Las compañías Pfizer y BioNTech han elevado la eficacia de su vacuna a un 95%, una semana después de que sus resultados preliminares revelaran, según hicieron público, un 90%. El nuevo porcentaje lo han reportado varios medios estadounidenses, entre ellos la revista especializada STAT, y lo ha anunciado la empresa en un comunicado. Las compañías anuncian estos datos como parque del paquete que presentan para formalizar la autorización de la Food and Drug Administration (FDA), la agencia regulatoria en EEUU, tras firmar su contrato con la Unión Europea (UE). Hace dos días, otra compañía estadounidense que tiene preacuerdo con la UE, Moderna, anunció también un 94,5% de eficacia para su propia vacuna. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijo tras el primer anuncio que, si todo sigue según lo previsto, podrían llegar las primeras dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech en enero, y para mayo podrían estar vacunados 10 millones de ciudadanos.
Que se eleve del 90% al 95% responde que se trata de la conclusión de estudios más completos que los de la semana pasada, aunque también todavía preliminares. Esa eficacia implicaría que la vacuna es capaz de inmunizar a 18 personas de cada 20 a las que se le ponga, cuando hasta hace unos días se esperaba que las primeras vacunas tuviesen una efectividad más próxima al 60%. Los análisis son de momento aportados por las compañías, no han sido revisados en revistas científicas.
Los laboratorios no pueden aún especificar datos acerca de por cuánto tiempo dura esa inmunidad, aunque queda demostrada “a partir de los 28 días después de la primera dosis”. En el comunicado, sí aseguran que la eficacia es “consistente” en todos los grupos de “edad, género, raza y etnias”, y que se ha observado una eficacia en mayores de 65 años del 94%. Entre sus voluntarios han analizado 170 casos de COVID-19, y 162 pertenecían al grupo placebo –es decir, no se les había administrado la vacuna– y 8 al grupo de la vacuna real. Ha sido probada en 43.000 voluntarios y “no se observaron problemas de seguridad graves”, “él único evento adverso” fue fatiga, que describieron el 3,8% de los participantes, y dolor de cabeza, el 2%.
La previsión de las compañías es producir a nivel mundial 50 millones de dosis antes de que termine 2020, y 1.300 millones a lo largo de 2021. La noticia de la alta efectividad de Pfizer fue recibida por la comunidad científica con positividad pero con cautela. El ensayo clínico en fase III, de donde parte el análisis preliminar, sigue en marcha y no terminará totalmente hasta el 11 de diciembre de 2022. Una de las grandes incógnitas es cuál será la eficacia a medio y largo plazo, dado que no ha dado tiempo suficiente para conocerlo y el 95% puede variar.
El representante de España en la negociación de contratos con farmacéuticas de la Unión Europea, César Hernández, contaba en una entrevista publicada hoy en elDiario.es que la noticia es buena, “se van cumpliendo los hitos que la vacuna tiene que ir cubriendo, además antes de lo esperado y con buena nota. Y este es uno más. Dicho esto, hay que añadir todas las cautelas del mundo, aún hay que despejar algunas incertidumbres sobre ella”. Por ejemplo, añadía, “hay que saber, más allá de la eficacia alta, por cuánto tiempo se mantiene, cómo se distribuye por grupos de edades… incertidumbres que se irán despejando a lo largo de las próximas semanas. Y espero que para finales de año las Agencias regulatorias tengamos datos, y poder tomar una decisión sobre ella para entonces”.