En vez de citar aquello tan repetido de Coco Chanel y los momentos ideales para beber champán (siempre), vamos con algo más mundano pero eficaz: ante la duda, burbujas. Maridan bien con casi todo, son perfectas para acompañar durante todo una comida y su variedad va mucho más allá de lo que, a veces, permite ver el lineal del supermercado.
Teniendo en cuenta que muchos identifican Navidades con espumosos, es un gran momento para repasar algunos consejos sencillos a la hora de consumirlo y también media docena de referencias interesantes y que, con precios nada disparados, se salen de los clásicos más conocidos.
La copa y la cucharilla
Pocas imágenes más navideñas que una botella de cava a medias en la nevera con una cucharilla para que no se escape el gas. Evidentemente, el gas ya se habrá escapado porque el entrañable invento no sirve de nada. Hay tapones de cierre especiales para espumosos que pueden conseguir que una botella abierta aguante de forma decente uno o dos días en la nevera.
Más tópicos a desechar: las copas de flauta. Ampliamente odiadas en el mundo del vino, se resisten a desaparecer de restaurantes y mucho más de los hogares. Pero deberían, porque no son una buena opción para disfrutar de un espumoso en condiciones.
Hace falta más anchura para poder apreciar aromas y dejar que el vino se exprese en condiciones, así que para no tener que andar comprando unas copas específicas, las de vino blanco sirven. De hecho, si por un casual hay por casa aquellas viejas Pompadour, son mejores que las de flauta. Y mucho más bonitas.
Para enfriar las botellas, los expertos recomiendan media hora en agua con hielo en una cubitera. Luce mucho para días especiales, pero la verdad es que con tenerlas en la nevera unas horas antes y mantenerla bien fría durante la comida o cena, suficiente. Porque, eso sí, nada de dejar las burbujas para los postres. En el aperitivo son una excelente opción y, de hecho, pueden acompañar perfectamente todo el menú.
Y, ahora sí, vamos con algunas recomendaciones.
Dioro Baco «Brut Rosado» Pinot Noir
Aunque el cava se asocia con Catalunya, una de las peculiaridades de esta DO es que se puede elaborar en cualquier región siguiendo unas normas. Algo único y a veces polémico pero que, en cualquier caso, tiene que ver con el primer espumoso de esta lista: Dioro Baco «Brut Rosado» Pinot Noir.
Un cava rosado de Bodegas Escudero que se produce en La Rioja y al que recientemente la conocida revista Wine Enthusiast le otorgaba 94 puntos. Algo que lo convierte, según estos expertos, en el mejor cava rosado del mundo.
Más allá del curioso titular, lo cierto es que es un rosado fácil de beber, resultón y con un precio inmejorable que ronda los 10 euros. De burbuja consistente, la acidez hace que resulte especialmente fresco.
Colet Navazos
La clasificación de los espumosos nacionales se ha complicado bastante en los últimos años. A las peculiaridades de la DO Cava se le suma la propuesta de la DO Penedès, que también tiene denominación propia para los espumosos de su zona: Clàssic Penedès.
Y dentro de este grupo vamos a fijarnos, claro, en una referencia un tanto inusual y fruto de la alianza de la bodega Colet del Penedés y Equipo Navazos, que desde hace años ha sabido jugar como pocos con los vinos generosos de Jerez.
¿Cava –oficialmente no es cava, pero ya nos entendemos– y Jerez? Algo así es este Colet-Navazos Brut Reserva 2018 que, por cierto, fue uno de los elegidos para servirse en la pasada gala de la Guía Michelin. Como licor de expedición que se añade al cava tras el degüelle y antes de la segunda fermentación se usa vino de Jerez, dando como resultado un espumoso único que desde el Penedés mira al sur. Su precio anda cerca de los 30 euros.
Torello Microvinificacions 2a 18/19
Seguimos en Catalunya para hablar de una de las bodegas de más renombre en esto del cava: Torelló. Solo que sus espumosos ya no son cava, sino Corpinnat. Se trata de una suerte de escisión de la Denominación de Origen Cava, capitaneada por algunas de las bodegas de referencia.
