Ikaria: la isla de los ancianos felices y las playas solitarias
En estas tierras de mitos y leyendas cada roca está íntimamente vinculada a alguno de los personajes de la inmensa mitología griega. Dicen que en esta isla de geografía alargada y montañosa, Dédalo se sentó a llorar después de que su hijo Ícaro cayera al mar al derretirse las alas con las que volaba tras su fuga de Creta. Otra versión menos fantástica asegura que esas alas de cera y plumas en realidad eran velas de un barco que naufragó en estas costas. En ambos casos, Ícaro acaba muerto en las playas de esta pequeña ínsula del Egeo que, en su honor, se llama Ikaria. La aureola mágica de la isla se mantuvo a lo largo de los siglos; primero por su relación con la muerte de uno de los personajes de la historia mítica de Grecia, pero hoy es famosa por todo lo contrario. Por su vinculación con la vida. Los habitantes de Ikaria disfrutan del don de la longevidad ya que sus casi 9.000 habitantes presumen de una esperanza de vida que supera en 10 años la media europea. Ikaria es una de las ‘zonas azules’ del planeta; esto es, lugares dónde dejar atrás los 100 años de edad no es extraño.
Durante décadas, la explicación más generalizada se vinculó a las aguas termales medicinales de Therma. Pero la realidad es más compleja: las gentes de Ikaria comen sano, tienen un ritmo de vida tranquilo y se divierten mucho. La combinación de este estilo de vida saludable y la sanidad moderna han convertido a los centenarios en algo habitual. Y es que la isla da para tres o cuatro vidas: playitas de en sueño; campos de olivos y vides; pueblos blancos; gente amable; buen vino, música, clima agradable aún en invierno… Las islas griegas son un microcosmos maravilloso; y cuando escapan a las aglomeraciones de turistas aún más. Y en Ikaria estas premisas se cumplen a la perfección.
COMO LLEGAR.- Las dos islas de importancia más cercanas son Samos y la turística Mikonos. Las conexiones directas por ferry son con las islas de Tinos, Samos y Mikonos. También hay frecuencias diarias desde el puerto de El Piero –Atenas- que hacen varias escalas. Desde la capital griega el viaje en barco demora entre ocho y diez horas en barco lento y entre cinco y seis en fast ferry. En verano las frecuencias aumentan. Los precios desde El Pireo rondan los 37 euros; desde Samos y Mikonos los precios rondan los 20 euros. En Ikaria también hay un aeropuerto. Astra Airlines une la isla con Atenas, Limnos y Thesalónica; Olimpyc Air y Sky Express comunican la isla con Atenas. Desde Ikaria se pueden programar excursiones en barco hacia Thimena y Fournoi.
UNA GUÍA DE IKARIA.- El fuerte de Ikaria no son sus playas. No es que no las haya. Las hay. Pero no son ni abundantes ni demasiado grandes. Eso sí, son muy bonitas. En su mayoría pequeñas calas de guijarros o arena gruesa de aguas tranquilas y transparentes. Pero a diferencia de otras vecinas, las playas de esta pequeña ínsula no suelen estar saturadas de turistas. La geografía insular muestra dos caras diferenciadas. En el norte la costa es más abrupta y deja poco espacio a las playas aunque, paradójicamente, aquí están dos de las playas más grandes y turísticas: Armenistis y Mesatki. Al sur la costa es más suave y pese a que las rocas y los pequeños cantiles dominan el paisaje, hay multitud de pequeñas y preciosas calas. Pero llegar hasta aquí para sólo ir a la playa es un desperdicio. La isla da para mucho y es un destino ideal para combinar sol y playa con caminatas por la naturaleza, visitas culturales y gastronomía.
Kambos fue la capital de la isla durante la época romana y bizantina. Hoy, junto a las ruinas del antiguo teatro –Odeón- y las terrazas de cultivo apenas se levanta una veintena de casas pequeñas rodeadas de huertos, olivares y viñedos (en la costa también hay una pequeña pero agradable playa). Las huellas más antiguas de la presencia humana en la isla se encuentran diseminadas por toda su geografía. En Drakano se encuentra la antigua acrópolis griega construida a modo de fortaleza por orden del mismísimo Alejandro Magno aprovechando un promontorio que se levanta casi en vertical desde el mar. De la antigua ciudad quedan importantes rastros de sus muros defensivos y de las casas. Dentro del complejo se levantó una torre de vigilancia de la época medieval y una pequeña iglesia ortodoxa. A dos pasos de Drakano (apenas unos minutos a pie) se encuentra la Playa de San Giorgio, pequeña pero preciosa. Una playa de arena gruesa y agua color turquesa frecuentada por nudistas.
