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ENTREVISTA
Profesor Asociado 'Dieter Schwarz' sobre IA y Trabajo en el Oxford Internet Institute

Carl Frey: “Esta nueva generación de inteligencia artificial no será una tecnología automatizadora”

Carl Benedict Frey

Carlos del Castillo

21 de octubre de 2023 22:09 h

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En 2013 el profesor Carl Benedict Frey publicó un estudio pionero. Un análisis a gran escala de los puestos de trabajo que podrían ser automatizados en el corto y medio plazo y cual era el riesgo de que esto sucediera. Su resultado dio la vuelta al mundo: el 47% de los empleos actuales (o más bien, de hace 10 años) eran susceptibles de ser reemplazados por una máquina o por una inteligencia artificial en los próximos años.

El estudio de Frey ha sido luego repetido hasta la saciedad por académicos y laboratorios de pensamiento de todo el mundo, modificando las variables y exponiendo otros resultados. Con tantas cifras de posible automatización diferentes, el impacto de estos análisis fue decayendo. Hasta que comenzó la revolución de la inteligencia artificial (IA) generativa, esa capaz de escribir libros, picar código informático, diseñar planes de viaje o programas de ordenador por sí misma. Muchos pensaron que la anunciada automatización había empezado.

En esta entrevista con elDiario.es con motivo de su participación en la conferencia mundial enlightED, organizada por la Fundación Telefónica*, Frey avisa de que esto no es así. “La IA generativa todavía no es una tecnología de automatización en la línea que discutimos en nuestro artículo de 2013”, explica el profesor de la Universidad de Oxford, especializado en IA y Trabajo: “Sigue necesitando a los seres humanos”. Al contrario, alerta de que “los trabajos de baja cualificación y bajos ingresos” siguen siendo los más amenazados por la IA: “Creo que los teleoperadores serán los primeros automatizados”.

¿Qué pensó tras la irrupción de la IA generativa? ¿Se le pasó por la cabeza un os lo dije?

No, creo que no pensé os lo dije. En primer lugar, no fue una completa sorpresa para mí. He estado en los laboratorios durante algún tiempo y he trabajado estrechamente con expertos en el aprendizaje automático, así que sabía que algo como esto sería lanzado relativamente pronto. Obviamente, no podía predecir la aceptación que han tenido estas IA y todas sus consecuencias, pero no me pilló del todo por sorpresa. Además, lo que analizamos en nuestro artículo de 2013 fue la cuestión de la posible automatización de puestos de trabajo en esta nueva era del aprendizaje automático y la IA y cómo de probable era para cada tarea: ¿Es este trabajo automatizable desde el punto de vista de las capacidades tecnológicas? Y el argumento que exponemos en el documento de seguimiento del artículo, que se publicará en enero pero que publicamos como documento de trabajo hace un par de semanas, es que la IA generativa aún no es una tecnología de automatización. Todavía necesita a un humano en el sistema. Por lo tanto, no era realmente lo que tratábamos de captar en nuestro artículo de 2013. Por otra parte, en él argumentamos que las interacciones sociales complejas y la creatividad son dominios en los que los seres humanos probablemente seguirán teniendo la ventaja comparativa en las próximas décadas. Y lo que hace la IA generativa es replicar interacciones sociales complejas. Y lo hacen mucho, pero mucho mejor que los chatbots de 2013, aunque sigo pensando que en esos campos los humanos tienen una ventaja comparativa.

En su estudio de 2013 usted hablaba de los camareros, los conductores etc como los próximos trabajos que se verán automatizados. La IA generativa hace funciones de otro tipo de empleos, los white collar.

Nuestro objetivo en ese artículo era evaluar los puestos de trabajo que son totalmente automatizables. En ese momento ya teníamos software haciendo diagnósticos médicos, pero eso no significaba que los médicos fueran a ser reemplazados. Teníamos software haciendo revisión de documentos, pero tampoco significaba que los abogados iban a ser reemplazados. Estábamos más interesados en la cuestión de qué pasará con los conductores de camiones, taxistas, conductores de autobuses, cuando llegue la IA de conducción autónoma por ejemplo, cuando todo su trabajo estará en riesgo. En el caso de la IA generativa estoy de acuerdo con usted: son los trabajos más cualificados los que están expuestos a ella. Periodistas, abogados, académicos, consultores, incluso algunos puestos de dirección están más expuestos a la IA generativa que los de recepcionistas y camioneros. Pero la IA generativa aún no es una tecnología de automatización, no puede sustituirlos: en primer lugar, hay que estimularla. En segundo lugar, hay que comprobar los hechos, porque alucina. En tercer lugar, hace falta seleccionar el resultado adecuado y, a menudo, hay que editarlo correctamente. Todavía necesita a los seres humanos en sus procesos de trabajo.

