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El foco explosivo de las residencias de mayores: “Tanto decir que son los más vulnerables y estamos abandonados”

Residencia de ancianos y centro de día de Monte Hermoso de Madrid.

Sofía Pérez Mendoza / Belén Remacha / Marta Maroto

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La emergencia sanitaria que ha provocado la epidemia del coronavirus está golpeando a las residencias de mayores de toda España, un foco de población vulnerable que no cuenta, según denuncian trabajadores, patronal y familiares, con las medidas suficientes para prevenir contagios y tratarlos adecuadamente cuando se producen. 17 personas han fallecido en los últimos días en una misma residencia de Madrid por un brote y otras 70 están contagiadas. “Tanto decir que los mayores son los más vulnerables y estamos abandonados”, denuncia a eldiario.es la directora de otra residencia de mayores concertada en el municipio de Alcorcón, que con 20 personas aisladas señala la falta de recursos y pruebas para determinar si efectivamente padecen el COVID-19. Y no solo ocurre en Madrid: en Vitoria, otro brote azota a un centro de mayores donde han muerto ya nueve residentes y hay 38 más que han dado positivo en la prueba de Covid-19.

El Ministerio de Sanidad trabaja en un “procedimiento para tratar de reducir riesgos en estas residencias” que actualice los actuales. El 5 de marzo, Sanidad y la Secretaría de Derechos Sociales publicó el primer documento específico dirigido a centros sanitarios de mayores para prevenir el coronavirus. “Hemos pasado en 7 días de contención a contención reforzada, mitigación y ahora generalización. Los protocolos que hemos ido escribiendo se desfasaban, algunos antes de salir”, admite el director del Imserso, Luis Barriga, en conversación con eldiario.es. El Sistema de Dependencia ya tenía, cuenta, algunos protocolos dirigidos a la “problemática específica” de la gripe estacional con personas mayores, pero se han quedado cortos para una situación de pandemia como la actual.

Aunque no solo ha ocurrido ahí, los diferentes contagios en residencias de mayores, por concentrar población muy vulnerable, han disparado los datos de personas ingresadas en cuidados intensivos y de fallecidos en Madrid, los más altos de todas las comunidades. De los 774 contagiados hospitalizados en UCI, 491 se concentran en Madrid. Son más del 63%. Los primeros días de crisis, aún sin medidas restrictivas, ya pusieron el foco en este tipo de centros y hoy el director del Centro de Coordinación Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, lo vinculaba directamente con el nivel de la epidemia en la región: “Es un grupo vulnerable y el impacto del virus es mucho mayor, muy superior al del resto de la población”.

Objetivo: convertirlos en centros medicalizados

La Comunidad de Madrid anunció, dentro de su estrategia sanitaria para combatir la epidemia, que las residencias se convertirían en “centros medicalizados”. Las empresas que gestionan una gran parte de la red pública (dos tercios de ella está privatizada) aseguran una semana después que la Consejería de Sanidad no les ha provisto ni de personal ni de material extra. Todas tienen en su plantilla ordinaria un médico y un enfermero. “Tenemos lo ordinario, nada más. Ninguna residencia está medicalizada de manera preventiva. No hay ninguna organización a nivel sanitario”, asegura Pilar Ramos, de una de las patronales madrileña que reúne a empresas que gestionan estos centros de mayores en Madrid, ADAMA.

El martes llegaron mascarillas, de las que hay escasez en todo el país, y balas de oxígeno a Monte Hermoso tras el fallecimiento de 17 personas. La Consejería de Sanidad dio entonces orden de enviar recursos extra. Entre esos recursos de momento no figura ningún médico o personal sanitario. “En cuanto podamos”, dijo un portavoz de Sanidad.

Los testimonios que llegan de dentro de los centros e incluso las declaraciones oficiales de Sanidad chocan con los mensajes que envía la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En una entrevista en Telecinco, Ayuso aseguró que todas las residencias de mayores de Madrid se habían medicalizado y que Monte Hermoso era una excepción que no conocía. “No es la tónica general”, dijo.

“Estos establecimientos deben entenderse como prioritarios igual que los hospitales porque en ambos sitios hay perfiles de personas vulnerables que requieren cuidados más intensivos”, asegura Ana González, secretaria de Políticas Sociales de Comisiones Obreras Madrid. El consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, admite que hay problemas de abastecimiento de materiales de protección en muchas residencias.

