Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

“Hablamos de más Estado y la administración local también lo es, y eso es algo que se nos olvida”

El alcalde de Sagunt, Darío Moreno.

Miguel Giménez

Valencia —

0

Darío Moreno (Sagunt, 1988) cumple un año como alcalde de la capital del Camp de Morvedre, ciudad en la que los socialistas recuperaron la vara de mando después de doce años -la actual delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Gloria Calero, fue la última alcaldesa del PSPV en Sagunt en 2007-. Le ha tocado un período marcado por la pandemia de la COVID-19 que está azotando el mundo en los últimos meses. Con doble titulación en Derecho y Administración y Dirección de Empresas por la Universitat de València, en los últimos años ha trabajado en Hong Kong y en las Naciones Unidas en Nueva York, puesto que dejó en el verano de 2018 para ejercer como jefe de gabinete de la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, desde donde dio el salto a la candidatura a la alcaldía de Sagunt por el PSPV, partido en el que milita desde hace más de una década.

¿Se imaginaba hace dos años, cuando estaba trabajando en la ONU en Nueva York, que iba a ser alcalde de Sagunt?

La respuesta es que no. Estaba felizmente en Naciones Unidas, que era algo que quería hacer desde pequeño, aunque tenía claro por temas personales que no iba a hacer una carrera internacional como tal. En algún momento quería volver a España pero no sabía ni cuándo ni cómo, y cuando a mi pareja Michael le sale una oportunidad de trabajo en Barcelona es cuando me planteo seriamente regresar. Una vez ya estoy aquí, en la Conselleria de Justicia, sí que es verdad que las cosas ocurrieron muy deprisa, se alinearon los planetas y en septiembre u octubre de 2018 aparece la posibilidad de encabezar la lista por Sagunt y presentar un proyecto para la ciudad. Yo quería dedicarme a la política pero antes quería tener mi carrera profesional.

¿Entraba en sus planes ser alcalde de Sagunt? ¿Esperaba ganar las elecciones?

Sí. A mí, de los puestos de representación política es con diferencia el puesto que más me gusta. Es la política más cercana, el trato de tú a tú con los ciudadanos. Es en la política local cuando puedes mirar a los ojos al ciudadano, entender sus problemas, empatizar con la situación que están viviendo y darle una vuelta para ver cómo podemos encontrar soluciones a sus problemas desde el Ayuntamiento. Y en cuanto a lo de ganar las elecciones, yo era el más optimista de todos, porque creía que el proyecto merecía la pena, con un programa muy trabajado al detalle y que planteaba un cambio de paradigma. Considerábamos que se habían hecho cosas bien durante la legislatura [el anterior gobierno municipal, del que formaba parte el PSPV junto con Compromís, Esquerra Unida y ADN Morvedre, la marca blanca de Podemos, estaba encabezado por el valencianista Quico Fernández] y que había otros aspectos que había que mejorar. Palpábamos que había ganas de cambio en la ciudad sin perder la perspectiva progresista, y el PSPV podía traer aire fresco, ofreciendo esa alternativa que no había ofrecido hasta el momento. La situación de partida era mala, por errores propios en gran parte, pero teníamos mucho potencial y podíamos crecer mucho.

¿Es lo que se imaginaba?

La experiencia en la conselleria me sirvió un poco como bautizo de fuego. Si me hubiesen preguntado cuando estaba en Nueva York si esto es lo que imaginaba, hubiera dicho que no, pero con la experiencia de la Generalitat y como también fui becario aquí, en el Ayuntamiento, pues la verdad es que no me ha sorprendido. Aunque evidentemente el prisma no es el mismo.

Desde luego, no es lo mismo vivir en Nueva York que en Sagunt...

Es una vida radicalmente distinta, pero la transición ha ido muy bien. Nueva York es una ciudad frenética donde siempre tienes planes que hacer, pero mi vida aquí es igualmente frenética donde tengo mil cosas que hacer, con lo cual, aunque de una forma radicalmente diferente sigo teniendo ese ritmo acelerado. Eso me ha ayudado con la transición. Y el hecho de que sea algo vocacional, que estoy haciendo lo que me gusta, también me ha ayudado mucho. Pero claro, he pasado de un trabajo de ocho horas, legal, de oficina, de estar en la parte de atrás de los procedimientos a tener una vida dedicada 24 horas al servicio público, con una perspectiva totalmente diferente.