La IA generativa aún no es una tecnología de automatización

Con la IA generativa pienso más en Uber y su impacto en los servicios de taxi. Integrando la tecnología GPS, saber el nombre de cada calle en Madrid ya no era una habilidad particularmente valiosa. Y con la plataforma Uber, básicamente cualquier persona con un carné de conducir puede subirse al taxi y ganar un poco de dinero. Eso provocó una mayor competencia para los taxistas tradicionales que, según nuestra investigación, sufrieron un recorte salarial de alrededor del 10% como respuesta. Creo que la IA generativa está teniendo un impacto similar en las profesiones de creación de contenidos. Así, por ejemplo, si no eres muy buen escritor, con la ayuda de la IA generativa puedes convertirte en un escritor medio o decente. Si no eres buen programador, con GitHub Copilot [una herramienta de IA que ayuda a escribir código informático] puedes convertirte en un programador medio. Varios estudios han demostrado que los novatos y los creadores de contenidos con poca habilidad son los que más se benefician de la IA generativa. Lo que hace esta tecnología es reducir las barreras de entrada y aumentar la competencia en la creación de contenidos. Todavía no es una tecnología de automatización en la línea que discutimos en nuestro artículo de 2013.

Los novatos y los creadores de contenidos con poca habilidad son los que más se benefician de la IA generativa

Por lo tanto, creo que si se trata de evaluar el potencial de automatización de los diferentes puestos de trabajo y considerar qué puestos de trabajo son susceptibles de ser totalmente sustituidos por la inteligencia artificial, sigo pensando que son principalmente los trabajos de baja cualificación y bajos ingresos los que entran en esa categoría. Sin embargo, son más los trabajos de alta cualificación y altos ingresos los que están expuestos a la IA generativa, pero no por una sustitución directa, sino reduciendo las barreras de entrada y aumentando la competencia con personas que antes estaban menos preparadas.

¿Cree entonces que los jefes están seguros? Una de las grandes sorpresas que dio la IA generativa es que podía automatizar tareas de los managers o jefes de equipo, controlando suministros y horarios y asignando recursos.

No. Sí creo que hay funciones directivas que corren el riesgo de automatización debido a la IA generativa, o al menos partes de las tareas que realizan esos directivos. Ahora bien, si quieres formar un equipo y quieres motivar a tus trabajadores y quieres crear una cultura, estimulándolos para que vendan un producto o un servicio a un cliente razonablemente exigente, entonces creo que un humano sigue siendo esencial. Simplemente porque una IA generativa lo que hace es aumentar el valor de la comunicación en persona. Piénselo de esta forma: si una IA escribe todas nuestras cartas de amor y las de todos los demás, los encuentros en persona se vuelven más importantes porque todo el mundo va a escribir cartas similares de calidad similar.

Eso se traslada también al mundo laboral. Si tu empresa utiliza la IA para vender un producto o un servicio a un cliente, pues bien, tus competidores van a utilizar la IA, probablemente con una capacidad similar. Así el rasgo distintivo va a ser lo convincentes que sean tus representantes cuando conozcan a los clientes en persona. Creo que algo similar ocurrirá dentro de la empresa. Ciertamente hay operaciones relativamente rutinarias donde puedes usar la IA también para proporcionar incentivos, en llamadas de Zoom para impedir que tus representantes usen lenguaje grosero, etc. Pero en mi opinión esos usos van a aumentar el valor de la comunicación en persona, lo que la IA no hace, en lugar de provocar una sustitución.

¿Cuánto tiempo cree que falta para que comience esa automatización de puestos de trabajo menos cualificados? ¿Y para que termine ese proceso y todas las personas hayan sido sustituidas?

Por lo general, intento evitar predecir este tipo de plazos, ya que es casi imposible saberlo. En nuestro documento de 2013, por ejemplo, no incluíamos el ritmo de la automatización, solo su alcance potencial. La razón es que el ritmo depende de otros factores además de la tecnología. Digamos que los coches autónomos son más seguros que los conductores humanos el día de mañana. A menos que les demos un permiso de conducir, no estarían en las carreteras. Lo mismo ocurre con el trabajo de traducción: los documentos importantes suelen necesitar la certificación de un traductor humano. Es casi imposible saber cuándo cambiarán esas normas. Además, hay muchos tipos diferentes de trabajo poco cualificado. El calendario probablemente sea muy distinto para los teleoperadores, los camioneros y los mozos de almacén, por ejemplo. Creo que todos estos grupos se verán desplazados, pero en plazos diferentes. Creo que los teleoperadores serán los primeros en automatizarse, ya que requieren menos inversión de capital y menos cambios organizativos. Al igual que ocurrió con la automatización en el pasado, será un proceso gradual pero desigual.

