Once planes para descubrir Toronto
Toronto es una ciudad multicultural como pocas, un lugar donde fácilmente te sentirás como uno más aunque llegues desde la otra punta del mundo porque su diversidad te dará la bienvenida. Aunque no suele encabezar las listas de destinos más demandados Toronto está llena de atractivos que justifican cualquier visita, y te vamos a dar 11 razones para descubrir la mayor ciudad de Canadá.
Y ve dispuesto a disfrutar, en primavera y verano sus calles se convierten en un hervidero de vida, eventos musicales y actividades culturales, cuando la ciudad lo pone todo y no se guarda nada. Y sí, aunque el invierno es entre frío y tremendamente frío, incluso entonces un cielo despejado y un buen día de sol animan a disfrutar de todos sus encantos. Así que toma nota y apunta, como verás entretenimiento no te va a faltar.
1. Comprobar qué se ve desde la torre más alta de Toronto
Ve preparándote porque cuando vuelvas de Toronto todo el mundo te hará el mismo chiste “¿Sabes qué se ve desde la torre más alta de Toronto?” Y sí, todos esperan que tú respondas “Torontontero” a lo Manolo Escobar. Pues bien, eso es efectivamente lo que se ve desde la CN Tower, una enorme torre de radiodifusión de 553 metros de altura que cuenta con un observatorio a 447 metros del suelo y un restaurante 360º a 351 metros. Es la torre más alta de Norte América y además, si te van las emociones fuertes, no te pierdas el EdgeWalk, un paseo por la cornisa en el que un arnés de salva de una caída al vacío.
2. Pasear por Yonge Street, una calle de récord
Yonge Street es la arteria principal que cruza y divide en dos la ciudad de Toronto. Nace a los pies del Lago Ontario y termina 56 km después, lo que le hace aparecer en el libro de los Guinness World Records como la calle más larga del mundo. No es que la ciudad mida eso, tranquilo, sino que una vez que la calle se convierte en carretera y continúa hacia el norte sigue llamándose Yonge Street. En ella se concentra buena parte de la vida comercial torontesa, especialmente en su cruce con Dundas St, en la animada e iluminada Yonge-Dundas Square.
3. Ver su skyline desde Toronto Island
No puedes dejar de visitar alguna de las islas de Toronto. Frente a la ciudad, en el Lago Ontario, se encuentran Centre Island, Hanlan’s Island y Ward’s Island. Todas ellas están conectadas entre sí por lo que puedes pasear de una a otra. La más popular y la que ofrece mayores zonas de ocio es Centre Island y para llegar a ella puedes tomar un ferry desde Jack Layton Ferry Terminal, ubicada en el nacimiento de Yonge Street. El trayecto te llevará entre 10 y 15 minutos, el ticket es de ida y vuelta y tiene un precio de 7,87 CAD$ (unos 4,6€). Desde allí disfrutarás del skyline de la ciudad al completo por lo que te recomendamos esperar hasta que caiga la noche para verlo iluminado.
4. Presenciar algún evento deportivo
En Toronto no falta el deporte y presenciar algún partido puede ser todo un espectáculo. Puedes vivir un partido de baloncesto viendo jugar a los Toronto Raptors, el único equipo no estadounidense que juega en la NBA, uno de baseball viendo a los Blue Jays en el espectacular estadio Rogers Centre, que solo por entrar ya merece la pena, o un frenético encuentro de hockey sobre hielo si vas a ver a los Maple Leafs, de la National Hockey League (NHL), o pagar una entrada más barata viendo a los Toronto Marlies, de la American Hockey League (AHM).
5. Sumergirte en el PATH, el mundo subterráneo de Toronto
Cuando el frío aprieta la vida no se detiene en Toronto sino que se mete bajo tierra. Bajo los edificios de la zona financiera de la ciudad existe una red de galerías subterráneas conocidas como PATH de ni más ni menos que 30 kilómetros, cifra que también le hace entrar en las páginas del Guinness World Records como el centro comercial bajo tierra más grande del mundo. Lo que empezó como un pequeño túnel en 1900 para unir un par de edificios por debajo es hoy en día un complejo laberinto de calles interconectadas para el que no vienen nada mal los mapas orientativos que encontrarás a tu paso.
6. Visitar el Royal Ontario Museum
El Royal Ontario Museum (o ROM para los amigos) es el museo de cultura mundial e historia natural más grande de Canadá. En él igual viajas a África que a China, conoces la antigua Roma o paseas entre dinosaurios. Fue fundado en 1912 y a lo largo de su historia ha sufrido varias ampliaciones. La última, obra del arquitecto Daniel Libeskind, es la que lo hace del todo inconfundible con sus angulosas formas de cristal.
7. Probar algún puesto en St Lawrence Market
Construido en 1845 como ayuntamiento y abierto como mercado desde 1902 ST Lawrence Market es un pedazo de la historia de Toronto. En él puedes darte todo un festín gastronómico, ya sea en sus vistosos puestos de mercado o en alguno de sus numerosos y pintorescos restaurantes. Lo mejor que puedes hacer es llegar con el estómago vacío y prestarle mucha atención a su edificio porque es uno de los más antiguos que encontrarás en la ciudad.
8. Tomarte un café en Distillery District
La que a mediados del siglo XIX fue una de las mayores destilerías del mundo, la Gooderham and Worts Distillery, es hoy una zona comercial y residencial peatonal llena de historia. Sus edificios industriales de hierro y ladrillo albergan hoy día numerosos restaurantes y cafés, además de varias galerías de arte y tiendas con encanto, donde las terrazas y las luces cálidas contrastan con viejas cintas transportadoras que conectan unos edificios con otros. Distillery District es un lugar para refugiarse en invierno y lleno de vida y eventos culturales en verano.
9. Curiosear por Kensington Market
Ubicado en uno de los barrios más antiguos de la ciudad y con calles plagadas de casas victorianas Kensington Market es un mundo lleno de color. La zona queda delimitada por las calles College St., Spadina Ave., Dundas St. W. y Bathust St. y aquí se concentra gran parte de la vida alternativa de la ciudad, con cafés, restaurantes y tiendas de todo tipo. El último domingo del mes durante mayo, junio, julio, agosto, septiembre y octubre se celebran los Pedestrian Sundays, cuando las calles se cortan y entre música y eventos la fiesta sale al exterior.
10. Comerte un perrito en la plaza del ayuntamiento
Un paseo por Toronto no estaría completo si no fueras a visitar sus ayuntamientos: tanto el antiguo como el actual. Está uno al lado del otro y frente al moderno encontrarás grandes letras que dicen T-O-R-O-N-T-O que están pidiendo una foto aprovechando el reflejo que ofrece el estanque que hay junto a ellas. Deberías aprovechar para tomarte un perrito caliente de alguno de los puestos callejeros que hay allí mismo y, si es invierno y la fuente se ha congelado, ¡lanzarte a patinar sobre hielo!
11. Y ya que estás… acércate a las cataratas del Niágara
Si tienes tiempo una de las excursiones que deberías hacer desde Toronto es, cómo no, a las cataratas del Niágara. Por carretera tardarás algo menos de dos horas y el paseo bien merece la pena, su inmensidad y el espectáculo del agua cayendo desde 60 metros de altura es algo que no te deberías perder.