Y en clave de parido, teniendo en cuenta los incontables conflictos del PSPV local, ¿se ha pacificado el partido en Sagunt?

Obviamente no estamos en los niveles de crispación excesivos que ha habido en momentos puntuales. A mí me parece que el Partido Socialista tiene una cosa buena y son esos debates internos sobre proyectos, criterios a seguir, liderazgos... Yo creo que eso está bien y bien gestionado fortalece al partido, pero ahora estamos en un momento totalmente diferente, con un mayor trabajo conjunto entre las diferentes sensibilidades del partido, lo que es de agradecer. No me gusta hablar de pacificar, porque suena a un ambiente de guerra, aunque ha habido momentos muy muy duros y muy desagradables que la gran mayoría del partido condena. Eso forma parte del pasado, hemos aprendido y hoy en día se solucionan las diferencias de una forma distinta, como tiene que ser.

Cambiando radicalmente de tema, ¿cómo se afronta la gestión de la pandemia desde el ámbito local?

Es complicado. Eres la administración más cercana y por tanto el vecino se dirige a ti, pero a la vez tienes una limitación muy fuerte de competencias, y más aún en temas sanitarios. Es un reto para los ayuntamientos y nosotros nos lo planteamos desde una triple perspectiva: mucha comunicación y empatía, humildad de saber dónde están nuestras limitaciones y entender las necesidades que podíamos cubrir. A partir de ahí, montar un plan de la noche a la mañana que creo que ha dado muy buen resultado y que la ciudadanía ha valorado muy positivamente la acción del Ayuntamiento.

Y la gestión de la crisis...

Ha sido agotador, física y psicológicamente. Hemos trabajado siete días a la semana durmiendo muy poco, porque la situación lo requería. Nos hemos encontrado con gente que ha cerrado su negocio, ha perdido su trabajo y hasta quien ha perdido su casa, que ha sido desahuciada en plena pandemia, quedándose en la calle. Y hemos intentado darle una solución y ayudar en la medida de nuestras posibilidades, aunque no hemos podido llegar a todos.

Alguien que respondió a más de 200 estudiantes que le pedían a través de diferentes medios la suspensión de las clases durante el temporal del pasado otoño, supongo que también habrá recibido multitud de peticiones durante la pandemia...

Sí, pero en un tiempo relativamente corto supimos estructurar los servicios para poder canalizar y atender correctamente todas esas necesidades ciudadanas. Tuvimos un déficit al principio de cómo poder acceder a las personas mayores de 65 años, pero los CEAM (centros especializados de atención a mayores) nos cedieron sus bases de datos y pudimos ponernos en contacto con ellos para comprobar si estaban bien y si necesitaban alguna cosa, lo que fue todo un éxito. Realizamos 12.000 llamadas y detectamos decenas de casos, algunas de extrema vulnerabilidad y otros de gente mayor de 75 años que necesitaba que alguien le comprara sus medicinas. Y todo gracias al trabajo de los funcionarios, que se han dejado la piel en esta crisis.

En Sagunt no ha habido graves problemas en residencias, ¿cómo lo ha vivido?

Aquí ha estado todo muy controlado gracias al gran trabajo del Hospital de Sagunt junto con las residencias. Además, Policía Nacional y Policía Local han realizado un gran control diario, se han pasado todos los días por las residencias y nosotros nos preocupábamos poder cubrir sus necesidades, en la medida de nuestras posibilidades. Entendíamos que era un sector prioritario, aunque no fueran parte de nuestras competencias.

¿Han tenido suficientes recursos?

