En la entrega de este lunes, 27 de junio, en Masterchef 10 contaron con unos llamativos invitados que acudieron para valorar las elaboraciones de la primera prueba: cuatro de los inspectores encargados de otorgar los soles Repsol.
Expertos gastronómicos que, sin embargo, no pueden darse a conocer en público porque deben mantener su identidad oculta, para que los restaurantes a los que acuden no les detecten. En su representación apareció la directora de la Guía Repsol, María Ritter.
¿Pero cómo logró el talent culinario mantener el anonimato de los invitados?
Los aspirantes dejaron sus platos en la mesa vacía y regresaron a las cocinas. Mientras los cuatro inspectores se sentaron a la mesa, tapados por los cuatro jueces que daban la espalda a los aspirantes. Por lo que estos últimos escucharon las valoraciones, pero no les veían claramente. Tampoco las cámaras captaron las caras de los expertos y si alguna de ellas se colaba, la edición se las tapó.
Finalmente, los cuatro señalaron a Claudia y Vero como las responsables de los “peores” platos y a David y María Lo como los mejores cocineros del reto.