Turismo carcelario: ocho cárceles donde pasear entre celdas
Muchas cárceles, después de su cierre, se han convertido en verdaderos atractivos turísticos. Será por sus historias, por los personajes que en ellas cumplieron condena, por su pasado tétrico, por sus anécdotas o por su singular ubicación, pero algo tienen las prisiones que despiertan el interés de grandes y pequeños.
Con ellas nace el turismo carcelario, unas visitas que se mueven entre el verdadero interés histórico y el morbo más banal, pero que de un modo u otro ha hecho que las cárceles se hayan convertido en un imán para viajeros y curiosos de todo el mundo. Cárceles que dejaron de cumplir con su función hay muchas, pero entre las que no se abandonaron o no se derribaron, hay otras como estas que hoy día abren las rejas de sus celdas para poder ser visitadas desde dentro.
La prisión de Alcatraz, en San Francisco (EE.UU.)
Alcatraz es posiblemente la cárcel más famosa del mundo y también la más visitada. Esta isla en medio de la bahía de San Francisco estuvo en funcionamiento entre 1934 y 1965 y por ella pasaron presos del calibre de Al Capone, aunque quizá los más famosos sean Frank Morris y los hermanos John y Clarence Anglin, quienes protagonizaron la que quizá fue la única fuga fructífera de Alcatraz. En ella pasarás por los bloques de celdas, el comedor, el patio de recreo, la sala de visitas y las celdas de castigo, y aunque es un Parque Nacional la empresa Alcatraz Cruises es la encargada de llevarte a visitarla.
La Eastern State Penitentiary, en Filadelfia (EE.UU.)
En Filadelfia se fraguó el origen de Estados Unidos, con su campana de la libertad y su declaración de la independencia, pero otro de sus atractivos que merece la pena visitar es la Eastern State Penitentiary, una penitenciaría que quedó congelada en el tiempo cuando cerró sus puertas el siglo pasado. Esta prisión estuvo en servicio de 1829 a 1971, parte está rehabilitada y parte mantiene su estado de abandono, y si sus paredes hablaran contarían historias para no dormir. Por ella pasó también el propio Al Capone y verás cómo contaba con ciertos privilegios en su lujosa celda. La cárcel fue diseñada por John Haviland y su estructura radial inspiró al mundo, incluso a la hoy derruida cárcel de Carabanchel de Madrid. Como anécdota, en 1924 un perro llamado Pep fue condenado a cadena perpetua con el número de prisionero C2559. En Halloween se realizan las visitas nocturnas Terror Behind the Walls.
La Modelo de Barcelona (España)
La Modelo de Barcelona es una de las prisiones españolas que hoy podemos visitar y conocer desde dentro. Abrió sus puertas en 1904 estrenando un nuevo concepto de prisión y miles de personas pasaron por aquí, muchas de ellas por causas políticas. Desde 2018 está en pleno proceso de transformación para convertirse en un nuevo proyecto cultural, verde y de vivienda pública de referencia en l’Esquerra de l’Eixample. Se puede realizar una visita guiada por algunos de los lugares más destacados de la prisión de manera gratuita, aunque es necesario reservar previamente.
La prisión de Pentridge, en Victoria (Australia)
En el barrio de Coburg, en Melbourne, encontramos la prisión de Pentridge, un punto de interés para los amantes del turismo carcelario que pasan por el sur de Australia. Estuvo 146 años en activo, de 1851 a 1997, y es una de las cárceles relevantes del país. Por sus celdas pasaron reclusos de renombre como Chopper Redd, quien afirmó haber participado en 19 homicidios, y Ronald Ryan, el que fue el último preso ejecutado en Australia. Los restos de Ned Kelly, ladrón y asesino de policías muerto en la horca, también se encontraron enterrados aquí. La prisión de Pentridge está abierta al público general y ofrece visitas guiadas de un par de horas.
La cárcel de Kilmainham Gaol, en Dublín (Irlanda)
Kilmainham Gaol es un lugar histórico en Irlanda. Esta prisión fue inaugurada en 1796 y muchos líderes de las revueltas por la independencia del país fueron recluidos aquí, bastantes de ellos incluso ejecutados, por lo que para los irlandeses este lugar tiene un papel crucial en la historia de su independencia. Desde 1971 está abierta al público y es un imprescindible para comprender la historia del país irlandés si pasas por Dublín. En ella se rodó parte de la película En el nombre del padre, de 1993, que cuenta la historia y el proceso judicial de los Cuatro de Guildford y los Siete de Maguire.
La cárcel de Karosta (Letonia)
Las visitas a la cárcel de Karosta van mucho más allá de las típicas visitas guiadas. Sin duda son de otro nivel. El edificio se diseñó en 1900 con intención de hacer un hospital pero antes de terminarla ya fue convertido en prisión. Por allí han pasado presos de todos los regímenes políticos por los que ha pasado Letonia, desde la autocracia de la Rusia zarista hasta la democracia actual. Cerró sus puertas en 1997 y hoy en día quienes la visitan pueden sentir y vivir la vida por la que tuvieron que pasar los reclusos, desde probar algunos de sus castigos hasta incluso pernoctar en ella siguiendo todo el proceso de admisión por el que pasan los presos.
El penal de Ushuaia (Argentina)
Ushuaia es la ciudad más austral del planeta, ubicada en el extremo sur del continente americano. Y allí, en “el fin del mundo”, a mediados del siglo XX surgió este presidio y cárcel de reincidentes como una manera de poblar un lugar donde nadie quería vivir, de manera que fueron los presos con sus trabajos los que fueron dando forma a la ciudad. Hoy además de permitir la visita de las propias instalaciones de la prisión acoge el Museo Marítimo de Ushuaia, una interesante visita para conocer las expediciones y las aventuras de quienes surcaban estos fríos mares australes que se cobraron tantos y tantos naufragios.
La Isla Robben, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica)
Frente a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, se encuentra la pequeña isla de Robben, donde los colonizadores holandeses ya establecieron una cárcel en el año 1650. Por su inaccesibilidad la isla resultaba perfecta para recluir a los prisioneros, como Alcatraz, y Robben ha pasado a la historia también por haber tenido preso a Nelson Mandela, uno de los reclusos más famosos de finales del siglo XX. La visita permite conocer la cárcel de primera mano e incluye la celda número 5, la de Madiba, de apenas 2 por 2,30 metros, así como la cantera en la que se realizaban trabajos forzados. Los ferries que llevan hasta ella parten desde los muelles de V&A.