Trabajo lanza una herramienta para facilitar la transparencia de los algoritmos laborales
El Ministerio de Trabajo ha presentado este viernes una herramienta para facilitar que los trabajadores pidan información a las empresas sobre los algoritmos que actúan sobre ellos y cómo les influyen sus decisiones. Se trata de un derecho introducido a través de la ley rider que cualquier comité de empresa puede ejercer ya, pero los sindicatos han avisado de problemas a la hora de aplicarlo.
Con la nueva herramienta –diseñada en coordinación con un grupo de expertos de la sociedad civil– el departamento que dirige Yolanda Díaz quiere poner en marcha un mecanismo que establezca claramente qué datos pueden pedir los representantes de los trabajadores y cómo deben facilitárselos las empresas. También da consejos a los empresarios sobre qué factores deben tener en cuenta a la hora de implementar este tipo de tecnología y cómo exigírselos a sus proveedores de algoritmos.
La herramienta de transparencia llega en un momento en el que han aumentado las quejas de los trabajadores sobre los sistemas automatizados que puntúan su productividad y rendimiento, les asignan horarios o cargas de trabajo o deciden si son aptos para un ascenso.
“Ya tenemos jefes algorítmicos, pero el uso de esta tecnología tiene consecuencias en las personas de carne y hueso”, ha expuesto la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
“Debemos utilizar las fórmulas matemáticas para liberarnos de fatigas excesivas y para mejorar la calidad de nuestro trabajo”, ha expuesto: “Pero el uso de estas fórmulas puede tener efectos absolutamente perversos en los trabajadores. Esta herramienta trata de corregir esas perversidades, algunas de las cuales ya conocemos”.
Facilidades para pedir información
La nueva herramienta se compone de un cuestionario que “pretende concretar y sistematizar las obligaciones empresariales de información” sobre los algoritmos que afectan a los trabajadores, permitiéndoles “conocer las características y detalles técnicos más relevantes” de estos.
Entre los datos que los comités de empresa pueden solicitar está la información sobre qué sistemas de inteligencia artificial utilizados por la compañía pueden influir en los trabajadores o los evalúan, cómo se han implementado y para qué. Este apartado incluye también qué decisiones tomadas por personas están basadas en información suministrada por algoritmos, qué tipo de tecnología utilizan o qué empresa los ha diseñado, en caso de que se hayan comprado a terceros.
Las respuestas de las empresas deberán incluir “información significativa, clara y simple sobre la lógica y funcionamiento del algoritmo, incluyendo las variables y parámetros utilizados”, recalca Trabajo.
Apoyo también a las empresas
Además de la herramienta, el material presentado este viernes por Trabajo incluye una guía práctica tanto para empleados como para empresas sobre todo lo referente a algoritmos laborales. También un informe sobre cómo se está utilizando esta tecnología por parte de compañías de todo el mundo, así como las repercusiones que se han detectado. Este último está elaborado por Eticas, una de las primeras consultoras especializadas en la auditoría de algoritmos.
“Queríamos poner sobre la mesa que existe ya un marco legal para ejercer los derechos de las personas respecto a los algoritmos, lo que nos hace falta es concretar cómo usarlo”, ha explicado Gemma Galdón, directora de Eticas y coordinadora del grupo de expertas y expertos que ha colaborado con el Ministerio en el diseño de la herramienta y el material en el que se apoya.
“Lo que queríamos es que no hablara de principios sino de prácticas: si lo que queremos es que los algoritmos sean transparentes, cómo podemos hacer que sean transparentes”, ha insistido la experta: “Tratar cosas muy concretas que fueran útiles desde ya”.
Otro de los objetivos del grupo, han revelado sus propios miembros, ha sido facilitar que las empresas puedan satisfacer estas obligaciones de transparencia y darles más dato sobre cómo funciona este sector.
“Hay un modelo de negocio en la industria de la inteligencia artificial que consiste en aumentar la apariencia de complejidad de los algoritmos para aumentar su precio”, ha revelado Javier Sánchez, investigador en la Universidad de Córdoba. “Esta guía puede ayudar a las empresas también a que no paguen por sistemas que en realidad no los valen”.
4