'MasterChef 12' expulsó a “la mamma” tras vivir la mayor “vergüenza” y sorprender con el hijo de Pepe

Alberto, Pilar y Celeste, en 'MasterChef 12'

Paula Hergar

La novena entrega de MasterChef 12 despidió a una “de las mejores personas” que habían pasado por las cocinas, según definieron los aspirantes: Pilar. La “mamma” de todos ellos.

Ocurrió tras una prueba de exteriores en la que los platos fueron tan “desastrosos” que los comensales hicieron pasar “la mayor de las vergüenzas” a los jueces y, más en concreto, a Samantha.

Pero no todo fueron tristezas en la entrega porque la primera prueba celebró los reencuentros familiares que hasta disfrutó Pepe Rodríguez al reencontrarse con su hijo.

Primera prueba con familiares y un premio compartido

En la primera prueba de la noche, los aspirantes recibieron un chute de energía al recibir la visita de sus familiares y seres queridos: el marido de Samya, el de Pilar, la novia de Alberto, la abuela de María, la novia de Ángela, la hija de Gonzalo, el novio de Celeste y la mujer de Pulga.

Junto a ellos cocinaron aperitivos diferentes, todos elaborados con una de estas técnicas: adobo, marinado o curación. Y hasta Pepe Rodríguez recibió a su hijo Jesús en las cocinas, con quien también elaboró su propio plato. “A mí me gusta más comer” confesaba el retoño del chef, al que le tuvo que dar indicaciones para lograr sus gambas marinadas.

Cuando llegó el momento de la cata los entrantes que más gustaron a los jueces fueron los de Pilar por la “originalidad”, María por un “muy buen trabajo”, Alberto por “ajustarse” a la prueba y Ángela por acertar en sus ideas. Mientras que los más decepcionantes fueron los de Gonzalo por no “culminarlos bien”, Celeste por “cocinar dispersa e ida por el amor”, Samya por unos entrantes “con muchos defectos” y Pulga por un “sabor difícil”.

Tras las valoraciones, el jurado señaló a Pilar y María como las mejores. Y de las dos fue la segunda la ganadora que se llevó el delantal dorado y le dejó el viaje a Madeira a su compañera.

La prueba de exteriores más “vergonzosa” para los jueces

Los aspirantes y el equipo del talent se trasladaron hasta Cartagena, donde celebraban la gran fiesta de la gastronomía con la entrega de los Soles Repsol. 

En este enclave se dividieron en dos equipos: el primero (rojo) capitaneado por María - con quien todos quisieron irse pero- escogió a Alberto, Pulga y Ángela, y el segundo (azules) con Pilar al frente, formado por Gonzalo, Samya y Celeste.

Los dos equipos tuvieron que cocinar un menú avalado por las chefs Fina Puigdevall y sus hijas, Martina y Carlota Puigvert pero con mucha presión porque lo degustarían los paladares más cultivados, chefs galardonados, como Martín Berasategui, Toño Pérez, Nandu Jubany, Diego Guerrero y Begoña Rodrigo, entre otros.

Durante el cocinado, a Pilar la capitanía “se le fue de las manos”, mostrándose tan nerviosa y sobrepasada que Celeste intentó calmarla en varias ocasiones. Los jueces tampoco ayudaron pidiendo que casi todo el equipo se sentara a descansar mientras ella seguía cocinando. Un castigo que también sufrió el otro equipo.

Todo ello hizo que los cocinados se complicaran y casi no sacaran ni platos o los que salieron estuvieran crudos. Quejas que recibió Samantha de los comensales y eso adelantó la valoración. Los tres jueces cogieron a los dos equipos para echarles la gran bronca:

“Ha sido la prueba por equipos en la que más vergüenza he pasado en estos años”, confesaba la chef. A lo que Jordi se unía: “Siento frustración, cabreo, enfado, ¡qué manera de hacer el tonto! En una hora y media no puedo pensar en algo que hayamos hecho bien. Platos crudos que no se ha comido nadie. Desastre monumental”.

Y acababa Pepe: “Hacía tiempo que no veía tanto desastre como el que he visto hoy”. Por todo ello decidieron que todos fueran a eliminación.

Prueba de eliminación con la marcha de Pilar

Por último, los delantales negros se enfrentaron a una prueba con sabor italiano y, por ello, el jurado invitó a Antonia Dell’Atte, de MasterChef Celebrity 3. Contaron con 45 minutos para hacer pasta fresca, darle el formado (agnolotti, tortellini, cappellacci o cappelletti), rellenarla, cocinarla y aderezarla con una salsa.

Además, la pasta fresca debía tener sabor a remolacha, azafrán, espinacas o tinta de calamar. Algo que no lograron todos porque Alberto no hizo salsa y le faltó cocción, Gonzalo no midió bien las proporciones, Pilar hizo un “pegote de masa”, como tampoco gustaron los de Celeste, ni María. Sin embargo, Ángela deslumbró con su emplatado, Samya acertó con el relleno y la salsa y Pulga logró la técnica precisa.

Por todo ello, los jueces decidieron deliberar sobre la continuidad de Alberto, Pilar y Celeste, sobre los que su decisión final fue: “El aspirante que no continúa en las cocinas es Pilar”. Algo que derrumbó a los compañeros por ser “una persona excelente con los mejores valores”, aseguraban. Mientras Jordi lamentaba: “Se nos va la mamma”.

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