La Comisión Europea da un paso más para que no pagues extra en teléfono al viajar por Europa
La nueva Ley de Telecomunicaciones que el Consejo de Ministros ha remitido este viernes a las Cortes pronto tendrá que ser revisada. La Unión Europea trabaja en la actualidad en armonizar el mercado de las telecomunicaciones en toda la eurozona para ganar competitividad frente a Estados Unidos y Asia. Entre otros cambios, eliminará el roaming en los estados miembro, es decir, no habrá sobrecargos en el móvil al cruzar las fronteras europeas. También intenta reducir el número de operadores. Lo que acabe finalmente aprobando Bruselas tendrá que ser incorporado posteriormente en esta nueva legislación española. De momento, la Comisión Europea ha presentado esta semana su propuesta. Por fin conocemos el borrador final de la nueva regulación.
Fin del roaming a partir de julio de 2014
Uno de los aspectos que más va a beneficiar a los usuarios es el fin de los recargos por voz y datos al utilizar un dispositivo móvil en otros países de la Unión Europea. Neelie Kroes, vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de la Agenda Digital Europea, lleva tiempo anunciando que en Europa se acabará el roaming para los ciudadanos de la Unión cuando viajen a alguno de los países miembro.
La fecha elegida es el 1 de julio de 2014, aunque se está negociando con los operadores dar un margen de dos años para que sea implementada. Esta medida también se aplicará a las líneas de teléfono fijas. Todas las llamadas realizadas a cualquier país de la Unión tendrá que tener el mismo coste. Como si hubiera realizado entre dos ciudades de un mismo país y no podrá ser superior a los 0,19 euros por minuto.
A nivel práctico, los usuarios podrán elegir entre seguir utilizando su plan de precios de teléfono actual o bien optar por elegir un proveedor distinto en el país donde se haya desplazado que ofrezca tarifas más baratas y sin necesidad de adquirir una nueva tarjeta SIM.
Mercado único de las telecomunicaciones
Todos estos cambios legislativos para mejorar el marco jurídico y técnico de las telecomunicaciones en Europa viene impulsado por la pérdida de competitividad del sector. Europa ha perdido el tren de las conexiones de banda ancha móviles de la que fue líder y pionera en la última década. En la actualidad, mientras Estados Unidos, Japón y Corea tienen una penetración de las conexiones 4G entre el 40 y el 50% de los clientes de telefonía, en Europa este porcentaje apenas alcanza el 6%, según datos de la propia Comisión.
En España la situación aún es peor. A pesar de las recientes ofertas comerciales basadas en el 4G por parte de los operadores, este despliegue está limitado a algunas grandes ciudades, siempre y cuando se utilice desde algunos de los móviles compatibles. La realidad es que el despliegue en España no se hará hasta el año 2014. Este retraso, autorizado por la Unión Europea, viene motivado por el incumplimiento del gobierno español en la asignación de frecuencias de 800 MHz, ocupadas por la TDT, para la banda ancha móvil 4G. Aún así, el objetivo es que al menos el 50% de los hogares cuenten con una conexión superior a 100 Mbps en el año 2020.
El problema principal que la Unión Europea quiere subsanar es la falta de armonización en el mercado de las telecomunicaciones en Europa, donde no existen las mismas leyes, estándares, protección de los consumidores o coordinación en las frecuencias del espectro radioeléctrico utilizado.
En la actualidad, si una empresa quiere operar en toda la Unión Europea tiene que pedir una licencia por cada uno de los países miembro. La propuesta del Ejecutivo comunitario quiere eliminar esta burocracia simplificando los trámites. Su pretensión es que con estas nuevas normas se reduzca, mediante fusiones o uniones, el número de empresas de telefonía móvil que operan en Europa para permitir un despliegue más rápido de las nuevas redes de banda ancha móvil. Mientras en el espacio comunitario existen un centenar de operadores de telecomunicaciones móviles, en Estados Unidos solo existe cuatro compañías.
Sin embargo, no se creará un regulador único de telecomunicaciones europeo. En su lugar, Bruselas mantendrá el poder de veto en las decisiones de los reguladores nacionales de cara a armonizar el mercado y vigilar los abusos de los grandes operadores.
Neutralidad en la Red limitada
Uno de los anuncios más importantes de la Comisión es la mejora legal de la llamada Neutralidad en la Red. Es decir, que el acceso a los contenidos y servicios de Internet no se vean bloqueados o estrangulados por acuerdos comerciales o estrategias de los operadores.
Esta medida no gusta a algunas asociaciones de derechos digitales como European Digital Rights (EDRI). Consideran que las medidas presentadas por la Comisión son claramente insuficientes. EDRI cree que la nueva norma contiene una amplia gama de excepciones que limitan claramente el concepto de Internet Abierto promovido a través de la Neutralidad en la Red. Entre las excepciones contempladas en el borrador final, está la de permitir la degradación de un servicio en base a las leyes o para prevenir un delito grave, lo que abre la puerta a la criminalización y bloqueo de ciertos protocolos de Internet como el p2p.
Otras de las excepciones permite degradar un servicio siempre y cuando afecte a la calidad de la conexión del resto de usuarios. Esto permitiría que los operadores bloqueen el acceso a servidos como televisión a la carta de la competencia o aplicaciones en la nube con la excusa de que consumen muchos recursos de sus infraestructuras, lo que forzaría a estas empresas a negociar acuerdos con los operadores. En 2010, César Alierta, presidente de Telefónica ya afirmó que los buscadores como Google tendrían que pagar a los operadoras debido al fuerte consumo de recursos que realizan sobre sus infraestructuras de red.