Junto a la Playa de Nas, otro punto de la costa en la que se suelen dar cita los amantes del nudismo, se encuentran los restos del antiguo Templo de Artemisa y en Therma la cueva de la que emanan las famosas aguas termales ya fue utilizada como balneario por griegos y romanos que construyeron en la zona varios baños públicos hoy desaparecidos bajo el mar tras un terremoto (unas simples gafas de buceo bastan para ver las viejas columnas y muros en la bahía). Otra cita con la historia más remota se encuentra en Ayios Kirykos, el pequeño pueblo de casas blancas que cumple la doble función de puerto principal y capital de la isla. Aquí te vas a encontrar edificios de interés como la Iglesia Metropolitana, un precioso templo de estilo bizantino o el Museo Arqueológico, con modestas pero interesantes colecciones que ponen de manifiesto la riqueza histórica de un lugar que, desde la época clásica, sirvió de puente entre la Grecia continental y Asia Menor (actual Turquía).
Ikaria se presta al paseo tranquilo. Las carreteras son sinuosas y, en muchas ocasiones, hay que dejar el coche y usar las piernas para bajar hasta las playas o acceder a rincones escondidos. Toda la isla es una sorpresa. Un ejemplo claro es la carretera que conduce hasta el Monasterio de Theoktistis, un curioso complejo de pequeños edificios y ermitas encajonado entre los peñascos de un monte cuajado de pinos. En el interior perviven viejos iconos bizantinos de varios siglos de antigüedad. Las iglesias permanecieron a costa de los viejos templos, que se desmontaron piedra a piedra para construir casas. Dicen que la propia efigie de Artemisa, la diosa que protege a los navegantes, fue escondida en el cauce del pequeño río que desemboca en Nas para evitar su destrucción.
La pequeña ciudad de Evdilos es un ejemplo de este ejercicio de reciclaje continuo. En torno al puerto se arremolinan las casonas blancas creando una red de callejuelas encantadoras que nacen y mueren en un mar limpio y generalmente tranquilo. No es mala opción establecer la base de operaciones en este lugar. No sólo tiene una buena oferta de alojamientos y tabernas dónde, por ejemplo, preparan estupendos platos de pescado fresco: está, también, a dos pasos de las playas de Armenistis y Mesatki.
OTRAS PLAYAS.- La joya de la corona tiene un nombre un tanto extraño para estas latitudes. La llaman Playa Seychelles y no es muy grande pero sus aguas limpias y tranquilas y el entorno la convierten en la playa más codiciada de la isla. Ya te hablamos de Playa Nas. Se encuentra en la desembocadura de un pequeño arroyo y junto a los restos de la población más antigua de Ikaria. Aquí te puedes dar un chapuzón al mismo tiempo que visitas las ruinas del Templo de Artemisa. La Playa de San Nicolás se encuentra en el suroeste y, aparte de ser solitaria, tiene una pequeña ermita blanca. Otra playa que suele estar muy tranquila es Nealia. Se encuentra a pocos kilómetros al norte de Thermas.
OTROS LUGARES PARA VISITAR.- El Monasterio de San Onofre es muy modesto pero jugó un papel importante en la historia de la isla. Otro templo modesto es el de Aiga Sofia; una sencilla ermita de piedra construida adosada a un peñasco pero con vistas impresionantes. Una visita que también merece la pena es acercarse hasta el extremo suroeste para visitar el Faro del Patriarca y su entorno. Si eres de museos hay pequeños centros dedicados a la cultura tradicional en Agios Polykarpos, Vrakades y Agios Kirykos.
MOVERSE POR LA ISLA.- El transporte público conecta los principales pueblos y villas de la isla en rutas programadas (aquí te dejamos los horarios y líneas) y la otra opción para moverse de un lado a otro es el taxi (aquí puedes consultar los taxis disponibles y los teléfonos). La isla es accidentada y las distancias no son cortas. Por eso la mejor opción es alquilar un coche o una moto . El precio de una moto en temporada alta ronda los 20 euros al día -15 euros en baja- Y el de los coches ronda los 30 euros en temporada baja y los 50 en alta. Automotos Ikaro; Alpha Rent a car; Aventura Car Rental; Mav Cars.
COMER EN IKARIA
O Sotiris (Agios Polikarpos, 833; Tel: (+30) 2275 040 033) La mejor opción para probar la excelente cocina tradicional de la isla y, para colmo, muy barato. Ingredientes que van de manera directa de la tierra a la cocina y eso se agradece. También sirven hamburguesas y cosas de esas, pero pedir eso aquí es un pecado.
Sto Kambi (Agios Dimitrios; Tel: (+30) 2275 041 641) Otra muy buena opción para deleitarse con la impresionante gastronomía local. Excelente relación calidad precio.
La Taberna de Anna (Nas; Tel: (+30) 6932 149 155) Para nosotros el mejor restaurante de la isla sin ninguna duda. Cocina tradicional de calidad centrada en los magníficos pescados y mariscos de la isla. Impresionante la langosta.
Sto Gialo Kanei...Fourtouna (Puerto de Magganitis; Tel: (+30) 2275 032 636) Estupendos pescados y mariscos frescos a precios bastante ajustados. Terraza junto al mar, algo que se agradece.
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