UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
Comunidades beduinas en Gaza: un estilo de vida amenazado
Las ganas de vivir, su extrema generosidad y su hospitalidad. Estos son los pilares característicos de la comunidad beduina. Su satisfacción con la vida, a pesar de las duras condiciones en las que viven, llama la atención. Se trata de una comunidad afectada por el bloqueo, las restricciones de movimiento y los desplazamientos forzosos impuestos por Israel. Pero ser beduino es un origen y los orígenes no se extinguen. Sus costumbres y tradiciones permanecen y prevalecen.
“Quien entre en la casa de un beduino en busca de protección, no será rechazado”, comenta Hatem Hany, refugiado beduino palestino de 28 años de una aldea cerca de Jaffa.
Hatem vive en el centro de Gaza y trabaja como bailarín de “Deheya”, una danza folclórica de herencia palestina. En esta antigua danza, la fusión de la música con el baile, la poesía y los colores tradicionales demuestran una autenticidad cultural valiosísima.
“Se baila en grupo en una o dos filas. Una o dos personas cantan cánticos tradicionales, mientras los hombres aplauden. Las dos filas repiten alternativamente los pasos. La poesía de los cánticos es la esencia que utilizamos contar una historia o leyenda”.
Hatem vive del arte pero tradicionalmente, los beduinos y beduinas se dedican al pastoreo y a la crianza de animales. Los camellos se consideran una parte social significativa de la tradición beduina y una importante fuente de ingresos, además de las ovejas y otros animales como las aves de corral, de las que obtienen su sustento y su trabajo diario. Además, sacan adelante industrias caseras con mucho esfuerzo, como la del queso, el café negro, el hilo de lana o las artesanías simples. Estamos ante una vida muy diferente a la que se estila en la ciudad de Gaza.
Pero su realidad paralela no se escapa de las restricciones del bloqueo israelí sobre la franja de Gaza. La comunidad beduina es nómada pero esta libertad se ha convertido en una ilusión debido al bloqueo sobre Gaza que golpea al enclave desde hace ya 15 años. Las comunidades beduinas en el enclave costero se concentran en áreas específicas, como el pueblo de Umm al-Nasr, conocido como “pueblo beduino”, el área de al-Fukhari en el sur de la Franja de Gaza, la aldea de Bani Suhaila al-Qura y parte de la aldea de Beit Lahia y Beit Hanoun. En la zona de “Al-Sawafi” sus residentes son familias con pocos recursos que viven en tiendas de campaña hechas de hoja de palma y estaño, y en pequeñas chozas hechas de madera y nylon.
Pastar cerca de la Zona de Exclusión supone un peligro, ya que se exponen a disparos con munición real o controles militares. Ademáspor su condición nómada están muy expuestos a los desplazamientos forzosos. “Gaza se enfrenta a una situación difícil que se refleja en nuestro trabajo en el pastoreo. Tenemos muchos riesgos mientras trabajamos, por lo que preferimos vivir sin política para evitar cualquier problema”, comenta Yahya, otro beduino refugiado de Palestina.
Tradiciones imperdibles protagonistas de la memoria histórica beduina
Diferentes y únicos, la comunidad beduina se ha esforzado por preservar la memoria colectiva, defendiendo su estilo de vida, tradiciones, dialecto y hábitos a pesar de las dificultades.
Entre ellos se identifican por los nombres de sus tribus, cada una de las cuales está dirigida por “un anciano sabio” que resuelve disputas y da consejos. La edad, la piedad y otras cualidades como la modestia, la capacidad de escuchar y la generosidad son los criterios para tener en cuenta en la elección del sabio. En esta organización, si un miembro de una de las tribus comente un crimen, la tribu entera es responsable del mismo y si una tribu se mete en problemas, todas las demás ofrecerán ayuda.
Están acostumbrados a ofrecer comida y agua a cualquiera que se pierda y abren las puertas de su casa quien lo necesite, dándole la bienvenida durante tres días sin preguntarle nada al respecto. Le mostrarán la herencia beduina palestina a través del cante en reuniones.
La naturalidad, hospitalidad y generosidad corren por las venas de los refugiados y refugiadas de Palestina beduinas. Las situaciones a las que se enfrentan a consecuencia de las continuas ofensivas militares de Israel no consiguen debilitar el amor a su vida, tradiciones y al prójimo, sin preguntas, sin excusas. Compartir con ellos y ellas su tiempo es aprender con mayúsculas.
En la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina, UNRWA, apoyamos y protegemos sus derechos y dignidad. Tú también puedes contribuir aquí.
Las ganas de vivir, su extrema generosidad y su hospitalidad. Estos son los pilares característicos de la comunidad beduina. Su satisfacción con la vida, a pesar de las duras condiciones en las que viven, llama la atención. Se trata de una comunidad afectada por el bloqueo, las restricciones de movimiento y los desplazamientos forzosos impuestos por Israel. Pero ser beduino es un origen y los orígenes no se extinguen. Sus costumbres y tradiciones permanecen y prevalecen.
“Quien entre en la casa de un beduino en busca de protección, no será rechazado”, comenta Hatem Hany, refugiado beduino palestino de 28 años de una aldea cerca de Jaffa.