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Spacewar!, el videojuego que nació en la cultura hacker del MIT

Spacewar! fue un videojuego desarrollado en el MIT entre 1961 y 1962 para la computadora PDP-1

Juan Jesús Velasco

El mundo de los videojuegos es hoy una potente industria que va más allá del entretenimiento. No solamente están destinados para hacer pasar un buen rato a los usuarios y poner a prueba su capacidad de concentración o sus reflejos; también los encontramos en el ámbito educativo e, incluso, dentro del ámbito sanitario como ejercicios de terapias de rehabilitación.

El origen de los videojuegos está íntimamente relacionado con el origen de los computadores en la década de los años 50. Alan Turing desarrolló, en 1950, algoritmos para jugar al ajedrez en la computadora Manchester Mark I, Claude Shannon publicó un artículo titulado “Programming a Computer for Playing Chess” (1949) en el que describía algoritmos para programar computadoras que jugasen al ajedrez y, en 1952, Alexander Douglas había desarrollado en la Universidad de Cambridge, para el computador ESDAC, un programa conocido como OXO para jugar al “tres en raya” (un programa que se considera como uno de los primeros videojuegos de la historia).

Durante los años 50, los juegos para computadora eran algo más demostrativo que lúdico y, de hecho, formaban parte de trabajos académicos de investigación. Sin embargo, durante los años 60, comenzaron a desarrollarse los primeros videojuegos destinados a entretener; una combinación de diversión, espíritu hacker y ganas de aprender que tiene en Spacewar! uno de sus mejores ejemplos, un juego que nació en el seno del MIT y que, prácticamente, abrió las puertas de toda una industria.

El MIT y el espíritu hacker

Al igual que en otras universidades de Estados Unidos, en el MIT existían clubs que congregaban a los alumnos del campus bajo distintas actividades. Uno de estos clubs era el Tech Model Railroad Club (TMRC), un club que giraba alrededor de maquetas de trenes y en el que ingresó en 1958 un recién llegado al campus llamado Peter Samson.

Este club tenía dos grupos de trabajo, por un lado los que se encargaban de construir las maquetas de trenes, paisajes y edificios y, por otra parte, el “subcomité de señales y energía” que era el encargado de mantener y desarrollar el sistema de control y señalización de los trenes y vías. A Samson le llamó la atención el sistema de comunicaciones de la maqueta y se decantó por este comité que, entre otras cosas, recorría el campus investigando los sistemas de comunicación de los edificios de la universidad.

Dentro de las salidas que hacían por el campus para conocer los sistemas que sustentaban el MIT, Samson descubrió, en un sótano del edificio 26, la sala EAM (lugar en el que se habían instalado las máquinas de contabilidad que perforaban las tarjetas que nutrían el computador IBM 704 que el MIT tenía instalado). A partir de ahí, Samson y sus compañeros comenzaron una larga relación con las computadoras del campus, algo que se acrecentó tras asistir a la primera asignatura impartida por el MIT sobre programación y que les abrió las puertas al resto de computadoras que fueron llegando a centro universitario (como la experimental TX-0, con la que llegaron a desarrollar un juego del tres en raya).

El equipo del TMRC escribía sus propios programas y, tras probarlos, los depuraban para hacerlos más eficientes, eliminando trozos de código que consideraban que no aportaban nada. A estas modificaciones, los miembros del TMRC los llamaban hacks y todo este movimiento surgido por estos estudiantes inquietos que, casi de manera autodidacta, comenzaron a trabajar con las primeras computadoras comerciales de los años 60, es lo que se conoce como el espíritu hacker del MIT.

El computador PDP-1 de Digital Equipment Corporation

En 1960, precisamente, llegó al MIT el PDP-1, la primera computadora fabricada en serie por Digital Equipment Corporation (DEC). Esta computadora trabajaba a una frecuencia de 200 KHz, realizaba 100.000 operaciones por segundo, usaba rollos de cinta perforada (que no tarjetas) como sistema de entrada del software y, como periféricos, admitía el uso de una “máquina de escribir” a modo de consola de entrada y también admitía un monitor CRT a modo de salida.

La llegada del PDP-1 al MIT fue toda una revolución para los alumnos del campus y, especialmente, para las mentes inquietas del Tech Model Railroad Club. Con el PDP-1, los alumnos del MIT desarrollaron uno de los primeros procesadores de textos que se conocen, programas para realizar cálculos de trigonometría e, incluso, llegaron a reproducir música de Mozart y Bach (desarrollando un “compilador de armonía”).

