La pesadilla de las toallitas húmedas contamina la costa de Ibiza
Un tapón en el sistema de depuración y desagüe, generado por toallitas húmedas desechables, ha puesto en peligro el paisaje, el equilibrio medioambiental y el negocio turístico de la Cala de Bou, en Ibiza. Una gran cantidad de estos productos aparecieron este miércoles sobre las rocas de la costa del municipio de Sant Josep de sa Talaia, donde los operarios de limpieza han tenido que trabajar para que se recupere la normalidad, aunque según el Diario de Ibiza no se han retirado todos los desachables.
Fuentes del ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia han explicado a eldiario.es que estas fugas han sucedido en otras ocasiones, y apuntan a una causa clara: la existencia de muchos hoteles en la zona y al mal uso de los residuos por parte de los turistas, que tiran los desechables por los inodoros. Su acumulación ha provocado que se obstruya la estación de bombeo de Caló de s'Oli.
Al reventar el tapón, las toallitas han salido despedidas y han acabado en la costa, ocupando entre 200 y 300 metros según el Diario de Ibiza. Joan Carles Parlem, presidente de la asociación ecologista GOB en Ibiza, asegura que “hace tiempo que, en esta zona, las bombas impulsoras del alcantarillado se atascan”. Así, de forma habitual, se pierde agua sin depurar, convirtiéndose en palabras de Parlem en “un punto crítico”. La estación de bombeo es antigua y el Govern ha aprobado su cambio.
Bombas atascadas
El ecologista explica que, en el sistema de alcantarillado, existen unas bombas que impulsan y dan presión al agua que circula por las tuberías. De tal manera, los residuos son capaces de llegar a la depuradora. Sin embargo, este sistema puede atascarse, por ejemplo, por las toallitas, que hacen un tapón, una masa compacta.
Así lo explica: “Las toallitas se juntan y hacen un tapón cada vez mayor, siendo menos permeable. La bomba sigue apretando e impulsando y se hace una especie de embudo. El agua pasa, pero cada vez menos, llegando un momento en que la tubería no aguanta la fuerza porque el tapón es demasiado espeso y revienta”. Cuando esto pasa, “los residuos salen por la tapa de la alcantarilla, si hay suerte, sino el sistema revienta en cualquier lugar y hay una fuga hacia un acuífero”.
Sin iniciativas de concienciación
Joana Maria Garau, directora general de Recursos Hídricos, comenta que no existe ninguna campaña por parte del Ejecutivo para concienciar a la población. “Pero tenemos muchas ganas de empezar a hacerlo, porque supone un problema no solo para el Govern, sino también para los municipios”, añade. Según comenta, la idea del Ejecutivo es, “cuando se confirmen las sospechas de que las toallitas generan un coste, comenzar a concienciar a la población”. Aun así, aclara que el problema es “una preocupación para la administración”.
El Govern gestiona las depuradoras –en concreto, la parte final del sistema de alcantarillado–, mientras que la red es de ámbito municipal. “A nivel de depuradora no hay problemas con las toallitas porque no entran”, explica. Además, recuerda que los bombeos pueden romperse por diferentes motivos, aunque en este caso todo apunta a que ha sido por estos desechables.
Impacto medioambiental y económico
“El principal problema es que el agua acaba siendo eliminada sin depurar”, comenta Parlem. Otro aspecto es que “muchas toallitas acaban en el mar, pudiendo afectar a la posidonia u a animales como la tortugas, que se pueden comer los desechables”. También existen importantes consecuencias económicas. “No tenemos una capacidad de depuración correcta y el dinero lo tenemos que gastar en eliminar toallitas cada dos por tres”, dice Parlem.
Por su parte, Garau asegura que el Govern no tiene calculado cuánto cuesta eliminar las toallitas del sistema de alcantarillado. Sin embargo, comenta que habrá un cambio en la contratación de los concesionarios que gestionan las depuradoras, lo que permitirá calcularlo en un futuro. “Ahora, cuando hay una avería, se va y se arregla, pero no se toma nota del motivo por el cual hace esa avería”, explica Garau.
La directora de Recursos Hídricos recuerda que las toallitas tardan mucho tiempo en ser biodegradables y las compara con otros productos: “Un papel higiénico sí que se degrada en pocas horas y no genera estos problemas dentro de la red. Sin embargo, las toallitas son muy resistentes y no se deshacen. Un trapo de cocina que pueda llegar al alcantarillado es menos problemático que una toallita, que llega entera desde casa hasta el bombeo final en el colector”.