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Re-mires: médicos que repiten cuatro años de prácticas para no irse al paro

Manifestación de estudiantes y residentes en defensa de la sanidad pública.

Raúl Rejón

No hay trabajo. Por eso cada vez más médicos especialistas españoles están volviendo a las prácticas para conseguir un sueldo en lugar de ejercer como titulares en los hospitales y centros de salud. La precariedad y la falta de contratos los empuja a convertirse de nuevo en Médicos Residentes. Son re-mires. En busca de cuatro años más de nómina.

Tras seis años de carrera universitaria, una oposición aprobada y, al menos, otros cuatro años de instrucción, los médicos españoles se convierten en especialistas. Una década de formación y recursos en muchas ocasiones públicos para conseguir un capital humano de alta cualificación. Se supone que ese es el momento en el que la sociedad recoge los beneficios del esfuerzo en forma de sistema sanitario. Pero los recortes en personal dentro del sector están eliminando esa parte de la ecuación. Y una de las consecuencias es que la re-especialización está aumentando. Según la Organización Médica Colegial (OMC) ha subido un 25%.

Los re-mires son médicos que, una vez terminada su formación y debido a las escasas posibilidades de ejercer, optan por examinarse de nuevo, sacar una plaza de residente en otra disciplina médica y garantizarse así cuatro años de sueldo (aunque sea reducido).

Beatriz Merino es profesora de examen MIR en una academia del Grupo CTO desde hace nueve años y cuenta a eldiario.es que en los últimos años han visto “una tendencia ascendente en el número de aspirantes que repite la prueba. Muchos lo repiten con la intención de conseguir la especialidad soñada y otros, dada la situación económica actual, lo hacen para garantizarse cuatro años más de trabajo seguro, huyendo del desempleo y la precariedad contractual de estos tiempos”.

La OMC coincide con este diagnóstico: “Los médicos sólo ven dos salidas para mejorar su situación laboral: dar el salto al extranjero o repetir el examen MIR”. Para la convocatoria de 2013 –a falta de actualizarse los datos de este curso– contabilizaron 2.500 repeticiones de especialistas cuando venían siendo “entre 1.500 y 1.700”, explican.

CTO es un red de academias especializada en preparar el examen MIR y calculan que “hasta el 30% de los alumnos que ahora acuden son repetidores”. De hecho, el fenómeno está ya tan extendido que han creado grupos especializados en estas re-especializaciones.

Irse fuera o volver a estudiar

Rosa Ceballos terminó recientemente neurología y relata que “ni de casualidad” imaginaba que estaría repitiendo el MIR cuando lo preparó por primera vez. Ella reconoce que “es verdad que al terminar la especialidad es muy difícil encontrar un trabajo relativamente estable, y más en la sanidad pública” aunque quiere reseñar que esa no ha sido la “principal” causa para ponerse de nuevo con los apuntes.

Esta especialista destila buen ánimo. “Me ha parecido interesante y me ha gustado repasar y actualizar mis conocimientos de medicina, aunque es verdad que pasarse estudiando ocho o más horas al día durante siete meses a veces se hace duro”, dice. Y afirma que son varios los compañeros “que han tomado una opción parecida y se vuelven a presentar a la oposición”. Rosa recuerda que pensó en tratar de buscar una “subespecialidad en neurología en el Reino Unido” antes de decidirse por meterse de nuevo en el MIR. Con todo, “la experiencia clínica previa me ayudó a hacer mejor el examen”.

Un estudio encargado en 2013 por el Ministerio de Sanidad estableció que, en 2012, para el 28% de los presentados al examen MIR no era la primera vez. Pero cifró en un escaso 7% la tasa de re-especialización. La profesora Merino subraya que según ha avanzado la crisis económica y se han ido reduciendo plantillas profesionales en los centros médicos se ha ido encontrando con más médicos repitiendo: “De hecho se ha objetivado un incremento de la edad media de los aspirantes. La motivación en muchos casos para repetir especialidad es garantizar un contrato estable cuatro años, a la vez que conseguir una segunda especialidad te convierte en un profesional más completo y te ayuda a encontrar trabajo”. En el estudio de Sanidad se estableció una edad media del examinando de 28 años y “un 25% mayor de 30”.

Merino analiza que el volumen de estos casos “es un triste reflejo de la precaria situación contractual que existe en este momento en mi profesión”. Y no parece dudar al afirmar que, de esta manera, se infrautiliza el capital humano: “Así es a día de hoy, ya que gran parte de las jubilaciones y bajas no están siendo cubiertas en los hospitales. Pero esta situación debe cambiar. Estos profesionales son necesarios”.

Y hace un apunte esperanzador al “recomendar sin duda” la opción de repetir el MIR y volver a especializarse porque “es una oportunidad de afrontar con más opciones el futuro laboral”. Además, según su experiencia, “se obtienen mejores resultados a la segunda. Permite un estudio más pausado, que deja más poso en el alumno. Así como un mayor y mejor conocimiento de las técnicas y contenidos del examen”.

Con todo, esta opción tampoco es la panacea. El último MIR –de febrero de 2014– convocó 6.145 plazas frente a las 6.388 de la anterior edición. En esa misma línea, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, la Consejería de Sanidad prevé ahorrarse 60 millones de euros en cinco años prescindiendo de 1.200 plazas de especialistas (fue uno de los puntos que incluyó y lleva a cabo en su plan de de viabilidad sanitaria que contemplaba la privatización de seis hospitales). De hecho, hace ahora un año, la Comunidad de Madrid forzó la jubilación de 450 médicos de 70 años. A algunos les había concedido la prolongación de la vida laboral anteriormente. En marzo de este año, José Manuel Fernández Amo, uno de los afectados, le ganó por sentencia esa decisión de la Sanidad madrileña.

La tendencia hasta ahora es de reducción de plazas. La sanidad pública española funciona desde 2009 con recursos cada vez más menguados. Se llevan acumulados, según la Estadística de Gasto Sanitario, más de 3.000 millones de euros de recorte. Y con un 10% menos en su dotación de personal: unos 52.000 profesionales menos.

El Ministerio de Sanidad ha intentado este año, además, poner trabas a la re-circulación de especialistas que repiten el MIR al subir la nota de corte para los futuros residentes, que ha sido el 35% de la media de los diez mejores exámenes en lugar del 30% anterior. El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina ha explicado que “los repetidores y médicos extranjeros suelen sacar peores notas”.

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