Un juego complejo que hizo historia

En 1961, Steve “Slug” Russell, uno de los miembros del TMRC, había terminado de leerse la serie de relatos de ciencia-ficción Lensman de E.E. Smith. Decidió inspirarse en esta saga de relatos espaciales para desarrollar un juego para el PDP-1 y, con este objetivo, unió esfuerzos junto a Martin “Shag” Graetz y Wayne Wiitanen.

El proyecto arrancó en diciembre de 1961 y, 200 horas de trabajo más tarde y la reutilización de algunas rutinas de cálculos trigonométricos que había desarrollado Alan Kotok, el equipo desarrolló un juego llamado Spacewar! que se jugaba con un monitor CRT y ofrecía a los jugadores una batalla de naves espaciales.

Spacewar!, cuya primera versión se terminó en febrero de 1962, no era un juego simple. Se apoyaba en la trigonometría para realizar los cálculos de las trayectorias de las dos naves que se enfrentaban en la batalla. Ideado para enfrentar a dos jugadores en un “duelo a muerte”, Spacewar! presentaba dos naves espaciales que debían intentar destruirse y, además, evitar quedar atrapadas por la fuerza gravitatoria de una estrella (los principios físicos de la atracción gravitatoria formaban parte de los cálculos que se hacían en el juego). Con este argumento de partida, las naves espaciales de Spacewar! contaban con combustible y misiles limitados y la posibilidad de acercarse a un agujero negro (hiperespacio) que los transportaba a una de las esquinas de la pantalla.

Controlando la rotación de la nave y contrarrestando la gravedad de la estrella con los motores, los jugadores debían poner en su punto de mira a la nave contraria y acertar con el disparo de uno de sus misiles; una dinámica que, además, acontecía en un escenario que incluía un fondo estrellado que se generaba de manera aleatoria. Para hacernos una idea de la complejidad del juego, el PDP-1 realizaba 100.000 cálculos por segundo para controlar el movimiento de las naves, la gravedad generada por la estrella, los controles de los usuarios, las posiciones relativas de las estrellas que adornaban el escenario y, además, mostraba en una pantalla de 20.000 puntos todo el interfaz gráfico que se refrescaba cada segundo.

El juego se hizo extremadamente popular dentro y fuera del MIT, generó una comunidad de desarrolladores que mejoraban el juego añadiendo nuevas características: eliminar el fondo estrellado, incluir un “viento espacial” que desviaba las trayectorias y obligaba a realizar ajustes continuos de trayectorias, añadir minas u ofrecer la posibilidad de jugar en primera persona con dos pantallas simultáneas (una para cada jugador). Para DEC, el fabricante del PDP-1, Spacewar! era una de las aplicaciones de mayor éxito de su sistema y terminó incluyendo el juego dentro de las nuevas unidades fabricadas (un hecho que se repetiría con otros computadores como el PDP-10 y el PDP-11).

El impacto de Spacewar!

Spacewar! no pasó desapercibido, el juego fue un estupendo banco de pruebas de operaciones y cálculos complejos mediante computador. Además de ser incluido por DEC en algunos de sus computadores (a modo de software de demostración), este videojuego fue la base para muchos hacks que se desarrollaron tanto en el MIT como en otras universidades y que convirtieron el juego en un proyecto de código abierto susceptible de modificarse y mejorarse.

Spacewar! también se convirtió en un importante punto de partida para la industria de los videojuegos. Atari se basó en Spacewar! para desarrollar en 1979 la arcade Asteroids aunque algunos años antes, en 1971, la industria de las máquinas arcade quedaría inaugurada gracias a Galaxy Game, la primera máquina arcade comercial de la historia que, precisamente, era una adaptación del Spacewar! del MIT.

Desde el año 2006 se puede jugar al Spacewar! en el Computer History Museum de Mountain View (California), donde se expone el único PDP-1 que queda operativo (tras haber sido restaurado) y que, por supuesto, tiene cargado el juego. De todas formas, si alguien quiere sentir la misma experiencia de los estudiantes del MIT en 1962 jugando a Spacewar!, en Internet Archive se encuentra un emulador que recrea el mítico videojuego (gracias a toda la documentación que se conservaba en el MIT).

Imágenes: Joi Ito (Flickr), Marcin Wichary (Flickr), Kenneth Lu (Flickr), Marcin Wichary (Flickr), Josh Graciano (Flickr) y Joi Ito (Flickr)

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