La patronal de las residencias a nivel estatal, AESTE, lamenta el “abandono” por parte de las administraciones en los últimos 10 días en todas las comunidades y pide “poner el foco en las residencias para parar el golpe antes de que llegue a los hospitales”. “Podemos hacer esa labor de tapón para evitar el desborde”, dice Jesús Cubero, secretario general de AESTE.

La Consejería de Políticas Sociales madrileña, un día después de la crisis en Monte Hermoso, ha activado un seguimiento más estricto de la situación de estos centros. La red, en última instancia, depende de esta cartera. Habrá un “examen diario” en cada residencia a cargo del personal del Centro de Control de Calidad e Inspección y se han dado órdenes a los centros para que faciliten el “contacto directo” de los residentes con los familiares que están fuera.

Algunos geriatras de hospitales están empezando a contactar con los centros para orientarles sobre la actuación, según el relato de varias empresas.Cada vez que hay un nuevo caso, las residencias deben ponerlo en conocimiento de la autoridad sanitaria. A veces llaman a los teléfonos habilitados, otras directamente al hospital. El protocolo, además, es que los pacientes sospechosos sean aislados, aunque a la mayoría, dicen los trabajadores, no se les hacen las pruebas. Las empresas pidieron a la Comunidad de Madrid un teléfono específico de atención a residencias que el consejero se comprometió a valorar, relatan las compañías gestoras, que siguen reclamándolo.

Personas aisladas por parejas

Pese a las nuevas medidas, se siguen dando situaciones desesperadas que pueden desembocar en nuevos focos de contagio. En la residencia de mayores concertada de Alcorcón, se ha tenido que aislar a cinco personas mayores que presentan una sintomatología leve que podría apuntar a otro brote. El primer caso apareció el 13 de marzo y fue puesto en aislamiento desde el primer momento, explica la directora de la residencia. Los cinco han presentado fiebre en picos puntuales y la mayoría tienen patologías de base.

Al menos otras 15 personas con problemas respiratorios, algo habitual en esta época, también han sido puestas en aislamiento preventivo. Lo que hacen un total de 20 personas aisladas. Y tres trabajadores del centro han tenido que darse de baja por síntomas que podrían indicar que padecen el virus. La directora relata que, ante la falta de mascarillas, fue a una farmacia a abastecerse. “Compré 300 mascarillas por 585 euros, se están lucrando”.

Otra trabajadora de una residencia privada en el norte de Madrid cuenta que desde la semana pasada han puesto en cuarentena a 16 ancianas, todas tienen tos y dos de ellas también fiebre. Muchas comparten habitación, por lo que están aisladas en parejas. La fuente reconoce que el centro no tiene medios para hacer frente a estos casos y mucho menos a un repunte de enfermos, por lo que han mandado una carta a las autoridades para solicitar ayuda. Aunque sí cuentan con personal sanitario en la residencia, no tienen trajes especiales ni mascarillas para atender a las personas aisladas. La misma trabajadora que denuncia la situación ha tenido que comprar y llevar de su casa hoy varias mascarillas.

Las plantillas de las residencias van mermando con el paso de los días con los contagios de trabajadores. Las propias empresas han pedido a la Comunidad de Madrid que sus profesionales sean reconocidos con el nivel 1 de atención prioritaria para que, como los sanitarios de los hospitales, sean sometidos a pruebas de confirmación en cuanto aparecen síntomas. Ahora, las trabajadoras se quedan haciendo cuarentena en su casa sin saber a ciencia cierta si son positivos.En algunos casos hay problemas para encontrar sustituciones a las bajas, alertan desde Comisiones Obreras.

La situación de emergencia se suma a una ya precarizada situación laboral antes de la crisis. Las gerocultoras, enfermeras y médicas de estos centros llevan años quejándose de la altísima presión asistencial que soportan y de los bajos salarios. El convenio en Madrid no alcanza los 1.000 euros para las auxiliares. En los últimos días, las duras jornadas han disparado el estrés de las cuidadoras, que buscan el respaldo de sus centros y las directrices escasas que les llegan de las autoridades. “El sector necesita una dignificación importante y con situaciones como estas, estamos viviendo las consecuencias”, concluye González, de CCOO, que advierte que el modelo privatizado muestra en momentos de crisis sus “debilidades”.

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