Cuando Jimmy Wales y Larry Sanger fundaron Wikipedia, Internet era un lugar muy diferente al que es ahora. En 2001 nadie quería imaginar que se convertiría en algo parecido a una lonja masiva donde la materia prima es la atención del usuario. Un espacio controlado al que se accede a través de un embudo llamado 'apps', que deciden de forma opaca qué es lo que más interesa a cada cual en función de sus interacciones anteriores. Al contrario, las redes digitales eran más parecidas a un páramo de difícil acceso donde primaba el do it yourself: si quieres algo, hazlo tú mismo.
Había mucha gente haciendo muchas cosas y que invertía su tiempo de forma altruista para dar forma a ese entorno ilimitado. El gran éxito de Wales y Sanger fue diseñar los mecanismos para formar una comunidad autogestionada y escalable para que esa gente pudiera relacionarse y dar forma a ese trabajo. Sanger abandonó pronto el proyecto, pero Wales perseveró hasta convertirlo en la mayor obra de consulta de la historia de la humanidad. Ahora quiere replicar el modelo y adaptarlo al periodismo.
Pero Wikitribune, su iniciativa, no es como Wikipedia. Tampoco tiene relación alguna con ella o su fundación matriz. Internet ha cambiado y con él, lo que ahora propone Wales. Su nuevo portal de noticias es una organización con fines de lucro y a pesar del uso del concepto 'wiki' (espacios web donde los usuarios, la comunidad, crean, debaten, modifican o eliminan contenido de código libre) también tendrá su propio embudo. Una redacción de periodistas controlará todo lo que se publique: los textos que envíen los usuarios tendrán que pasar su filtro, así como las ediciones que estos hagan de sus noticias.
La empresa de Wales será más parecida a un medio tradicional con gran nivel de interacción con su comunidad de lectores que a Wikipedia, que de hecho ya cuenta su propio apartado de noticias en Wikinews. “Wikitribune es un proyecto piloto”, explica Jimmy Wales (Alabama, EEUU, 1966) en una entrevista con eldiario.es. “Estamos explorando, cambiando cosas cada día para descubrir la manera más correcta de hacerlo. Atrae mucha atención porque la gente está muy preocupada por las presiones financieras que sufre el periodismo. Averiguar cómo la comunidad puede ayudar en eso parece una buena idea”, expone.
El empresario quiere combatir problemas de los grandes medios de comunicación como la falta de independencia financiera, la desinformación o el clickbait involucrando a los lectores en el proceso periodístico. “Wikipedia ya ha mostrado el poder que tiene la colaboración de unir a la gente, para leer, documentar, abrir discusiones, debatir sobre cómo presentar los hechos de forma justa… Ese es el modelo que buscamos para narrar eventos”.
Hace un año lanzó la versión en inglés de Wikitribune. Ahora Wales ha abierto un crowdfunding para poner en marcha la versión española. Su idea es que una comunidad de suscriptores hagan viable el proyecto: “A largo plazo necesitamos ser auto-sostenibles. Necesitamos que los lectores nos financien. Para mí eso es muy importante”. “Tenemos gente que se inscribe para darnos soporte mensual. Tenemos algunas subvenciones, yo estoy invirtiendo dinero y Google también nos dio algo de dinero para ayudarnos con el aspecto tecnológico”, detalla.
“Periodismo de evidencia” y línea editorial “neutral”
Wales también se compromete a hacer sus cuentas transparentes. En este punto quizá muchos lectores de eldiario.es ya hayan apreciado que basar la independencia de un medio en su compromiso con sus lectores no es una idea nueva. Tampoco lo es su lema, “Periodismo de evidencia”, ligado a una voluntad de que cualquier fuente que suministre una información lo haga de forma abierta y pública.
Esa voluntad tiene un eco allá por 2010, cuando otro personaje emblemático en el devenir de la red, Julian Assange, quiso impulsar lo que él llamó “periodismo científico”. Su idea tuvo incluso cierto recorrido académico. Consistía en llevar el método empírico a las publicaciones de los medios de comunicación y aprovechar el potencial de la red para poner a disposición del lector toda la documentación y fuentes en bruto utilizadas en la redacción de la noticia. Aquello no funcionó.
El “Periodismo de evidencia” que aspira a desarrollar Wales en Wikitribune recuerda a la iniciativa de Assange, aunque el estadounidense reconoce que no conocía aquel intento del hacker australiano de reformular el trabajo en una redacción. “Dada la baja confianza que actualmente la gente tiene en los medios, algo que creo que a veces es injusto pero está ahí, el periodismo serio necesita mostrar y no contar. Necesitas publicar tus fuentes, ser tan transparente como sea posible para que la gente te crea”, defiende.
“Queremos basarnos mucho más en la evidencia, no pedirle a la gente que crea algo, sino mostrar tantas pruebas como podamos sobre ello”, ahonda. A la pregunta sobre cuál será su línea editorial, Wales contesta seguro: “Neutral”. Sin una línea editorial definida, ¿cómo solucionar la diferencia de criterio entre, potencialmente, todos los usuarios de Internet? ¿Cómo evitar que Wikitribune siga la que imponen los medios de comunicación mayoritarios? ¿Cómo evitar que se haga eco de la desinformación? La respuesta del empresario es siempre la misma: “Comunidad”.
“Eso se soluciona abriendo el proceso. Que mucha gente pueda entrar en el proceso de edición es una herramienta fantástica para solucionar este tipo de problema. Las historias falsas pueden publicarse a menudo en webs de noticias muy populares y se comparten muy rápidamente a través de las redes sociales pero, si tienes la suficiente gente mirando, puedes explicar qué es lo que está mal en eso. Creo que eso es una de las cosas más importantes que podemos poner encima de la mesa”.
La voluntad de Wales es crecer hasta poder mantener varias redacciones en las diversas zonas horarias e, idealmente, ser capaz de desarrollar incluso periodismo local. Que Wikitribune pueda explicar el mundo por sí misma, como Wikipedia, pero en tiempo real. “Es muy importante que huyamos de las agendas. Que el periodismo serio no está aquí para impulsar una cosa u otra sino para decir la verdad”, concluye.