Hemos tenido la suerte de contar con la ayuda de la Generalitat Valenciana y la Diputación de Valencia. Siempre que hemos tenido algún problema lo hemos comunicado y han intentado dar una respuesta positiva a nuestras necesidades. Además, también hemos tenido la suerte de tener un presupuesto alto que nos ha permitido tener un poco más de juego, pero desde luego la administración local, que es la más cercana, debe tener una mejor y una mayor financiación. No puede ser que tengamos que buscar vías de financiación extras para prestar los servicios que ofrecemos, que cada vez son más. Hablamos de más Estado, de más sanidad y educación pública, que es algo que tenemos claro, pero cuando hablamos de más Estado también nos referimos a más administración local, y eso es algo que a veces se nos olvida. Tienen que llegar crisis como esta para que veamos el esencial papel que jugamos en la sociedad.

¿Políticamente, cuál ha sido el ambiente político en un Ayuntamiento tan fragmentado como el de Sagunt?

Ha habido colaboración y eso ha sido positivo, aunque evidentemente ha habido puntos de fricción porque somos partidos que tenemos diferentes puntos de vista sobre las prioridades, la forma de actuar... Pero todos los partidos políticos han sabido estar a la altura, dejar a un lado sus diferencias y arrimar el hombro. Hemos intentado generar consensos y acuerdos, decidimos incorporar a la oposición a todos nuestros planteamientos, aunque algunas de las medidas que hemos sacado adelante no hayan sido el cien por cien de lo que hubiéramos querido nosotros. El primer gran acuerdo fue el plan de apoyo a Pymes y autónomos, cuyas bases se trabajaron conjuntamente con los diferentes sectores y agentes afectados y conseguimos un documento que tenía un altísimo grado de consenso, lo que también facilita su tramitación.

En cuanto a la gestión tanto de la pandemia tanto desde la Generalitat como desde el Gobierno, alguna de cuyas actuaciones ha criticado, ¿cómo las valoraría?

Creo que en ambos casos se han cometido errores, igual que los hemos cometido nosotros. A la ciudadanía hay que serle muy clara. Ante una situación imprevista que nos ha pillado a contrapié, a nosotros y a otros países, se han cometido errores, como no podía ser de otra forma. Aun así, mi balance en ambos casos es positivo y la gestión ha sido buena a pesar de ser uno de los países más afectados por la COVID-19. El otro día se publicaba un estudio en el que se calcula que se han evitado 400.000 muertes gracias a las medidas adoptadas. Ha habido momentos muy difíciles en los que se han tomado medidas muy valientes. En cuanto a los errores, y al menos desde el PSOE, se debe realizar ese socialismo crítico, que creo que es muy positivo. Algunas de las críticas que yo personalmente he vertido, como sobre el decreto sobre las industrias que eran esenciales y cuáles no y a la hora que se publicó en el BOE, no eran críticas porque yo estaba en desacuerdo, sino porque veía autocomplacencia en mi propio partido cuando se ponía de relieve la problemática que eso había supuesto, porque había mucha gente pendiente de esa publicación. El Partido Socialista no puede ser arrogante ni desconectado de la gente trabajadora, y si se cometen errores se dicen y no pasa nada. Tenemos que mostrar empatía y comprensión y no desconectarnos de la sociedad.

Para terminar, la sombra de la corrupción también planea sobre el Ayuntamiento de Sagunt después de que hace unos años se destapara la operación Flotador, en la que también se produjeron registros policiales en las dependencias municipales.

Cuando ocurren estas situaciones te replanteas la situación que asumes cuando ocupas estos puestos: y si alguien decide llevar a los tribunales... Esta situación ha generado un miedo, no tanto entre la clase política sino entre el funcionariado, que tiene pavor a que se inicie algún tipo de acusaciones judiciales, lo que acaba limitando un poco la acción. No obstante, la justicia está ahí precisamente para ser un órgano independiente que analice este tipo de cuestiones. Si me preguntas a mí, yo honestamente veo que hay poco caso. Dudo que haya habido una trama de corrupción, pero mientras haya una causa abierta debemos respetar los tiempos y confiar en que la justicia haga lo que tenga que hacer. El día de mañana puedo ser yo el encausado porque alguien ponga en tela de juicio alguna de mis actuaciones, y la justicia deberá hacer su trabajo e investigar.

Sobre este blog

Etiquetas
stats