El conflicto entre progreso y nostalgia en un ejemplo: la nueva Harley-Davidson eléctrica que no hace ruido
Harley-Davidson lleva 115 años haciendo motos. A lo largo de este tiempo se ha forjado una imagen única en el mundo de las dos ruedas y su marca es percibida como sinónimo de libertad, rebeldía, autenticidad, amor por la carretera, por la gasolina… Pero algo está cambiando en la firma de Milwaukee. En 2014 anunció que estaba trabajando en un proyecto eléctrico, lo que hizo llevarse las manos a la cabeza a los más puristas, y en el pasado Salón de la Moto de Milán, el EICMA 2018, pudimos ver su versión definitiva.
Sin embargo, la confirmación de su lanzamiento no ha tenido lugar en ningún salón de la moto internacional, ni en Milán, ni en Colonia, ni en Tokio, sino en un espacio donde compartía protagonismo con robótica, inteligencia artificial, vehículos autónomos o lo último de telefonía, imagen y sonido: el Consumer Electronics Show (CES) de las Vegas, una de las muestras de electrónica más importantes del mundo.
Y sí, lo ha hecho porque esta nueva Harley-Davidson no es una Harley-Davidson de las de toda la vida, sino su primera moto eléctrica. Bautizada como LiveWire, llega para romper moldes en una casa donde el sonido del motor lleva décadas levantando pasiones alrededor del planeta.
Así suena el motor clásico de una Harley:
Ahora, guste o no a sus seguidores, se abre un nuevo camino para que el sonido de las Harley-Davidson del futuro sea algo como esto:
A pesar de su imagen clásica, contra todos los pronósticos Harley-Davidson es la primera de las grandes marcas que pone en el mercado mundial una moto eléctrica. Desde 2014 BMW comercia un scooter eléctrico, el C Evolution, que poco a poco se empieza a ver por nuestras calles, pero ninguna otra ha hecho una apuesta tan firme por un modelo eléctrico como lo es esta nueva LiveWire. Y parece que va en serio, según la marca esto es solo el principio, para 2022 tiene previsto ampliar su catálogo de motos eléctricas con nuevos modelos para los que ya tiene listos algunos prototipos.
Una Harley como ninguna otra
Donde antes había grandes motores ahora hay grandes baterías, donde había vibraciones ahora hay suavidad y de donde surgía un sonido de leyenda ahora solo se obtiene silencio. Para conseguir una moto así en Milwaukee han prescindido de sus clásicos motores de combustión V-Twin para optar por uno eléctrico de imanes permanentes. Esto le permite tener una entrega de par instantánea desde el momento en que se gira el acelerador, aquí no hay que esperar a que suban las revoluciones del motor, sino que en cualquier instante se tiene al alcance el 100% de esa fuerza de empuje. Eso le permite presumir de una aceleración de 0 a 100 km/h en menos de 3,5 segundos. Impensable en una Harley-Davidson de combustión.
No hay embrague, no hay cambio de marchas. Solo hay que acelerar y frenar. Cuenta con siete modos diferentes de conducción con los que se regula la entrega de potencia y la recarga de la batería aprovechando la retención del motor, cuatro de ellos son predefinidos de serie y los otros tres configurables por el usuario. Además, Harley-Davidson hace con ella una importante apuesta por la conectividad equipando la LiveWire con un servicio denominado H-D Connect, un sistema de control que permite gestionar diferente información de la moto desde el móvil mediante la Harley-Davidson App, como estado de la carga, autonomía disponible, alertas de manipulación y localización de la moto en caso de robo, notificaciones, mantenimiento, etc.
Pero centrémonos en lo que preocupa cuando hablamos de un vehículo eléctrico: batería, sistema de carga y autonomía. La marca aún no ha revelado muchos datos, no ha confirmado los tiempos de carga, pero sí sabemos que cuenta con una batería compuesta por células de iones de litio, que ofrece sistemas de carga tanto Nivel 1 para usar una toma de corriente doméstica como Nivel 3 para puntos de carga rápida, y que promete una autonomía de unos 175 km con una sola carga.