Han pasado años desde su creación y el nombre elegido –“corazón del Pendés”, combinando el catalán y el topónimo latino de la región– sigue sin convencer a muchos, pero lo cierto es que bajo esta denominación salen al mercado alguno de los mejores espumosos del país.
Dejando a un lado este culebrón de burbujas, este Torello Microvinificacions 2a 18/19 es una referencia muy interesante, que combina en su vino base las añadas de 2018 y 2019 (de ahí el singular nombre) y de una única finca. Un Corpinnat de edición limitada muy expresivo que se puede encontrar por entre 20 y 25 euros.
Carte Blanche
Solo mencionar su nombre suele provocar gestos de terror en el bolsillo. ¡Pero si el champán es carísimo! Independientemente de ello, lo cierto es que esta región francesa ha sabido proteger como pocas su producto y conseguir que las uvas se paguen a un precio más decente.
En cualquier caso, la clave para dar con champanes interesantes a buen precio es alejarse de las grandes marcas y fijarse en pequeños elaboradores. La maison Bernard Remy es uno de ellos, aunque es verdad que, pese a su relativa juventud, su producción no ha parado de crecer en los últimos años.
No es especialmente difícil de encontrar en España. Entre sus referencias, el Carte Blanche es una buena opción a un precio muy correcto que nunca llega a los 40 euros. La uva pinot noir se impone a sus otras dos compañeras (chardonnay y un mínimo toque de meunier) en el aroma de este champán de burbuja fina y muy fácil de beber.
AUS Pét-Nat
El mundo de las burbujas no es ajeno a la moda de los vinos naturales. En este caso hablamos de pet-nat (Pétillant Naturel) una de las definiciones con las que se conoce este tipo de espumosos elaborados con el denominado método ancestral. Por resumir mucho, frente al tradicional método champanoise y su doble fermentación, aquí se trata de una única fermentación, solo que la última parte la hace ya en botella, con lo que el gas que genera le da ese punto de burbuja.
Ahora que ya sabemos que los pet-nat son básicamente vinos naturales ligeramente espumosos, toca probarlos. La gama no para de crecer, también entre bodegas tradicionales que se asoman a algo con apariencia de nuevo y moderno pero que en realidad enlaza con métodos muy antiguos. La bodega Alt Alella no solo produce unos estupendos cavas a orillas del Mediterráneo en la localidad de Alella, muy cerca de Barcelona, sino que también cuenta con alguna referencia de esta tipología natural.
Aus pet-nat se elabora íntegramente con uva xarel·lo, siguiendo el método descrito, con mínima intervención, sin filtrar y sin sulfitos. Es decir, el guion habitual de los vinos naturales, pero aquí con un punto de burbuja. En lugar del clásico corcho de los espumosos, la botella se cierra con chapa. Cuesta menos de 13 euros y es perfecto para poner en la mesa estos días un espumoso diferente y muy interesante que, además, garantiza tema de conversación para un buen rato.
Hiru
Aunque empiezan a aparecer en el mercado espumosos sin alcohol, hay alternativas que nos parecen más interesantes. Sobre todo porque ponen el acento en su carácter gastronómico y las posibilidades a la hora de maridar. Ama Brewery es un proyecto muy interesante nacido en Euskadi que, posiblemente, es más conocido fuera que dentro del país.
Elaboran pet-nat tea que, en verdad, para la mayoría no dará muchas pistas de lo que estamos bebiendo –¿kombucha envejecida?–. Algo así, pero está claro que es difícil clasificar esta bebida espumosa, con menos de tres grados de alcohol y disponible en varias referencias bautizadas con sus respectivos números en euskera.
Puestos a elegir nos quedamos con Hiru (tres), elaborado con té blanco y verde, muy fresco pero con suficiente complejidad como para acompañar una comida. Cuesta unos 24 euros y su austero diseño y elegante botella son parte del encanto.