Los teleoperadores serán los primeros en automatizarse, ya que requieren menos inversión de capital y menos cambios organizativos. Pero, al igual que ocurrió con la automatización en el pasado, será un proceso gradual pero desigual

En los últimos años ha habido un gran número de estudios que contrarrestan el golpe que la IA tendrá en la automatización de empleos previendo que una economía basada en esta tecnología creará nuevos puestos de trabajo que hoy no conocemos. ¿Cuál es su opinión sobre esto?

Si volvemos la vista atrás y nos fijamos en la tecnología informática, vemos que creó industrias completamente nuevas en torno a la producción de hardware y software. Está claro que hay gente que se gana la vida con la inteligencia artificial y la construcción de sistemas de IA, lo que, por un lado, crea nuevos puestos de trabajo y nuevas actividades. Pero no hay ninguna ley que diga que toda tecnología creará más o menos puestos de trabajo de los que reemplaza. Esa ley no existe en economía. Hay algunas tecnologías que crean más puestos de trabajo de los que sustituyen, como el automóvil. Y hay algunas tecnologías que sustituyen más empleos de los que crean, como los robots industriales. Si pensamos en el ascensor, por ejemplo, lo único que hizo fue reducir la necesidad de operarios. O el telescopio, que no sustituyó a un solo trabajador, pero nos permitió ver las lunas de Júpiter por primera vez, explorar el universo y hacer cosas antes inconcebibles.

Cada tecnología es diferente. La cuestión es si la IA es una tecnología de sustitución o de capacitación. La respuesta es que toma un poco de ambas. Creará nuevos puestos de trabajo, pero también reemplazará muchos empleos. Habrá ganadores y perdedores. Incluso si la IA crea más puestos de trabajo de los que sustituye, imagine si crea todos esos nuevos puestos de trabajo en Madrid y se automatizan empleos en Barcelona, la gente de Cataluña no va a ser más feliz como consecuencia de ello. Pero eso es algo que ha pasado. Se están creando nuevos puestos de trabajo en ciudades como Londres, reemplazándolos en el norte industrial en los EEUU. Se han creado empleos en las ciudades costeras, sustituyéndolos en el cinturón de óxido [Nordeste y Medio Oeste de Estados Unidos]. Ves patrones similares en todos los ámbitos. Ya sabe, puede poner una mano en el congelador y la otra en la estufa y pensar que debería sentirse cómodo por término medio. Pero sabemos por experiencia que ese no es el caso. Lo mismo ocurre con la tecnología. El hecho de que cree más puestos de trabajo en otro lugar de la economía no significa que las personas que están siendo sustituidas se beneficien de ello.

¿Cree que nos estamos colocando en un lugar apropiado para que cuando llegue el golpe de la IA, este pueda tener efectos positivos en el mercado laboral? ¿Trabajando menos horas o generalizando la jornada de cuatro días, por ejemplo?

Cada nueva tecnología que aumenta la productividad, en principio, nos hace posible trabajar menos. Es verdad. Pero si nos remontamos a 1930 y al famoso ensayo de John Maynard Keynes sobre las perspectivas de nuestros nietos, él pensaba que la gente en 2030 trabajaría 15 horas semanales. En realidad estaba bastante en lo cierto acerca de la productividad y más o menos acertó al decir que la tecnología reemplazaría a los trabajadores en la minería, en la manufactura, en la agricultura. Pero no esperaba que la gente seguiría valorando los ingresos más altos y que se crearían nuevas demandas de tipos de servicios y actividades de ocio, por ejemplo. Es bastante sorprendente pensar que en Estados Unidos, por ejemplo, de 1900 hasta ahora, la productividad ha aumentado un 800%, pero el ocio ha aumentado un 10 o 15%. En Europa aumentó más porque decidimos introducir la semana laboral de 40 horas. Pero no es necesariamente automático que tengamos mucho más ocio. Si la gente quiere tener más ingresos para viajar o pagarse carreras universitarias o pagar más por la sanidad, entonces no vamos a trabajar menos como consecuencia de la IA.

Así que sí, en principio, podría hacer más factible la semana laboral de cuatro días. Pero si eso es lo que la gente quiere, y si eso es lo que los responsables políticos deciden que deberíamos querer. Creo que es una cuestión abierta, pero también podemos decidir ciertas cosas a través de la política económica. Así, si la política fiscal, por ejemplo, encarece las nóminas y la mano de obra debido a los altos impuestos, eso crea incentivos para que las empresas inviertan en IA que sustituya a los trabajadores. Y si los impuestos sobre el capital son muy bajos, eso crea menos incentivos para ahorrar en capital, ¿verdad? Así que si se reduce la brecha entre los impuestos sobre el trabajo y el capital en la política tributaria se podría incentivar a las empresas a crear tecnologías más intensivas en mano de obra en lugar de las que la sustituyen.

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*enlightED es una conferencia mundial de educación, innovación y tecnología impulsada por Fundación Telefónica, IE University, South Summit y la Fundación “la Caixa”.

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