Por lo demás, por así decirlo, es una moto como muchas otras. De gama alta, sí, y tecnología avanzada al incorporar suspensiones electrónicas, control de tracción, ABS en curva, una parte ciclo de primera y una gran pantalla TFT multifunción con conexión Bluetooth, sí, pero nada que no equipen otras motos del mercado.
¿Y cuánto cuesta todo esto? Harley-Davidson ha anunciado que su LiveWire llegará al mercado europeo en otoño a un precio de 33.700 euros. Un precio que se hace un hueco en el rango más alto de la marca americana, porque aunque haya modelos de entrada como la Harley-Davidson Street 750 por 7.300 €, gran parte de su gama supera los 20.000, y los modelos más exclusivos, como la CVO Limited, pueden alcanzar los 48.000. Por lo que, aunque el precio de la LiveWire sea elevado, teniendo en cuenta su tecnología podría no parecer descabellado.
¿Justo a tiempo? ¿O demasiado pronto?
En Harley-Davidson lo tienen claro, y según Matt Levatich, CEO de la marca, “Nos encontramos en un momento histórico de la evolución del transporte, y Harley-Davidson está a la vanguardia del mismo”. Pero al sector de la moto eléctrica aún le queda mucho por delante, sobre todo si lo comparamos con la industria de los coches eléctricos. En España, el año pasado solo el 2,8% de las motos vendidas fueron eléctricas (según ANESDOR, de enero a noviembre 2018) pero aunque despacio, poco a poco las ventas de motos eléctricas van aumentando y en Europa lo hicieron en un 8,2% el pasado año (según ACEM, de enero a octubre de 2018). Las motos eléctricas se están haciendo un hueco y sin ir más lejos este año el campeonato del mundo de velocidad de MotoGP por primera vez en su historia contará con una categoría de motos eléctricas, la MotoE World Cup.
Lo que ha demostrado Harley-Davidson con su LiveWire es que no vive ajena a los cambios que el sector ya está experimentando. La prensa especializada ya tuvo ocasión de probar un primer prototipo de esta moto en 2015. De él destacaban el poderío de su motor, su aceleración, la ausencia de vibraciones, la simplicidad mecánica, su bajo mantenimiento, sus cero emisiones y la calidad de sus componentes, y encontró pegas como su peso y su escasa autonomía.
Ahora, con el modelo ya en vías de comercialización, junto al reto de convertirse en un referente en el segmento eléctrico Harley-Davidson tiene por delante otra labor no menos complicada: evolucionar manteniendo a sus más fieles seguidores. Algo nada fácil cuando se rompen moldes en un mundo tan pasional como el harlista.
El sonido y el precio son dos de los factores más criticados por usuarios de la marca. “¿Quién diablos quiere una moto eléctrica silenciosa si nos gastamos un montón de dinero en hacer que las normales suenen más alto?” o “Deben de estar fumando crack si piensan que nos vamos a gastar 30.000 US$ en una moto eléctrica que solo recorre 110 millas” son solo algunos ejemplos de opiniones. En su mayoría, tanto en redes sociales como en foros, los colectivos harlistas suelen coincidir en que “si es eléctrica no es una Harley-Davidson”, pero otro sector, más abierto al cambio, no ve con tan malos ojos el camino que ha decidido tomar la marca: “Tiene su puntito. Y supongo que para las ciudades más pronto que tarde se impondrán vehículos eléctricos.” dice LobeznoAnt. “Que Harley tenga una eléctrica en el catálogo no es en absoluto para echarse las manos a la cabeza porque no es indicativo de que vayan a reemplazar de la noche a la mañana las customs ”clásicas“ [...] Ellos saben que su nicho son gente que busca motos de esencia clásica y ese es su mayor mercado”, en palabras de waiting4thesun.