Dos semanas después de participar en Mask Singer 4, Miguel Ángel Revilla ha hablado de los motivos para participar en el guessing show musical y lo que se llevó, en términos económicos, de la experiencia.
El político fue el primer desenmascarado de la tercera gala, en la que compareció disfrazado de Brócoli. Los Javis acertaron al detectar sus dejes bajo la máscara. “Es que tu voz es característica, tu manera de moverte”, argumentó la pareja de investigadores. Tiempo después, y para culminar su amplia entrevista en laSexta Xplica, donde reflexionó sobre temas de máxima actualidad, Revilla tuvo opción a explicarse.
“Quiero aclarar una cosa”, comenzó diciendo sobre el motivo para concurrir. “Mi intervención han sido 20.000 euros que han ido a la asociación que tengo con otro amigo en Uganda y que se llama Baby Uganda”, contaba a José Yélamo. “No me he llevado ni un euro de nada”, recalcaba. Con las aportaciones que ha ido haciendo, ha podido sufragar un “hospitalito” con 50 camas de capacidad, así como “una escuela con 300 niños”.
“El Quevedo este está en otra dimensión”
Su motivación, por tanto, era la benéfica, y de ahí que proclame: “Si hay alguien que me da 20.000 euros, vulevo a hacer de brócoli o de lo que haga falta”. De hecho, Revilla aseguraba que por causas así era capaz de otras prácticas: “Me tiro a una piscina helada o me tiro en paracaídas”.
“Yo me río de mí mismo”, destacaba el mediático político, que recordaba divertido que le pusieran “lo más contrario a mis cualidades como cantante” en Mask Singer. “Lo mío es la canción asturiana y la canción cántabra. Incluso canción mexicana. Pero el Quevedo este está en otra dimensión”. Para interpretar la canción que le tocó, de hecho, estuvo “entrenando casi una semana”.