximas generaciones. El objetivo es salvar el planeta”. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha repetido su mensaje sólido contra el cambio climático al que ha vuelto ha llamar “el mayor mayor desafío de nuestra civilización”. La ha hecho en la llamada Cumbre de la Ambición celebrada telemáticamente este sábado que intentar parchear el retraso de la acción global contra la crisis climática derivada de la pandemia de COVID-19.

Sánchez ha presentado en esta secuencia de intervenciones de 71 jefes de Estado y Gobierno la Estrategia española de descarbonización a largo plazo. Un plan aprobado el pasado 3 de noviembre que marca la reducción en 2050 del 90% de las emisiones de CO2 respecto el nivel de 1990. El 10% restante hasta cubrir todas las emisiones de gases “será absorbido por los sumideros de carbono”, ha explicado el Ejecutivo

Las intervenciones han ido sucediéndose convocados por la ONU, Gran Bretaña y Francia con la condición de anunciar acciones firmes y ambiciosas, pero no ha dejado de ser una batería de discursos (algunos claramente pregrabados) hechos a distancia. Sin las presiones y negociaciones de permite encontrar cara a cara a países más reacios como Arabia Saudí o Rusia. Cada cual ha dado su corto discurso.

La teleconferencia llega justo el día en el que se celebra el quinto aniversario del Acuerdo de París contra el cambio climático de 2015. Un lustro desde que el presidente de la conferencia, Laurent Fabius, dejó caer el mazo para cerrar las negociaciones: el mundo acordaba intentar limitar el calentamiento de la Tierra por debajo de los 2ºC. Cada parte haría “lo que pudiese” y lo dejaría por escrito para que los demás pudieran juzgarlo.

La pandemia de COVID se ha llevado por delante un año decisivo en los esfuerzos por revertir la crisis climática. Ha medio paralizado el calendario que se creó en París en 2015. Los compromisos remitidos por los países en virtud del acuerdo global no son suficientes y al planeta se le acaba el tiempo: la revisión de todos esos planes indica que la Tierra se calentará 3ºC en 2100. No se cumple el objetivo de París.

Entre las 70 presentaciones de este sábado han participado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el primer ministro británico, Boris Johnson, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, la cancillera alemana Angela Merkel o el presidente chino Xi Jinping. Esta nómina da cierta idea sobre la relevancia que le han otorgado los estados, aunque se trate de una cita a la que, la mayoría de los gobiernos, llevan planes que ya han anunciado y presentado previamente

Aunque los confinamientos y parones para intentar frenar el coronavirus han hecho que este año las emisiones de gases que calientan el planeta desciendan un 7%, el año pasado se había alcanzado un pico histórico. La concentración de CO2 en la atmósfera (el principal causante del cambio climático) va a superar las 412 partes por millón. Niveles sin precedente en millones de años y, sobre todo, que han escalado vertiginosamente desde que la humanidad quema combustibles fósiles para obtener energía: un periodo de poco más de 150 años.

Sin cita climática internacional en 2020, muchos estados no han presentado programas de acción o versiones revisadas al alza como se preveía. En parte por eso se ha montado esta cumbre virtual donde jefes de Estado y Gobierno han podido anunciar objetivos ambiciosos, planes a largo plazo…pero sin la obligación de enviar documentos más o menos concretos como se esperaba antes de postergar la Cumbre del Clima de Glasgow de noviembre de 2020 a 2021.

“Es un paso monumental en el camino a la COP26 de Glasgow”, han dicho los organizadores de este evento impulsado por Gran Bretaña, Francia y la ONU. Lo que ocurre es que ese trabajo debería haberse culminado este año, como indica el Acuerdo de París y más si se trata de un “pacto de esperanza con los pueblos del mundo que ayudará a avanzar en nuestra actual trayectoria hacia un destino mejor”, como lo ha calificado la secretaria ejecutiva para el cambio climático de la ONU, Elena Espinosa, al llegar al quinto aniversario del acuerdo parisino. No hay COP, pero el cambio climático continúa y sus efectos nocivos también

Es cierto que la Unión Europea alcanzó un acuerdo entre todos los estados este viernes para aumentar la ambición y recortar las emisiones conjuntas de la UE un 55% en 2030, en el camino hacia el 100% de mitad de siglo. China también ya había anunciado que quiere ser neutral en carbono en 2060 lo que ha arrastrado a Japón o Corea del Sur. Esos senderos, de traducirse en acciones tangibles, dejarían el calentamiento global algo más de dos grados y harían factible el objetivo de París, según las proyecciones matemáticas de Climate Action Tracker.

“No hay nada que celebrar hasta que existan políticas y medida a la altura de las indicaciones científicas”, opina el responsable de cambio climático de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz. “2020 se preveía fundamental y ha quedado en pausa”, insiste Andaluz que recuerda que ahora se está más cerca de superar los 2ºC que hace un lustro.

En este sentido, la organización Greenpeace también considera que “no se está cumpliendo con el acuerdo y los gobiernos no están a la altura de lo que se comprometieron hace cinco años. La emergencia climática continúa”. 

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